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Gardel en Puerto Cabello

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La visita de Carlos Gardel al puerto, al igual que sucedió en cada lugar que visitara, constituyó un gran acontecimiento. Un hecho, por cierto, con frecuencia omitido en muchas de las crónicas que hemos leído sobre sus presentaciones en tierra venezolana, que se produce en el marco de la gira Latinoamericana que realiza en 1935 y que lo llevará a Puerto Rico, las Antillas menores, Venezuela, Colombia y que de no haber sido por el accidente de aviación en el que pierde la vida, se hubiese extendido a Panamá, Cuba y México. A La Guaira arriba un 25 de abril, con una breve parada en el Hotel Miramar, para luego dirigirse a Caracas en donde realizó unas veinte actuaciones, algunas en los teatros Principal y Rialto. Permanece en el país casi un mes, sumando además presentaciones en Maracay –invitado por el General Juan Vicente Gómez– Valencia, Puerto Cabello, Maracaibo y Cabimas. En todas partes fue recibido por frenéticas multitudes y quienes no pudieron verlo en persona, al menos, lo escucharon a través de la radio Broadcasting Caracas. 

Al puerto se dice llega el 8 de mayo de 1935, en medio de los fuegos artificiales que irrumpen en el cielo de la ciudad, los habitantes visten elegantemente para asistir a la presentación que tendrá lugar en el Teatro Municipal. Detalles de la visita los brinda don Tomás Andara, músico de la banda y testigo de aquella ocasión a quien entrevistamos en los años ochenta, y dejara una amena crónica al respecto. Igualmente, la visita nos fue referida por don Carlos Fernando Meier Alvinz en nuestras muchas conversas y la consigna en algún escrito el historiador Asdrúbal González. Al caer la tarde, una caravana compuesta por más de 20 vehículos partió hacia la Trincheras, para darle la bienvenida. El teatro estaba repleto, para alegrar la noche como a las 8:00 p.m., se da cita la Banda Municipal junto a su entonces director, el italiano Ángel Móttola. Una llamada telefónica informa que la caravana pasa por las inmediaciones de El Palito, los cohetones anuncian su proximidad a La Alcantarilla y luego de algunos minutos su llegada al teatro. La multitud aguarda. Aquella noche Carlitos Gardel robaría el corazón a más de una linda porteña. Don Tomás Andará, relata: «El Zorzal va a debutar con el precioso tango «La cieguita» y luego unos recitales entre ellos la bella poesía «Los claveles rojos» (…) y cerró con una chacarera que se la hicieron repetir más de tres veces». Refería, igualmente, que días antes el Concejo Municipal había hecho circular una hoja volante invitando a la ciudadanía porteña al magno evento, al tiempo que establecimientos como La América, de Macario Pantoja, lo publicitaban de manera especial. La Banda Municipal, además, había sido reforzada con músicos de la banda del crucero “Mariscal Sucre”. 

La ciudad que lo tiene ahora como huésped no le era extraña al célebre cantante, pues su historia familiar da cuenta de algún encuentro lejano con aquélla. Hélène, la abuela de Carlos, casa en Toulouse con Vital Gardes unión de la que nace Berthe, futura madre de Carlos; luego de una violenta separación, Hélène tendrá una nueva pareja –Louis Alphonse Julien Carichou– difícil unión ya que por aquellos años el divorcio no estaba legalizado en Francia y el adulterio se condenaba con cárcel, por lo que deciden marchar. Felipe Pigna, en su magnífica biografía Gardel (Planeta, 2020), explica que primero se radicaron en Burdeos y luego migraron a Venezuela, Puerto Cabello, donde Berthe cumplió 10 años y el 11 de febrero de 1876 nace su hermano Carlos. ¿Por qué Puerto Cabello? Pigna también lo aclara, citando las propias palabras de Berthe: «Su espíritu [se refiere a su madre] era muy andariego y la ambición la movió a emigrar de Francia, y aunque partimos con la intención de llegar a Montevideo, los viajes no eran como en la actualidad. Los vapores llegaban a América, pero a cualquier parte, y así fue como nosotros desembarcamos en Venezuela. La gente allí era muy pobre. Mi madre no podía trabajar en su oficio de hacer sombreros, porque las mujeres en aquel tiempo no los usaban, y por eso nuestra permanencia allí no fue larga y no tardamos en volver a Francia». Nada se conoce sobre las andanzas familiares y el tiempo de permanencia en el puerto, de hecho, una búsqueda preliminar en los archivos eclesiásticos no permitió constatar el nacimiento de Carlos Carichou, lo único cierto es que, según investigaciones de Juan Carlos Esteban, citado por Pigna, se ha logrado establecer que el 24 de julio de 1882 se registró en el puerto de Nueva York el paso de Berthe Gardes de 17 años y su familia, a bordo del vapor Valencia, en tránsito hacia Francia. Aunque no tenemos dudas de que la función tuvo lugar en el teatro local, sin embargo, la fecha aportada por don Tomás Andara pudiera no ser correcta, verificándose la velada días más tarde. En todo caso, un punto que requiere más investigación y la búsqueda de fuentes adicionales. 

La historia familiar antes expuesta explicaría muy bien el contenido de una carta sin fecha, en membrete del Hotel Majestic de Caracas en el que se alojaba,  que Gardel le escribe a su madre: «Mi querida mamita: He tardado un poco en escribirte primero por no saber dónde debías contestarme, pues como cambio muy seguido tengo miedo se pierdan las cartas, pero yo haré que cuando salga a otro sitio me las envíen a donde yo vaya, como ves te escribo desde Venezuela el país que vos conocés lo mismo que tío Juan, aquí me han recibido como a un presidente. No te podés imaginar, las películas han hecho una popularidad enorme, lo mismo en Puerto Rico, donde estuve antes que en Venezuela, estoy ganando mucho dinero, creo que tendrás que esperarme hasta septiembre en esa. Tengo que aprovechar de juntar mucha plata así cerrar el año bien. Cuando termine tendremos en títulos y cédulas nacionales unos 250.000$ argentinos, es decir, una renta de 1.500$ argentinos por mes asegurados y poco a poco iré juntando hasta tener lo suficiente para no pensar más y trabajar cuando me parezca, ya ves mamita que algo es algo. Estuve en Puerto Cabello, gran éxito también, ya te contaré cuando esté allí». Un facsímil de esta carta circuló tiempo atrás en las redes, reputada por algún comentarista como apócrifa, argumentándose que Gardel no se había presentado en Puerto Cabello, lo que sabemos no resulta correcto. Siendo que su contenido parece congruente con los datos brindados por su biógrafo, debemos darle el crédito que corresponde. 

Así, quiso el destino que el inolvidable Carlitos Gardel poco antes de su muerte, dejara en el recuerdo de la ciudad marinera el inconfundible estilo de sus canciones y su carismática presencia.

[email protected] 

@PepeSabatino

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