Fue en marzo del año 2018, cuando los principales canales de noticias en el mundo comenzaron a difundir la Guerra Comercial que en base a elevados aranceles se decretaban entre EEUU y China, desencadenando el inicio del crash económico que vive la economía mundial, reflejado en los principales mercados de bolsa de valores; argumentando el Gobierno de Norte América, que había que revertir las trasferencia de tecnología que se les han cedido a China.
Luego de esto, se anunciaba la puesta en marcha de la Tecnología 5G en el área de las telecomunicaciones y se empezaba a acusar al régimen chino de espionaje, por medio de un gigante emergente de la industria del celuloide, como un factor de riesgo en la ciberseguridad.
Para el 2019 tener que enfrentar, la población mundial, el inicio de lo que hoy presentan bajo distintas denuncias legales y otras públicas de autoridades científicas e investigadores ante distintos medios de comunicación como un probable ataque biológico, introducido, precisamente desde laboratorios en la Ciudad de Wuhan – China, donde comenzó el inicio de la pandemia que se expandió por toda las naciones, que aún se sigue investigando qué la produjo y sus efectos.
Así pues, si la semilla no muere, la planta no nace. Así se desarrollan todos los eventos en la historia; termina una etapa o dinastía y esta es desplazada por otra; la naturaleza misma nos muestra esa realidad cada año y cada día, con la transición de una estación del clima por las que sucesivamente atraviesa la Tierra en sus cuatro estaciones; como también termina un día para luego llegar la noche. En una eterna ley natural, para enseñar la lección más importante en la vida. La eternidad no corresponde a lo humano.
Por otra parte, se ha dicho que los tiempos más oscuros de la humanidad fueron los sucedidos en la Alemania del Tercer Reich, liderada por Hitler, luego de la República de Weimar, en el que se registra un holocausto de seis millones de judíos asesinados en campos de concentración con un total de veinte millones en la segunda guerra mundial, entre judíos, polacos, alemanes y combatientes aliados contra el totalitarismo que representó ese trágico momento, por causa del expansionismo del Régimen Nacional Socialista.
En cambio, hasta la fecha siguen sin ser juzgados de manera categórica, ni siquiera por la historia, los más de ciento cincuenta millones de asesinados entre el hambruna, y los genocidios del régimen del Partido Comunista a nivel mundial, que incluso aún siguen contando las injusticias, quiebra y expolio de naciones, éxodos, desplazamientos, genocidios a las que someten a los distintos pueblos.
Por otro lado, la Nación China, conocida actualmente como la República Popular China o China Comunista, China Continental, o el Dragón Rojo, después, de atravesar las tropelías de pasar de una dinastía monárquica imperial a una república parlamentaria y democrática a principios del siglo XX, pasó a ser un régimen totalitario.
Desde luego esa república pudo ser infiltrada por el Partido Comunista Internacional, como viene sucediendo en todas las naciones, que para la época tenía su eje de operaciones central en la floreciente URSS, donde se terminaba de derrocar el Imperio de los Zares, de la manera más cruel que se conoce.
Al mismo tiempo, el Partido Comunista Internacional, de la mano de su agente de cambio Mao Zedong, lograron prenderse del poder de la China Continental, para años posteriores ser reasentado el foco de poder central de la derrumbada URSS, hacia China Continental, donde de forma diáfana el Partido Comunista Chino, entiéndase internacional, impulsa la economía en aras de la esclavitud, el totalitarismo y la tiranía a la que han convertido durante décadas a la masa proletaria que representa la población China.
Todo esto sin desatender zonas de influencia de la era post globalista que hoy se enarbola, por medio del Partido Comunista y sus nexos con distintas organizaciones de la Agenda internacional, incidiendo en las nuevas medidas de Naciones Unidas, donde los planes y programas de la agenda global en forma de lobbies, toca a grupos minoritarios, foros, fundaciones, partidos políticos, presidentes, corporaciones, empresas, sistema financiero, en especial a las naciones de Occidente, con la participación de los medios de masas, el cine, la industria del entretenimiento y todas las plataformas de la comunicación.
Resulta un secreto a voces, que los planes y objetivos de la agenda globalista, es poder implementar de igual forma lo que sirvió para doblegar la población China, el modelo para todo el mundo, eso permitirá reducir gastos a los intereses del orden económico, establecido de dominio colectivista para reducir el hambre; y así establecer la paz e igualdad que la doctrina globalista predica a todos los proletarios de la Tierra, pero en la práctica, todo el control y proteccionismo no funcionan así.
Visto que, un régimen de igualdad, bajo el esquema de gobierno totalitario al que se vienen prestando, de manera sabida, todos los gobiernos del planeta, e incluso, las principales autoridades de las más importantes religiones del mundo, como un sólo gobierno con un sólo pensamiento, han venido demostrando, es crisis, desempleo, hambre y miseria.
Sin embargo, la población en medio de la avalancha propagandística e informativa, piensa que el Nuevo Orden Mundial, puesto en marcha desde hace décadas, está hecho para implementar un régimen de paz e igualdad.
Donde, sólo se ejerce control en beneficio de la población y no en detrimento de la misma; cuando los hechos una y otra vez, vienen corroborando que es todo lo contrario. Si dicen: paz, es guerra, por lo menos, una guerra silenciosa como la que se vive hoy; cuando dicen, igualdad se refieren a crear una masa de esclavos, ya no a nivel de algunas naciones empobrecidas, como viene sucediendo en Venezuela y todo los países donde se instaura un sistema político marxista, sino que ahora se pretende extrapolar a todas las naciones, sin siquiera, imaginar las distintas nacionalidades lo que se les promueve y luego se les decreta.
Sostenido tal régimen mundial por un pequeño grupo insertado en la nomenclatura internacional de los partidos, foros, grupos, empresas, fundaciones, asociados al orden establecido, donde nadie es imprescindible a los planes y objetivos de la agenda.