Lo sucedido en la consulta primaria es una útil proyección de lo que la nación siente y necesita. La inmensa mayoría sabe que Venezuela está mal, muy mal, caminando hacia peor, pero no se resigna. Considera que ya ha sido suficiente. Casi cinco quinquenios de gestión del llamado “socialismo del siglo XXI” han sido definitivos para ratificar la convicción sobre la inutilidad y una prueba más de la ineficacia del socialismo. Ha fracasado en todas partes del mundo por lo que ahora, en este tiempo, se desarrollan nuevos esquemas alejándose de los originarios, fundamentales, del verdadero socialismo, pero con la decisión de tomar el poder como sea. Una vez cumplido el objetivo, toda la estrategia y las acciones tienen como única meta mantenerlo a cualquier precio.
Necesitan liquidar a los dirigentes y organizaciones propios de la vida en libertad y democracia. Cuando no pueden neutralizarlos con dinero o complacencias adecuadas, tratan de destruirlos de cualquier manera. Me impresiona mucho que el mundo verdaderamente democrático ya coloca a Venezuela al lado de Cuba y Nicaragua. Es un indicativo de la obligación que tenemos los verdaderos amantes de la libertad de unirnos para ponerle punto final a la tragedia que estamos viviendo.
El simple hecho de que cerca de 8 millones de compatriotas hayan sentido la obligación, o la necesidad, de migrar en busca de oportunidades para una mejor vida, señala que esto no puede ni debe continuar. No olvidemos que la voluntad de Dios se cumple en la tierra por las acciones de los seres humanos. La tarea es enorme y quienes estén dispuestos a profundizar esta lucha debemos unirnos apartando ambiciones personales o de grupo, dejando a un lado intereses secundarios y los viejos resentimientos propios de las luchas democráticas.
María Corina Machado ha recibido el mandato necesario para ponerse al frente de esta lucha. No está sola. Venezuela entera fue representada por la enorme votación obtenida el 22 de octubre pasado y el reconocimiento universal, de propios y extraños, a su triunfo en esta primera etapa formal de la lucha por el cambio.
En estos días abundan los análisis de lo sucedido y las recomendaciones genéricas para nuestra candidata. Lo importante en este momento es que nos incorporemos todos a la batalla que ya se libra. El régimen está desconcertado y da patadas de ahogado. Tiene muchas contradicciones en su seno. Crece la desconfianza con relación al liderazgo de Nicolás Maduro. Incluso, hay quienes están planteando internamente la posibilidad de que Maduro se retire. Se especula con nombres y apellidos del mundo civil y del militar para sustituirlo. Esto hace mucho más peligroso el momento presente y los días por venir. Pero deben saber que la decisión reflejada en la primaria del 22 de octubre se profundiza.
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