“Soy como el vino viejo. No me sacan a menudo,
pero estoy muy bien conservada”. Rose Kennedy
Comenzaría cantando la hermosa canción “Ay, qué noche tan preciosa” de Luis Cruz, porque este 3 de julio celebramos el cumpleaños de alguien muy especial: el Dr. Miguel Henrique Otero, presidente editor del diario El Nacional. Quiero transmitir buenas vibras sin parecer descortés. Es por eso que enviaré un mensaje formal de felicitaciones al Dr. Otero, a quien dedico estas líneas como todos los años para celebrar su cumpleaños.
Existen diversas razones por las cuales no se celebrará el cumpleaños de Miguel Henrique en Venezuela. De hecho, él mismo lo mencionó durante una entrevista realizada el 14 de junio de 2016 en la ciudad colombiana de Cartagena. En dicha ocasión expresó que si regresaba al país, podría ser encarcelado e incluso sufrir atentados contra su vida debido a la persecución que él y su familia han experimentado desde que el chavismo llegó al poder. Como resultado de la labor periodística de El Nacional, que ha sacado a la luz pública las consecuencias de una gestión gubernamental criticable y ha pedido más y mejor democracia, este medio de comunicación ha sido objeto de constantes ataques. Estas circunstancias han llevado a Miguel Henrique Otero y su familia a vivir en el exilio.
El régimen vio en el escándalo de presuntos vínculos del gobierno con el narcotráfico la gota que colmó el vaso. Por esta razón, el entonces presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, presentó una demanda contra los medios de comunicación El Nacional, TalCual y La Patilla el 21 de abril de 2015. Estos medios de comunicación se hicieron eco de la información publicada por el diario español ABC, que aseguraba que el demandante estaba siendo investigado por una fiscalía de Nueva York por su presunta implicación en el tráfico de estupefacientes, hecho que posteriormente se confirmó. Como resultado de todo esto, la sede del diario El Nacional fue confiscada.
La situación en la que el Poder Judicial se presta a satisfacer los rencores personales de alguien, es lo que en mi pueblo se conoce como “fin de mundo”. Desafortunadamente, este es el signo más evidente de la falta de justicia, la cual a su vez indica que no hay democracia en la sociedad venezolana. Esto quedó demostrado con los atropellos sufridos por Miguel, sus familiares y socios, como consecuencia de la labor periodística realizada por El Nacional. Es verdad de Perogrullo que sin justicia no hay democracia. Desde hace bastante tiempo, la anulación del principio de legalidad ha sido una realidad innegable. ¿Cómo es posible, desde esa perspectiva, considerar legal la imposición de una compensación exorbitante en dólares a El Nacional sin una base sólida, sino simplemente impulsada por la saña oficialista? Esta situación no admite discusión.
Miguel no solo fue estigmatizado, sino crucificado y expuesto al escarnio público. Las difamaciones e insultos que recibió, incluido el despreciable comportamiento de Mario Silva, quien, a través de un canal del Estado que supuestamente nos representa a todos, irrespetó a la madre de Miguel, son pruebas suficientes del ensañamiento oficial en su contra. La arremetida contra su patrimonio personal que culminó en la aberración perpetrada por el TSJ de Dos Pilitas es otro ejemplo de la falta de equidad y justicia en el sistema jurídico en Venezuela. Sin embargo, aunque todo esto podría haber doblegado a Miguel, él ha demostrado una fortaleza admirable y ha seguido luchando por la libertad de expresión.
Miguel H. Otero es un hombre valiente y estoy convencido de que su genética se debe a la unión de dos gigantes de la cultura venezolana: Miguel Otero Silva y María Teresa Castillo. Él es el nieto de Miguel Henrique Otero Vizcarrondo y sobrino de Oscar Guaramato. Como amigos eternos de esta familia de verdaderos patriotas de la civilidad venezolana, sentimos un gran orgullo por ellos. El padre de Miguel H. Otero formó parte de la Generación del 28, que luchó contra la dictadura del general Juan Vicente Gómez y estuvo exiliado durante muchos años en Curazao. Al regresar al país fundó el periódico El Nacional, que comenzó a circular el 3 de agosto de 1943.
María Teresa, la madre de Miguel H. Otero, fue una mujer que participó en las luchas sociales desde el año 1937. Trabajó en una fábrica en Nueva York como costurera, pero debido a que era señalada como revolucionaria, no pudo quedarse allí. Regresó a Venezuela en 1941 y empezó a trabajar en el periódico Últimas Noticias junto a Ana Luisa Llovera, la primera reportera venezolana. Cuando se creó la Escuela de Periodismo en octubre de 1946, se inscribió y se graduó dos años después. Luego, se dedicó al Ateneo de Caracas, donde fue presidenta ininterrumpidamente desde 1958, contribuyendo al desarrollo cultural del país. Representó a la sociedad como diputada al Congreso de Venezuela por varios períodos y recibió numerosos homenajes por sus contribuciones en el campo de la cultura. Varias instituciones y premios llevan su nombre en reconocimiento a su labor.
Las arremetidas judiciales que ha soportado Miguel Henrique Otero por parte del régimen autoritario de Venezuela reflejan la falta de libertades y las violaciones sistemáticas de los derechos humanos que vive el país. La toma de la sede de El Nacional por parte del gobierno en una subasta irregular y clandestina evidencia el intento de acallar las voces críticas y restringir la libertad de expresión en Venezuela. Es necesario seguir denunciando estas acciones y luchar por un país en el que los derechos de los ciudadanos sean respetados y protegidos.
A un poeta de mi linda Barinas, le escuché declamar:
El gobierno decidió tomar El Nacional,
querían callar las verdades que se iban a publicar.
De la libertad de expresión no quisieron dejar ni un ápice,
era más importante esconder su realidad y mantener su capricho.
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Así que entraron en acción con su subasta clandestina,
se llevaron la sede como si fuera una golosina.
Con tal de tapar las verdades, allí no importó la legalidad,
así se manejan los que no quieren democracia, libertad ni pluralidad.
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¿Pero saben qué es lo más curioso de esta situación?
Que el gobierno piensa que su actuar fue una gran decisión.
Pero en realidad lo que hizo fue darle vida a una nueva verdad,
la de que la opresión y la injusticia no quedarán impunes jamás.
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Celebremos el cumpleaños de un hombre maravilloso y un padre ejemplar que, aunque se encuentra en el exilio en España, sigue unido a ideales de libertad, por los cuales ha sufrido demandas y acusaciones legales en carne propia. ¡Feliz cumpleaños, Miguel!
@robertveraz