OPINIÓN

Generación eléctrica vía nuclear y gas natural

por Boris Santos Gómez Úzqueda Boris Santos Gómez Úzqueda

 

Hay una máxima que debe ser bien aplicada por todos: generar más energía, no menos, es incrementar la calidad de vida para todos.

Y así lo tiene anotado, tuiteado, nada menos que el fundador de @Twitter:

No se sorprenda, pero expertos de la Unión Europea están debatiendo lo que yo denomino “reclasificar” en la taxonomía de la energía a la generación eléctrica vía nuclear y a la generación de gas natural como “verdes”.

Sucede que están (estamos) “apretados” por los tiempos y por lograr que todo el sistema de generación del globo sea “verde”(vale decir generación eléctrica vía solar o eólica) hasta 2030 es un plazo que lo ven “muy corto” y se necesita echar mano del gas natural y de la generación nuclear.

Recordemos que el G20 en noviembre de 2018 ya clasificó al gas natural como un elemento de “transición”entre fósiles y renovables de manera que promueve su alto uso.

La nueva taxonomía sería para que fondos de bancos privados y de Estados siguen fluyendo a proyectos de gas natural y nuclear en tanto se robustezca el sistema de generación eléctrica vía enteramente renovable.

La iniciativa busca clasificar el gas natural y la energía nuclear como “amigables” con el medio ambiente para facilitar las inversiones en el sector energético, específicamente en gas y nuclear.

Hay un juego estratégico continental: Alemania tiene funcionando apenas 4 centrales nucleares que las cerrará todas en breve, España tiene razón que la nuclear y de gas “no son verdes ni sostenibles”, en tanto Francia tiene como 50 centrales nucleares en funcionamiento y garantizan estabilidad del sistema eléctrico, por ello le vendría “muy bien”ésta eventual norma “reclasificatoria”.

Naturalmente de ocurrir esto, que aún está en debate, se supone que si el gas natural y la generación nuclear van estar en la categoría de “verdes”deben cumplir con altos estándares tecnológicos: tener plantas modernas, con baja emisión de C02 respecto de las viejas plantas; nuevos esquemas de eliminación de residuos reactivos (caso de nucleares) y que las nuevas plantas de generación eléctrica vía gas pueda ser luego, muy luego, adaptadas a utilizar hidrógeno del “verde”del ambientalmente amable.

América Latina (Brasil, Argentina, Bolivia) y países del golfo (Qatar) podrían ser también beneficiados con ésta nueva “reclasificación” que permitiría atraer fondos privados y de otros estados para proyectos energéticos.

Quizá esa serie de nuevos requisitos podrían lograr que la nuclear y el gas sean verdes “por un tiempo”en tanto, como dijimos, se consolide el sistema de generación vía exclusivamente renovable.

Con el gas no habría mucho problema, como adelantamos, en reunión de ministros de Energía del G20 en Bariloche, Argentina en 2018 se ratificó que el gas natural es el “puente” y “vía de transición” desde fósiles a nuevas energías.

En todo caso, urge mucho debate.

Se necesita generación eléctrica vía gas natural. Eso es un hecho. Al igual que la nuclear. Por ello creo que quizá no deberían utilizar la terminología de “verdes” pero si podrían flexibilizar la posibilidad de financiar proyectos hasta llegar al punto de ser necesarias en el mix energético.

Lo ideal es lograr un perfecto -aunque la perfección siempre es imperfecta- de un equilibrio entre los objetivos de reducción de CO2 y un suministro energético estable.

Que haya solo inversión en energía nuclear en lugares que ya tienen tradición de haber construido plantas y que se invierta en exploración y desarrollo de campos de gas natural, privilegiando el shale gas y y proyectos off shore.

Sería una “nueva categoría” para que hayan inversiones en gas y en nuclear que son -como ya se las clasificó anteriormente- como “de transición”.

Más allá de la “clasificación” está la voluntad de que sea por un tiempo no mayor al requerido para lograr metas de reducción de GEI (gases de efecto invernadero) y de promoción de inversiones de renovables.

Esas nuevas inversiones en nuclear y gas natural podrían estar reatadas a que hayan misma cantidad de financiamiento a proyectos solares y eólicos.

En algún momento del tiempo se abandonará por completo al carbón y al petróleo, así como la nuclear y al gas para dar paso definitivo a renovables, en algún momento cuyo camino aún falta recorrer.

Las condiciones para que vuelva a fluir dinero a grandes caudales a la industria del gas y nuclear podrían ser, entre otras: 1) si van a contribuir a reducir el costo final de la energía, 2) si van a mejorar su tecnología de producción, 3) si van a hacer inversiones por un tiempo establecido, 4) si van a hacer inversiones paralelas en renovables, 5) si van a haber excedentes para generar nuevos proyectos industriales; 6) si se va a crear un fondo común financiero para el hidrógeno y 7) si se va a mejorar la tecnología ambiental de control de residuos de la nuclear. Esos 7 puntos podrían funcionar como un mecanismo fortalecido para la “transición”.

Los 27 Estados miembros de la UE tienen hasta el 12 de enero para decidir.

De todas formas, la energía es absolutamente importante para el desarrollo de la sociedad. Necesitamos energía de toda forma y barata.

Me quedo con la frase del profesor Michael Shellemberg: “La energía abundante permite una vida más larga y menos pobreza. No hay nación pobre con alto consumo de energía. No hay nación rica con bajo consumo de energía”.

Las mejoras en el consumo de energía lograron que haya mejor calidad de vida y mejor extensión de nuestra expectativa de vida.

¡Energía es vida!

@BorisSGomezU