OPINIÓN

Ganar perdiendo y viceversa

por Alicia Freilich Alicia Freilich

Por obra desgraciada del régimen narcastrochavista Venezuela no tiene adentro un “Archipiélago”. Sí, abundante y afuera, pues 1 millón y algo más de su juventud electora integra los 7 millones diaspóricos.

En su vientre violado de Cubazuela adoctrina al grueso del resto juvenil y adulto secuestrado desde colegios, liceos y universidades oficialistas, mientras a fuerza de leyes manipuladas invade mediante amenazas a los institutos privados. Por su parte, “los niños de la calle” recogidos por Hugo Chávez Frías ahora son robots de la fuerza armada militarista bajo el mando de los 2.000 parasitarios del generalato que apadrina su criollo Vladimir, “el hombre de Moscú-La Habana”.

Los mirones foráneos que observan el espectáculo de las votaciones regionales y municipales que se celebrarán este domingo 21N no verán a los habituales “colectivos” motorizados atacando a los votantes sino a elegantes soldaditos equipados por rusos, iraníes y chinos, como si 85% de la masa opositora que decida votar sin elegir fuera un ejército de armas tomar.

La cresta de estos uniformados nunca entregará sus fuentes centrales de riqueza minera y de territorios para el libre narcotráfico, a saber Bolívar, Apure, Amazonas, Táchira, Distrito Federal y Vargas. Si no pueden robar los votos en estados como Zulia y Nueva Esparta, por ejemplo, simularán derrotas para mostrarlas como modelo de respeto a la voluntad popular; pero pronto, sin falta, serán militarizadas a su manera sovietista. La paradoja radica en que los actores verde oliva predican paz y tranquilidad mientras sus operadores, los Maduro-Flores y Rodríguez Gómez a la última moda son guerreros de postín.

Los militarismos criminales cubano y nicaragüense al menos son transparentes. El hamponato trisoleado cubazolano es causa principal de la tiranía en el trono; sin embargo, hay que reconocerlo, su destreza para la ficción que engaña a sectores analfabetas y curtidos por igual merece premios fílmicos mundiales. Solo que a la hora veinticinco, tal como dijo el maestro Miguel de Unamuno al recuperar su cátedra universitaria, “venceréis pero no convenceréis”.

La disidencia civilista de partiditos, también contradictoria, se dejó dividir por sobornos materiales, mentales y emocionales, eso mismo la tornó violenta, agresiva, personalista, un fenómeno profundamente analizado por expertos en materia de asuntos políticos. Proceso irreversible. Ganarán algunos puestos nominales sin auténtico poder y para cortos lapsos, su daño es radical hasta el suicidio político que busca destruir los poderes constitucionales de la Asamblea Nacional y el interinato, triunfadores a mediano plazo

Solo nuevas generaciones forjadas “sin rabo de paja ni techo de vidrio” en el duro exilio donde aprenden la sabiduría y los tejemanejes de la problemática global, habilitará los equipos éticos y técnicos para reconstruir el país junto a titulados aún sobrevivientes de las universidades que fueron autónomas.

¿Seudoastrología? ¿Manía metiche? ¿Opiniones improvisadas? Puede ser. Si es una percepción superficial y equivocada, sería maravilloso tener la oportunidad de pedir disculpas y hasta perdón. Preferible pecar por error que por omisión, terror o complicidad.

alifrei@hotmail.com