OPINIÓN

Experimentos de reingeniería social

por Albert Geovo Albert Geovo

Con relación a esta lógica de rediseño y cambio de la construcción social, se abre con las siguientes preguntas: ¿Y si todo lo que se ha vivido, en las últimas décadas, es un gran experimento del que la humanidad es objeto de estudio? ¿Y si la ciencia se equivoca y resulta ser la causante de muchas de las múltiples enfermedades, padecimientos y defunciones que hoy existen, como parte de una manipulación política de la posverdad?

En cuanto a estas interrogantes, se recuerda que, así como las bajas y subidas en las acciones del mercado de valores son provocadas dentro del sistema financiero; así pueden ser manipuladas, las crisis económicas, políticas e incluso las denominadas revoluciones dentro de las naciones.

Por ese motivo, parece insólito, por ejemplo, observar a personas que nunca han tenido contacto con la ciencia de la salud discutir acerca de la misma. Tanto que líderes religiosos, actores, cantantes, activistas, filósofos, profesionales, políticos hablando en los medios de un asunto que desconocen; lo más sardónico es que no se estimule a expertos a investigar y desarrollar, departir sus resultados, para disfrutar, la humanidad, varios puntos de vistas, trabajos científicos y percepciones.

De ahí que este es el tiempo donde se vive el plan más ambicioso en materia de la ciencias humanas y reingeniería social, no quedando una esfera que esté a salvo de la agenda global. De manera que la denominada derecha e izquierda política pasaron de moda, hace muchas décadas; guerrilleros, terroristas y grupos minoritarios, partidos políticos, anarquistas, libertarios, movimientos insurgentes, filósofos, escritores, catedráticos, activistas, estamento militar, empresarios, campesinos, obreros, profesionales; en fin, no queda nadie fuera del margen.

A pesar de la paradoja, que las transmisiones que se oponen, observándose más, son como la voz en el desierto frente a los que inciden en los medios masivos de comunicación, que terminan envolviendo la opinión pública internacional.

De modo que la unidad de todas las corrientes filosóficas, religiosas, científicas, universitarias, políticas, profesionales, económicas, son el resultado del pensamiento único del imaginario colectivo; es como aquella fantasía animada de las tiras de cómic de superhéroes, donde financistas y poderosos son los que inciden en la opinión pública, englobando de forma geoestratégica la política internacional de manera distópica.

Por esa razón, la unidad de ideologías, que de acuerdo con algunos teóricos de la comunicación no se pensaba lograr, ya que se argumentó que eran proyectos ambiciosos sin efectividad; apuntando que los comportamiento de las personas y grupos sociales son de difícil predicción.

Hoy, en pleno siglo XXI, las exploraciones en el campo de la comunicación expresan que sí es posible, que siempre lo ha sido; a través de muchos programas de investigación y desarrollos que inciden en la conducta de la población.

Esto ha dado pie a distintos estudios, observaciones y disertaciones sobre los proyectos y subproyectos de investigación y desarrollo en el área de la comunicación, con métodos efectivos de control mental; a través, de las alteraciones de las funciones cerebrales, como  por ejemplo, la hipnosis colectiva,  MK Ultra, Proyecto Monarca, ondas radiofónicas de baja frecuencia  en el ambiente, con imágenes, videos subliminales o directos a la conciencia de forma emotiva por los medios de comunicación, que permiten la normalización de la conducta,  junto a la institucionalización de leyes y regulaciones; además de procedimientos químicos y de control directo.

Métodos directos y sugestivos en la población con mensajes ocultos o subliminales en la música,  la industria del cine y del entretenimiento, e incluso, dispersas en el aire, a través, de ondas radiofónicas de baja frecuencia en el ambiente.

Todas son factores y reglas que contribuyen en la modificación de la conducta que terminan convirtiéndose en hábitos de aislamiento, inoculación de drogas, productos químicos, torturas y tratos crueles; entre otros, desacatos a los principios, valores y derechos naturales que comprenden los derechos humanos universales.

Planes de investigación y desarrollo que hasta hace un par de décadas eran considerados solamente parte del campo de la ciencia ficción y conspiraciones. Hoy ya todos estos programas de control distópicos, dejan de ser novela de ficción para ser una realidad que impacta la sociedad mundial.

Políticas de control social que en su momento, de acuerdo con los documentos desclasificados de los años 1950 y 1970 del siglo XX, participaron: corporaciones, fundaciones, compañías, colegios y universidades con la connivencia y autorización de los gobiernos para las pruebas y comercialización de productos relacionados directamente con la salud humana.

Sin embargo, esto no ha cambiado en la actualidad, simplemente que para ser de conocimiento público, a pesar de los magnos esfuerzos que se hacen a través, de los medios de comunicación masivos, se necesitan como mínimo 50 años, que es la media, para desclasificar documentos de interés público internacional, y propiamente de la voluntad de la sociedad civil.

Por si fuera poco, muchos de estos programas aún siguen velados, en el ámbito religioso, científico, en materia de la salud, biología genética, la industria alimenticia, control mental, económico, político, nuevas tecnologías de la industria aérea espacial, ultraterrestre, industria militar, manejo y uso de armas químicas, radiológicas,  la industria en el ámbito de la comunicación de última generación, como las que se vienen desarrollando, que permiten, entre otras situaciones, la privación sensorial y a su vez el control y modificación de la conducta humana de manera colectiva, como hilo conductor de una tiranía institucional.