Picaña, Valencia – Foto EFE / Biel Aliño
“When to keep your mouth shut: if your words will offend a weaker brother” (I Corinthians 8:11)
Creímos que nunca nos iba a pasar nada. Nos creímos que estábamos a salvo de todo. Despreocupados y alegres seguíamos viviendo la vida en nuestros dos mundos. El mundo real y prosaico en el cual nos levantábamos para ir al trabajo, esquivando el tráfico y el cansancio acumulado de la rutina, esforzándonos en nuestras tareas profesionales para regresar a casa al final de la jornada. El otro mundo paralelo y virtual nos deja caer en el abismo de la pantalla, nos acuna y nos duerme ea, ea, ea, eh en un paisaje de nubes y sombras. Muchos permanecen grises bajo esa línea del subconsciente y olvidan salir a la superficie, a la luz, a vivir la vida buena.
La vida contada en papel y la vida contada en una pantalla nos dice la verdad o se la inventa. El individuo solo frente a los dos mundos tiene que aprender a pensar. No puede creer todo lo que le cuentan, pero tampoco perder la fe porque hay hombres y mujeres que viven el éxodo al revés y son capaces de recorrer distancias insalvables para ayudar allá donde sea preciso hallar fuerza y valentía.
Ese mundo paralelo y mágico de internet me ilustraba estos días atrás con un decálogo de las diez cosas que el dinero no puede comprar: buenos modales, respeto, paciencia, sentido común, bondad, entrega, carácter, clase, confianza, integridad. Anoté estas diez cosas en mi agenda. Me sentí un príncipe feliz.
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La Gota Fría del martes, 29 de octubre de 2024 en el sureste español afectó a Albacete, Málaga y Valencia dejando -según informan los medios de comunicación- a esta última región valenciana transformada en zona catastrófica.
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‘La Gota Fría de Valencia: 205 fallecidos, decenas de desaparecidos y miles de millones en daños’ Seguritecnia, 31.10.2024
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