Por Equipo de investigación de Pensar Educativo
Venezuela siempre ha tenido éxitos deportivos. Probablemente el beisbol y el boxeo nos han dado las mayores glorias.
Sería interminable la lista de beisbol que comienza con la gesta de 1941, cuando Venezuela fue campeón mundial amateur, una victoria que hizo que el 22 de octubre fuera decretado Día del Deporte Nacional.
Luego se vieron las hazañas de Chico Carrasquel, Luis Aparicio, Víctor Davalillo, David Concepción, Jesús Marcano Trillo, Luis Leal, Urbano Lugo, Antonio Armas, Baudilio Díaz, Oswaldo Guillén, Luis Sojo, Omar Vizquel, Johan Santana, Félix Hernández, y llegar hasta nuestras máximas estrellas representadas en Miguel Cabrera, José Altuve y Ronald Acuña. En la pelota la lista resulta extraordinaria de tantos campeonatos y logros de muchos venezolanos en equipos tanto de nuestra liga como del beisbol norteamericano, japonés, mexicano o caribeño.
El boxeo fue precisamente la disciplina que nos dio la primera medalla de oro olímpica con Francisco «Morochito» Rodríguez en México 1968. A partir de allí, son muchos los nombres que recordamos, como Betulio González, Fulgencio Obelmejias, Rafael Oronó, Crisanto España, Antonio Esparragoza de esa lista de numerosos campeones.
El baloncesto es otro de los deportes que ha enarbolado nuestro Pabellón Nacional en lo más alto. Aún recordamos aquel triunfo en tiempo extra donde Venezuela derrotó a Brasil con marcador de 122 – 121 en el Forum de Valencia. Hecho que fue revivido por aquella pléyade de jugadores: Sam Shepherd, Gabriel Estaba, Carl Herrera, Alexander Nelcha, Yván Olivares, Víctor David Díaz, David Díaz, Nelson «Kako» Solórzano, entre otros, al punto que fueron llamados «los Héroes de Portland» cuando en 1992, contra todo pronóstico, disputaron la final del Preolímpico contra aquel famoso Dream Team, o sea, el mejor equipo de baloncesto de todos los tiempos que haya formado Estados Unidos, y que valió nuestra clasificación a los Olímpicos de Barcelona de ese año en tal disciplina.
La natación con la actuación de Rafael Vidal -medalla de bronce en los Olímpicos de Los Ángeles de 1984-, Alberto Mestre -hoy sus hijos participando en Tokio 2020-, Albert Subirats y Francisco «Tiburón» Sánchez también ha dado sus satisfacciones.
No podemos olvidar que el fútbol ha venido dando una buena generación de jugadores y arqueros, lo que comenzó con aquella Vinotinto dirigida por Richard Páez que tuvo figuras como Juan Arango, incluso los que los precedieron, como Stalin Rivas. En esa numerosa lista vemos nombres de la talla de Salomón Rondón, hasta llegar a esa generación que en 2017 perdió la final del campeonato mundial sub-20, 1 x 0 ante Inglaterra, que hoy tiene en Yeferson Soteldo y Wuilker Fariñez a dos de sus principales exponentes.
También nos ha dado glorias el ciclismo, en el que Leonardo Sierra es un referente. Asimismo, hay que mencionar el hipismo -aunque algunos no consideren a los jinetes deportistas, en el que hemos sido testigos de hazañas como la de Juan Vicente Tovar, que en 1990 ganó en el Zulia los tres clásicos internacionales del Caribe con finales de fotografía. Otros han participado en campeonatos en el exterior con excelentes estadísticas, lo que indica que si algo hemos tenido es talento en muchas áreas.
Es bueno recordar que Venezuela siempre dominó, hasta en las más recientes ediciones en que fuimos desplazados por Colombia, los juegos bolivarianos. También estuvimos entre los lugares 7 y 8 de la tabla panamericana. Sin embargo, ahora ni siquiera figuramos entre los 10 mejores de la región.
En tal sentido, hay que dejar claro que antes de que aparezca Nicolás Maduro y sus voceros panegíricos a hablar que «ellos» han construido una generación de oro, es bueno que lean, escuchen y vean la historia de la venezolana Ahymara Espinoza, quien tuvo desde su pueblo en Barlovento que asumir su propio entrenamiento -no tenía entrenador-, sin materiales deportivos, sin alimentación adecuada, sin equipos tecnológicos, o sea, como decimos en criollo, «entrenando con las uñas», aun así se clasificó en lanzamiento de bala {1} para estos Juegos Olímpicos, lo cual realza el nivel de lucha de nuestros atletas, quienes prácticamente sin ningún tipo de apoyo, se presentaron a la máxima justa del deporte mundial.
Las medallas de nuestros atletas son por mérito propio, Yulimar Rojas con su medalla de oro, batiendo además la marca olímpica y mundial, y las medallas de plata de Daniel Dhers, Keydomar Vallenilla y Julio Mayora. En los dos primeros casos, Yulimar se entrena con el equipo Barca de España y con un entrenador cubano de otrora historia deportiva de ese país, como Iván Pedroso quien por supuesto vive en la nación europea, mientras que Daniel Dhers se entrena en el exterior por espacios de recursos propios, y en los otros dos medallistas de plata, pues obviamente al no tener recursos, al punto que uno de ellos debió ofrecer su presea para darle una casa a su mamá. Verbigracia, nuestros atletas no tienen en su mayoría ni un techo propio de residencia.
En síntesis, mal podría Nicolás Maduro, más allá de felicitar a los atletas, en salir a hablar de «generación de oro», cuando en Venezuela hasta las canchas deportivas están convertidas en espacios inservibles, mientras que los llamados planteles deportivos están acabados en sus plantas físicas, al igual que la mayoría de instalaciones deportivas del país.
Mientras en España y la mayoría de países europeos, un medallista olímpico recibe como incentivo en promedio 75.000, 45.000 y 30.000 euros por una medalla de oro, plata o bronce, en Venezuela el mal llamado Comité Olímpico Venezolano (COV) está compuesto por individuos que ni siquiera nunca tomaron una pelota de goma, o un balón, y que solo muestran su obesidad ante una población famélica, entre ellas la deportiva, sería deplorable que vengan a «ganar indulgencia con escapulario ajeno».
¡Grandes nuestros deportistas y medallistas olímpicos de todos los tiempos! Y grandes quienes desde Tokio nos han hecho derramar tantas lágrimas de felicidad enarbolando nuestra Bandera Nacional y recordarnos que somos una nación de luchas y triunfos.
La generación de oro de Venezuela esta representada en nuestros atletas y en esos millones de jóvenes que han emigrado del país buscando las oportunidades que el madurismo les ha negado como deportistas, estudiantes, trabajadores y profesionales ¡Viva Venezuela!
@Educativopensar
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{1} Ahymara Espinoza cumple su sueño de ir a Tokio – Chicago Tribune»