OPINIÓN

¿Existen liderazgos políticos y sociales en Nicaragua?

por Ariel Montoya Ariel Montoya
Si los hay y en cuantía. Algunos de ellos han cometido errores, pero de todos y de entre todos ¿quién será capaz de lanzar la primera piedra?  También, evidentemente, son parte de la solución en el momento en el que la crisis social y política se incremente, y en la cual la ciudadanía y la comunidad internacional jueguen el rol que les corresponde.
Después de la escabrosa desconfianza que destapan los golpistas del siglo XXI  como Nicolás Maduro en Venezuela, tras el escandaloso robo de las elecciones presidenciales, crece la desconfianza de que en Nicaragua se puedan dar comicios libres con un régimen como el de Daniel Ortega. Es evidente.
Máxime ahora, cuando otro de los puntos reformados en la Constitución Política, alarga un año más su periodo presidencial. Es decir, hasta el 2027 según prescripciones sandinistas oficiales.
Pero todo esto se puede revertir o tomar otro rumbo si la dirigencia nacional dentro del país junto a la estructura política visualiza una fórmula para encarar a Ortega.
Se debe tomar en cuenta junto con este precepto, las últimas declaraciones del nuevo secretario de Estado, Marco Rubio, quien habla de que Venezuela se ha convertido no solo en una amenaza para Estados Unidos, «sino para toda la región», lo que demuestra una subida de tono en la crisis geopolítica del momento.
Así las cosas, la situación política tiende a buscar nuevas alternativas, no siendo precisamente la armada la necesaria ni la primera, por ahora, pero sí la más enunciada, ya que por ejemplo ante el descaro de Maduro en Venezuela crece más la iniciativa de un contingente armado compuesto por tropas de varios países latinoamericanos. Álvaro Uribe, el expresidente de Colombia, desde la frontera  con Venezuela lo pidió.
Si bien es cierto que estas aguas no rebasan sus orillas en el caso de Nicaragua, la situación del país no deja de ser caótica porque es parte del combo castrocomunista, lo que en algún momento generará un rechazo más contundente al orteguismo de parte de sectores sociales y políticos preponderantes, de dentro y fuera del país.
La presión externa incidirá en la interna, lo cual sumado al descontento existente podría en un primer caso obligar al Ejecutivo a que se den elecciones libres en 2026, lo otro inevitablemente vendrá a ser un caos social que provoque una rebelión y con esta, una respuesta más contundente de la comunidad internacional para propiciar elecciones y un cambio de sistema.
Por ahora lo que existe es una fuerza política sustentada en el liberalismo histórico del Partido Liberal Independiente (PLI), la cual mantiene una lucha sistemática interna por mantenerse a flote. Pero hay sustratos profesionales, empresariales, gremiales, sindicalistas, líderes campesinos, obreros y comerciantes que en su momento deberán dar la cara. Y políticos.
Nilo Salazar, Noel Vidaurre, Rafael Cárcamo, Carlos Pellas, Alfonso Robelo, Julio Ruiz Quezada, Kitty Monterrey, Ramiro Sacasa, Valmore Valladares, Alejandro Hurtado son algunos de los nombres de personas con conocimiento y manejo de la realidad nacional, quienes ante un llamado patriótico nacional pueden ejercer un rol protagónico y beligerante. Al igual que cualquier otro ciudadano que se precie de aportar a la causa democrática.
La situación regional para estos países castrocomunistas no da para más; tampoco a nivel interno de cada país. Y las consecuencias de no acatar estos los mandatos de las normas del Derecho Internacional y de Occidente serán desastrosas de no actuar con base en estos preceptos. Es un hecho, el cambio viene.

El autor es escritor y periodista nicaragüense exiliado en Estados Unidos. Columnista internacional y vocero en el exterior del Partido Liberal Independiente (PLI Histórico).