El país da contundente aviso de desalojo a quienes usurpan el poder y a quienes de forma obsecuente e imperdonable se han convertido en apaciguadores, normalizadores y colaboracionistas.
Quienes usurpan el poder lo hacen abusando los instrumentos e instituciones del Estado para arrinconar a los venezolanos y para cometer con impunidad absoluta todo tipo de ilícitos.
Quienes llevan tiempo tratando de blanquear y apuntalar la tiranía lo hacen por amorales, por cobardía o por el burdo objetivo de compartir los frutos de la rapiña. Estos personajes no tienen partido ni bandera. Se cuelan por muchos rincones y actúan 24/7 como desvergonzados huelepeos y voceros del régimen. Les importa un bledo el sufrimiento del país si con sus servicios múltiples a Nicolás Maduro, Cilia Flores, Delcy Rodríguez o demás malhechores pueden vivir y deleitarse en sus respectivas e inmundas burbujitas.
Venciendo todo tipo de maniobras y sorprendiendo a quienes, como yo, dudábamos que el régimen y sus «políticos» y «empresarios» consentidos permitirían al pueblo expresarse, el pueblo se expresó. Fue solo una muestra de lo que sería una elección libre y justa. Fue la mejor encuesta, la que hay que utilizar para guiar nuestros próximos pasos, para desenmascarar a quienes dentro y fuera del país se han vuelto sostenes impúdicos de la dictadura.
Ahora viene lo más duro, que es enfrentar a unas bestias malheridas. Pero en realidad siempre han sido bestias y desde el referéndum de 2004 entendieron que el país no los quería. Desde entonces han buscado torcer la voluntad y el pescuezo de los venezolanos. Lo que lograron sin duda fue destruir materialmente a Venezuela y forzar la fuga humana más grande que se ha visto en las Américas. El país será reconstruido con el trabajo e ingenio de los que se quedaron haciendo de tripas corazón, y de quienes volverán llenos de experiencias y conocimientos indispensables para recuperar las formas y las décadas pérdidas.
Desde ese primer aviso que supieron burlar con ayuda del Centro Carter, Smartmatic y otros, al revolcón del domingo que seguramente los aterra aún más, María Corina ha sido protagonista. Durante este largo invierno ha sido ella víctima de mucho y de muchos. Pero ella nunca bajó la cabeza o pidió clemencia. Al contrario, enfrentó en cada instancia al régimen, a sus esbirros y a sus rémoras. Soportó castigos con firmeza e ignoró los desaires de quienes el tiempo demostró traidores a la causa.
El camino que ha recorrido María Corina con tenacidad encomiable la ha preparado para la tarea que hoy el pueblo le encomienda. Le expulsión de quienes han destruido a millones su techo, su sustento y sus sueños no será fácil, pero yo no tengo ninguna duda de que María Corina se forjó para la tarea pendiente y tiene cómo y con quién hacerlo.
#HastaElFinal cueste lo que cueste, pues el pueblo no pudo ser silenciado ni por unos, ni por otros.
@pburelli
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