Se trata del más reciente libro de poesía de la escritora y poeta Flavia Pesci Feltri, (Caracas, 1968). Libro-poemario que viene justificadamente avalado por encomiables palabras del maestro y voz mayor de la poesía venezolana contemporánea Igor Barreto en cuyas palabras preliminares, a modo de prolegómenos, apuesta por la densidad expresiva de la autora catalogando la creación verbal de Pesci Feltri como la más auténtica manifestación linguistica de coherencia y complejidad en el dominio del lenguaje poético.
Con este trigésimo segundo libro de la prestigiosa editorial venezolana Oscar Todman editores, bajo el cuidadoso esmero pulcritud editorial de la admirable Luna Benítez y la no menos consagrada coordinación del terco oficio de lanzar poemas al viento en forma de libros puesta de manifiesto por la poeta Kira Karikian, queda patentizada irrevocablemente la consolidación de la utopía editorial del proyecto Todman.
Leyendo estos «Trazos en fuga» de Pesci Feltri, el lector atento advierte que los ejes temáticos que -valga la redundancia- tematizan el núcleo vital del libro rielan en torno a la mirada interior e intimista del sujeto lírico sin incurrir en desmedro de una incisiva mirada exterior sobre el entorno social y antropológico que rodea al actante poético. En las páginas de este poemario los gamines de la basura que hurgan en los tachos de los promontorios y vertederos de desechos de la ciudad durante las noches e incluso a pleno mediodía se perciben discretos trazos del trágico holocausto en el cual viven legiones de congéneres que comparten los agónicos límites de los muros de la ciudad lastimada por la desdicha. Las noches y los amaneceres, el silencio y el amor, tanto como el desamor, la traición y el exilio; la locura y la pérdida, la idea del retorno ocupan un lugar, si bien no esencialmente central en el libro como totalidad orgánica; si, ciertamente, ocupando un lugar nada desdeñable dentro del conjunto del universo pluritemático que informa la materia verbal del libro.
La poeta se pregunta, no sin un lancinante y desgarrador sentido de angustia ontológica: ¿cómo no darle voz a los fantasmales transeúntes y sombras espectrales que transitan por las desoladas calles de una urbe signada por el desamparo y la desolación?
«esa nada absoluta en caída libre hacia la ausencia del espacio-tiempo, cómo no palpar el miedo, la cobardía, la prepotencia y nuestras arrogancias». (pág.76)
Leyendo, con inocultable gozo y placer estético -acaso se puede leer la poesía de Flavia Pesci de otra manera?- el lector constata lo que intuye desde las primeras páginas del libro; su autora despliega con asombrosa y convincente maestría expresiva un raro donaire en el decir, una poco común cualidad perlocucionaria puesta de manifies to en la discursividada lírica del sujeto poético que incide persuasivamente en los registros de intelección del lector que tiene la fortuna de leer estos poemas de extraño «ardimiento» (palabras de la autora)
En lo tocante a la estructura arquitectónica formal del poema, la autora opta por suprimir, acaso sería mejor decir prescindir de, las mayúsculas en los títulos; todos los títulos están en minúcula lo cual le confiere al texto una rara rarefacción grafemática y discúlpeseme la involuntaria cacofonía. En este portentoso libro-artefacto literario, su autora tiene el punto y seguido en el alma. La escritura estilístico-formal propositiva de «Trazos en fuga» es, a no dudarlo, insistentemente irreverente y heterodoxa; obviamente, por consiguiente, rompedora de moldes y esquemas formales.
El poema titulado «Aria del prisionero» es asaz elocuente y por demás expresivo que elude cualquier tipo de «expresivismo» fatuo: «Nos convertimos en monosílabos crueles. vasijas esculpidas de fragilidad. nos alcanzó la añoranza de esa lengua arcaica desterrada en el desierto. fuimos tribu desecha muda». (pág.42)
Leo y releo con denuedo y reiterado fervor los textos poéticos, versados y prosados, con sus historias delirantes como fraguadas en la candela quemante de la ígnea imaginación de una mente demiúrgica que extrae maravillas y excelsitudes imaginísticas de las simas abyectas de la más hórrida realidad real. Enhorabuena doy la más fervorosa bienvenida al mundo de la vida édita a esta gema literaria que viene a enriquecer sustantivamente el panorama de la más reciente poesía venezolana e hispanoamericana.