OPINIÓN

¡Feliz año para salvar a Venezuela!

por Luis González Del Castillo Luis González Del Castillo

 

«Faltan 5 pa’ las 12» quedó inmortalizado en la voz de Néstor Zavarce

Mañana domingo concluye, sin detener su marcha incesante, otro recorrido por el calendario gregoriano que nos marca el paso de los sabidos doce meses de cada año. Lo usamos en Occidente como una convención que desde 1582 se implementó en Europa y se extendió hacia todos los lugares del mundo bajo sus dominios. Dicho calendario, a pesar de ser más exacto que el anterior calendario juliano. Por ser una realidad que la referencia de traslación alrededor del Sol toma 365 días y cuarto, le toca al venidero 2024 ser bisiesto, y por ello tendrá 366 días, con un jueves 29 de febrero. Sea como sea, al fin de este domingo 31 de diciembre de 2023 marca su rendición ante el indetenible e implacable compañero de viaje: el tiempo.

Pasada ya una semana de la celebración del nacimiento de Jesús, cristianos y no cristianos de casi todo el mundo, desde los distintos husos horarios nos irán enviando sus noticias del término de las doce horas postmeridiano; en cada región, en cada país. En los últimos instantes y recuerdos, como con la secular canción “Faltan 5 pa’ las 12, el año va a terminar”, nuestras mentes serán acechadas por la noción de la llegada de un nuevo comienzo. Establezcamos en ellas, nuestras mentes me refiero, una decisión trascendental de vida para que este 2024, año bisiesto, por sí mismo con ese detalle especial, sea el feliz año para salvar a Venezuela. Que lo hagamos realidad gracias a que sepamos que realmente somos una abrumadora mayoría los que tanto amamos a Venezuela.

Para el mundo latinoamericano, tan necesitado de amor y solidaridad, con nuestras hermanas Cuba y Nicaragua por conquistar igualmente su cambio, decretamos como histórico este año por nacer 2024. Año del cambio que nace desde nuestras entrañas y oraciones para nuestra acción. Por el éxito de Argentina, porque Colombia supere sus tormentas. Por toda nuestra América, Europa y el mundo que nos ha recibido en sus países.

Año 2024 que iniciará la victoriosa marcha que liberará desde el ejemplo de las luchadoras y siempre hermosas mujeres venezolanas las fuerzas torrenciales de coraje y gallardía de nuestros antepasados civiles y militares libertarios: Miranda, Rodríguez, Bello, Bolívar, Sucre.

Lo que se hará viral, gracias a la tecnología de nuestros días, serán muestras de los espíritus de las venezolanas y venezolanos desde las viejas hasta las nuevas generaciones de familias que se mantienen firmes en sus convicciones: amor y unión fraternal con nuestra nación. Desde cualquier parte del mundo donde se encuentren reunidas, donde quiera que residamos por circunstancias, gritemos que la libertad volverá a Venezuela. Que conquistaremos la justicia y el respeto por la democracia, como la mejor forma de gobierno que debe sembrarse y cultivarse constantemente entre los ciudadanos de cada nación.

La certeza de la llegada del año del cambio en 2024 se debe a que nos hemos demostrado, a nosotros mismos, y fehacientemente persuadido que para cobrar, cuota a cuota, semana a semana, mes a mes debemos tener una agenda de organización y lucha para una transición de superación de la dictadura. Superación de los odios y las persecuciones. La libertad de todos los presos políticos, y el regreso de los exiliados a la patria. Todo ello será posible si y sólo si mediante una masiva participación y exigencia del pueblo venezolano, desde cualesquiera de nuestros escenarios cotidianos, nos comunicamos entre nosotros mismos, las familias, los compañeros de trabajo, los del instituto educativo, entre empresarios, religiosos, gente creativa y de las distintas manifestaciones artísticas y solidarias.

En fin, hermanas y hermanos, ciudadanos todos de la gran nación venezolana, conversemos con el Supremo Autor del Universo para que nos dé la claridad para entendernos y encarar el cambio como dilema de vida. Entre aceptar ser esclavos del actual sistema de opresión, violación continuada de derechos humanos y pobreza, o por el contrario asumir lo que sea necesario asumir para ganar la vida en libertad como nuestro derecho y deber que al rescatarla para nuestros hijos y nietos, estaremos siempre trascendiendo al paso de los años con el mayor legado que un ser humano puede dejar a otro su derecho a la vida y a la libertad. Feliz año les deseo amables lectores a través de ésta, mi columna en la institución para la libertad que es El Nacional.

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@gonzalezdelcas