Aclaro que lamento mucho que Evo Morales, a quien considero la mejor experiencia por un modelo de mejor redistribución de la riqueza, y quien ha llevado por más de una década a Bolivia por el camino y la senda del crecimiento y desarrollo económico, termine ahora desconociendo la voluntad popular al no aceptar que en esta ocasión los votos no fueron suficientes para ganar en primera vuelta, y que, por lo tanto, deberá ir a una segunda vuelta electoral contra Carlos Mesa, en pacto con el resto de la derecha de ese país, si efectivamente quiere mantenerse en los parámetros de la democracia y la constitucionalidad, so pena de condenar a la hija predilecta de Bolívar a seguir el camino nefasto del madurismo, cuya realidad ha condenado a Venezuela al caos y la destrucción política, económica y social.
En tal sentido, que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) haya suspendido los resultados definitivos cuando de acuerdo con su último boletín electoral del día de las elecciones y faltando apenas 11% de las actas por escrutar, y decir que tales resultados pudieran durar hasta una semana por “totalizarse” sería una afrenta contra la credibilidad y legitimidad del proceso¹, máxime si llegara a decirse que Evo Morales ganaría por el 10% de diferencia mínimo que se establece para derrotar en primera vuelta a sus oponentes.
Si en efecto, en el reconteo de votos que para al momento de redactar estas líneas iría por un segundo acto de contabilidad y tales sufragios favorecen a Evo Morales ¿por qué no procede el TSE a proclamarlo como presidente reelecto? La respuesta es clara. No hay los votos suficientes, e intentar un fraude de esa magnitud no puede realizarse, razón por la cual, se buscaría aplicar subterfugios como “repetición” de elecciones en diversas mesas de votación por diversas “inconsistencias”, así como anular en su totalidad los actos electorales en diversos espacios. Eso simplemente sería inaceptable y colocaría a Bolivia en el camino del madurismo en términos de violaciones de la voluntad del pueblo y en ruptura de la democracia.
Evo Morales había señalado una ruta exitosa en función del desarrollo integral y disminución de la pobreza en Bolivia, pero si el afán de poder supera las dimensiones de echar por la borda lo que él mismo ha generado, sería lanzarse al suicidio político de la historia y colocarse del lado del neototalitarismo que en nada ha beneficiado a Venezuela.
Si el actual presidente de Bolivia considera que aún tiene la confianza de los bolivianos debe apartar los miedos e ir hasta segunda vuelta electoral; si, por el contrario, asume una condición de neodictador, no tardará mucho tiempo para que a la ola migratoria que hoy sacude a Venezuela también se sumen millones de bolivianos y eso sería generar la hecatombe en América Latina.
Nadie es tan tonto para no ver lo que ocurre en el plano político. El madurismo ha buscado desestabilizar con sus hordas a Ecuador, Perú, Colombia, y ahora a Chile. Al parecer ahora falta “La Paz”, y si eso ocurre en Bolivia, la verdad es que en esta ocasión los maduristas no tendrán forma de negar su auténtica responsabilidad. Decía Chávez, más allá de creer o no creer que: “La voz del pueblo es la voz de Dios”. ¿En quién creen Evo y el resto de los bolivianos? Al parecer Evo quiere acabar con “La Paz” en Bolivia.
¹ https://www.infobae.com/america/america-latina/2019/10/21/bolivia-lleva-12-horas-sin-que-se-conozcan-los-resultados-finales-de-la-eleccion-presidencial/
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