Lapidario. Mediático. Sencillamente el poder del cuerpo femenino desnudo es brutal. Femen es un movimiento feminista que denuncia la corrupción y el descrédito de los políticos que, cobijado con la cobertura mediática de todo el orbe, pelean de tú a tú con los grandes dirigentes.
Femen es la creación de cuatro adolescentes ucranianas que el hundimiento de la Unión Soviética lastimó a sus familias económicamente, por lo que crearon un grupo de estudio de textos marxistas llamado Nueva Ética.
En este grupo leyeron a Marx, Engels y Lenin, pero sobre todo quedaron subyugadas por August Bebel (1840-1913), socialista del Parlamento alemán, que en 1880 publicó La mujer y el socialismo, un texto que ha servido de guía a cierto feminismo y que sedujo a estas cuatro jóvenes, por lo que a partir de 2008 sentaron sus bases de lo que sería Femen.
Con las ideas de Bebel bajo el brazo, construyeron un catecismo en el que el primer mandamiento es liberar a la mujer de la opresión del patriarcado. Dictaduras, industria del sexo y religiones diversas, pero sobre todo el islamismo, quedaban convertidos en enemigos.
Anna Hutsol, Inna Shevchenko, Oksana Shachko y Sasha Shevchenko abandonaron Nueva Ética convencidas de que la lucha por la liberación de la mujer debía ser cosa suya, y fundaron Femen en 2008. Sin más recursos que su juventud, organizaron una especie de flashmob para protestar contra los cortes de agua caliente en Kiev.
El 15 de julio de 2008 y con un grupo de chicas se metieron en la fuente de la plaza Maidán. Junto con los periodistas ucranianos, acudieron Reuters, AP y otras agencias de prensa.
Con esa performance las Femen tomaron conciencia del poder de su cuerpo y del gusto del periodismo por la subversión como espectáculo por lo que decidieron desnudarse el torso. A partir de ahí el grupo se posicionó en la web y comenzó a crecer políticamente.
“Ucrania no es un burdel” fue el grito de ira y de guerra escupido por las Femen cuando los mandarines del fútbol viajaban al este para celebrar un campeonato y las destrezas copulativas de las jóvenes locales. Ese fue el exabrupto que atravesó fronteras a pecho descubierto para dilatarse hacia otras esquinas de la miseria humana. Una epidemia que ha profanado incluso la residencia de la soberanía española, donde unas irreverentes reclamaron la propiedad privada de los cuerpos que exhibían.
Sus acciones en topless y con inscripciones en el torso tuvieron en la Eurocopa 2012 el amplificador perfecto para su campaña contra el turismo sexual en Ucrania. La directora de cine australiana Kitti Green aprovechó para filmar su documental Ukraine is Not a Brothel (exhibido en Documenta Madrid 2014, se regala con el libro). Desbordado el marco ucraniano, Femen tiene un centro de activistas en París y es ya una marca global. En España irrumpieron en el Congreso cuando el ministro Gallardón defendía su ley del aborto.
Desde sus perplejas conjeturas iniciales, Inna, Sasha, Oksana y Anna han ido construyendo un feminismo tajante, rabioso y espectacular que rebasa los límites de la moral masculina para arrojar también sus maldiciones sobre la pobreza, la explotación, el despotismo o las iglesias (todas). Ese activismo les ha valido palos, encierros, prohibiciones y censuras consternadas, pero las chicas de Femen siempre han contado con el escudo de una formidable cobertura mediática. Aunque no les falta ingenuidad, han descubierto con lucidez que la bomba más atómica es el espectáculo, y en particular el de sus glándulas mamarias. En este libro explican cómo y por qué han llegado a una conclusión tan desnuda.
Editorial Malpaso ha publicado una obra sensacional sobre esta organización de alcance mundial con el título En el principio era el cuerpo. Femen, que es imprescindible para entender este movimiento, sus alcances y repercusiones.
Asimismo, se incluye un formato digital para anexarlo a tu biblioteca personal y llevarlo a todos lados de manera más cómoda.