El documento base para el XXVI Encuentro del Foro de Sao Paulo, divulgado 15 días antes de la convocatoria, manifiesta que: “al producirse un cambio favorable en la correlación de fuerzas, signado por rebeliones populares en casi todo el continente, que se expresan en estallidos sociales, creciente movilización popular y en el desafío al proyecto ideológico y político capitalista neoliberal, así como en los procesos electorales, en los que se reagrupan amplios frentes democráticos y progresistas y nuevas fuerzas irrumpen en el escenario, con base en las ideas coincidentes que propone y defiende el FSP”.

Esta frase puede resumirse en este sentido: Los organizadores de los estallidos sociales, signados por rebeliones populares, coinciden con las propuestas que defiende el FSP. Son protegidos por las dictaduras de América –Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia–, los reincidentes –Brasil, Honduras y Argentina– y nuevos integrantes –México, Chile y Colombia– que están llevando al continente hacia una profunda crisis.La insurrección es una oportunidad para llegar al poder e imponer ese modelo que no respeta los derechos humanos ni las libertades individuales y que tampoco presenta soluciones a la pobreza y desigualdad, favoreciendo solo a las cupulas en el poder y, recientemente, encarcelando a los opositores. Para ello construyen “narrativas” sin argumentos ni sustentos en la realidad.

El contenido del informe final, muestra la misma “narrativa” de siempre: frases dogmáticas, apoyo a las dictaduras de América, aplaudir acciones como la campaña de Lula a favor de la dictadura venezolana, defender la injerencia de los países gobernados por presidentes de izquierda sin importar las violaciones a los derechos humanos, ausencia de libertades, culpar a los países receptores por las olas migratorias que las dictaduras desencadenan, sin preguntarse porque huyen estas poblaciones, cuáles son los problemas de estos países atrapados por un modelo que solo trae pobreza y represión.Explicar el proyecto para reducir la pobreza con una frase: “diferentes mecanismos”. Bla bla bla.

Pero, declarar a Cuba “Patrimonio Universal de la Dignidad”, resulta ser una de las afirmaciones más insólitas en los 33 años del Foro de Sao Paulo.La dignidad es un valor inherente al ser humano, fundamento de la igualdad de derechos inalienables, reconociendo su singularidad. Es el derecho a la libertad, pero los cubanos viven atrapados en sus fronteras; derecho a la autonomía, pero en Cuba son autónomos solo aquellos que pertenecen al partido; a tomar decisiones informadas, pero no existe libertad de expresión, asociación o prensa; a ser respetados como seres humanos, pero en Cuba se práctica la “esclavitud moderna” con trabajos forzosos; y la lista continúa.Fidel Castro no tuvo inconveniente en poner en peligro a la humanidad entera durante la crisis de los misiles y hoy, la cúpula que gobierna Cuba avala un conflicto que puede desencadenar la tercera guerra mundial, muy dignos ellos.

¿Cuál es el mensaje del Foro? “Nuestro compromiso con la paz… demanda nuestro enfrentamiento directo y urgente”. Se refieren a intentos por dividirnos, y es la izquierda latinoamericana avalada por el FSP la que propicia una versión moderna de la “guerra fría”, levantando el nuevo muro de Berlín para discriminar todo lo que ellos consideran diferente o que no se alinea con su pensamiento. Preocupante panorama, con “narrativas” que contaminan nuestro continente.

Artículo publicado en el diario El Reporte de Perú


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