En Colombia ya se llegó al tope de la desidia, ya no hay Estado, o mejor dicho este está en manos del narcoterrorismo comunista, lamentablemente hay que decirlo, somos un narcoestado. Si alguna duda quedaba, el acontecimiento de la semana pasada, en el que los narcoterroristas expulsaron al Ejército de Policarpa, Nariño y el gobierno ni siquiera hizo un Twitter al respecto, es la más palpable evidencia de que ni siquiera ante tan vergonzoso evento, en el que se le despoja al Estado (a través de su Ejército) la más mínima condición de su existencia: un territorio, nadie se atreve a denunciar el dominio del narcoterrorismo comunista en el país, ni siquiera el gobierno. En un país serio, esto hubiera sido motivo para una crisis política, la renuncia del ministro de la Defensa y el Alto Mando Militar, una tormenta de opinión pública, acá nada pasó, el país asume como normal que el narcoterrorismo comunista humille al Ejército y lo expulse de un municipio, humillante y vergonzoso, ni siquiera en el Ejército se puede confiar, esto se lo llevó el diablo.
El Foro de Sao Paulo, el comunismo internacional a través del farcsantismo gobierna de hecho a Colombia. El Foro de Sao Paulo ha conquistado el país, sin que siquiera la democracia haya hecho resistencia, el liderazgo democrático se arrodilló y se bajó los pantalones ante la arremetida de los criminales de lesa humanidad de las FARC, y ya pronto viene otra violación del gobierno por parte del ELN y así sucesivamente cada grupo criminal se irá tomando su parcela del Estado, y el liderazgo democrático, como Shakira, ciego, sordo y mudo.
El Foro de Sao Paulo ha logrado su más brillante victoria en Colombia, ni siquiera tuvo que enfrentar una elección, donde por medio de fraude se toma el poder, acá lo hicieron unos abogados comunistas, que crearon un Estado de facto instaurando la dictadura del farcsantismo. De acá al 2022 es pura cuestión de trámite, ya la violencia callejera se tomó el país y el gobierno le prohíbe a sus Fuerzas Armadas defenderse, los policías deben salir corriendo ante las arremetidas criminales del farcsantismo, la ministra del Interior, sin ningún rubor, declaró la claudicación del Estado ante la violencia criminal del farcsantismo.
“Alicia Arango estima que la Policía nacional no es ‘profesional’. Pero la profesionalidad de la policía radica no en arrodillarse ante los bandidos, ni ante los amotinados, como exigen las sectas marxistas en estos momentos, sino en tener una doctrina de intervención apropiada y los medios técnicos para impedir que los delincuentes atenten contra la nación”. (No a la “transformación” de la Policía Nacional, Eduardo Mackenzie https://twishort.com/RwSnc ).
Las FARC tienen impunidad, elegibilidad, siguen con sus negocios criminales e ilegales, tienen su propia justicia que les asegura su impunidad y la persecución de los demócratas, como Uribe. El gobierno no solo se limita a seguir al pie de la letra el acuerdo de entrega del país a las FARC, sino que ya se quitó la careta y apoya sin vacilaciones el proyecto criminal de instauración de la tiranía farcsantista en Colombia.
El pueblo colombiano es indoblegable, votó contra el acuerdo de entrega del país a las FARC, eligió a Duque creyendo en su promesa de eliminar la impunidad de las FARC, la cual no cumplió. A la tercera va la vencida, en el 22 ocurrirá una rebelión popular, que a través del voto elegirá un gobierno de restauración nacional, el “establishment” no podrá contra esa insurrección democrática que se volcará a las calles en defensa de su voluntad y contra el fraude electrónico impuesto por el farcsantismo. O al menos ese es mi sueño, que es la única esperanza que le queda a la democracia colombiana. De no ser así, apague la luz, cierre la puerta y vámonos, que el narcoterrorismo comunista instaurará la tiranía comunista como en Venezuela.