I Las estructuras anti-ZEDE: sin fundamentos históricos-epistemológicos
Hemos mencionado la carencia de aspectos históricos y epistemológicos que el gobierno de Honduras, a través de la creación de algo que han llamado comisionaría nacional “contra las ZEDE” – Zonas de Empleo y Desarrollo Económico -, en la cual, su representante, Fernando García explana en cada escrito una desgastada retórica, que sólo puede ser definida de monserga, no sólo porque se observa una excesiva conjugación eufemística con trazos de antinorteamericanismo, sino porque termina convirtiéndose en una protervidad ante uno de los principales problemas que enfrenta Honduras, como es la generación de empleos, máxime cuando se han multiplicado el cierre de las llamadas maquilas e incluso medios de comunicación; lo cual demuestra, que no son precisamente Próspera, Ciudad Morazán y Orquídea, las generadoras de problemas sociales; y menos económicos.
Ante la destrucción de empleos, han surgido voces disidentes del propio partido de gobierno, quienes comprendiendo la situación de migración y pobreza que atraviesa la patria de Morazán, han buscando establecer puentes; pero lamentablemente, el gobierno de Xiomara Castro, denominado zelayismo, apunta en sus condiciones políticas hacia características del madurismo, que después de haber destruido más del 70% de la economía, y donde según la Organización de Naciones Unidas – muy citada por el gobierno hondureño – más de 8 millones de venezolanos han abandonado la nación; lo cual, en vez de colocar en alerta a las autoridades centroamericanas, pareciera que la repetición de éstos errores son los que fortalecen sus acciones en destruir una economía. En consecuencia, un diputado de partido Libertad y Refundación (Libre), sobre la situación política, económica y social que confronta Honduras; Calix indica (2024):
Esta es la realidad de Honduras que debemos cambiar. Generar empleo debe de ser la prioridad de cualquier gobierno. Para lograrlo, debemos atraer inversiones. Eso solo se logra bajo un clima de estabilidad y seguridad jurídica, hasta hoy inexistentes en el país. También es preciso volvernos competitivos, de lo contrario, la inversión se irá a Guatemala, El Salvador e incluso a Nicaragua. No hay conquista más grande para un pueblo que tener asegurado el desayuno, el almuerzo y la cena, en la mesa de cada hogar. (párr.)
En tal contexto, resulta obvio, que García, en sus propuestas anti-ZEDE, centradas en una visión dogmática “pura y dura”, la misma ni siquiera resulta de una conceptualización ajustada con el ámbito “constitucional”, la cual solo destila en principios que para él, se encuentran violando todos los procesos ante, durante y después de la conformación de Próspera, Ciudad Morazán y Orquídea, llegando al absurdo de citar como “violaciones de derechos humanos” las millonarias inversiones y los miles de empleos generados, y cuyas citas pretende crear en una especie de ab lectio en términos jurídicos, anteponiéndose sobre la propia Constitución, y por ende, al quedar in vanum por la confluencia de sus extravagancias seudojurídicas, recurre sobre la base de una publicación “arbitrada”, el destilar sus incongruencias, como si eso fuera suficiente en el resquebrajamiento de las propias normas constitucionales, y sobre las ZEDE, porque su principal función, como es denominada en términos oficiales, es ir contra éstas, sea como sea. Así tenemos, que García amplificando su visión antinorteamericana que había expresado en un artículo (2018); nuevamente a través de Friedrich Eberth Stiftung (2023) señala:
Con el pretendido pero fallido “enclave” ZEDE – oprobiosa modalidad corporativa que rechazamos radicalmente como Estado soberano – se vulnera – real y potencialmente – el cumplimiento de los tratados, pactos, carta de la NN. UU. (SIC) y convenios internacionales sobre Derechos Humanos y Medioambiente, suscritos y ratificados por el gobierno de Honduras, y se viola desde la perspectiva de Estado de derecho, nuestra Forma de Gobierno y el Territorio, el medioambiente y otros aspectos de interés colectivo (ciudadano) y global (planetario). (p.13)
O sea, para García las ZEDE serían algo de maldad superlativa, donde unos desquiciados inversionistas, no sólo arrasaría con todo el ambiente que rodearía sus inversiones, sino que además implantarían esquemas de neoesclavismo y neofeudalismo, en pleno siglo XXI, cuando bastaría una simple imagen satelital para demostrar los abusos en tal destrucción ambiental, y por supuesto, en colocar a los seres vivos en condiciones de infravaloración biológica; verbigracia, convirtiendo todo ecosistema en una gigantesca protuberancia de destrucción humana.
En esta realidad, y al ver, que cada texto de García (ob. cit) sólo tiene una repetida nomenclatura, sería pleonástico continuar avanzando para demostrar su actitud antinorteamericana que en vez de colocar sus posiciones en un marco de aceptada discusión jurídica, sus escritos se convierten en panfletarios y propagandísticos, más aún, cuando ninguna de sus citas se apoya en algo que haya ocurrido contrario con los intereses de los países asiáticos, en los cuales, por cierto, el gobierno hondureño estaría sustentando sus próximas inversiones y apoyos económicos. El asunto no serían las ZEDE, el punto estaría en que esas estructuras constitucionales y legales son en su mayoría de capital norteamericano, y de allí se pueda observar, que existen hasta conductas obsesivas en algunos funcionarios del zeleyismo contra Próspera, Ciudad Morazán y Orquídea como generadoras de bienestar, crecimiento y desarrollo.
II Las ZEDE: Complementarias del desarrollo constante de participación nacional y multinacional
Desde esta perspectiva, mientras un gobierno lo que alcanza es el propio rechazo de una población, en especial de la juventud hondureña; sobre todo cuando éstos últimos reclaman las pocas oportunidades de empleo que existen en el país, Fernando García se ha convertido en un pésimo interlocutor para el gobierno de Xiomara Castro, debido a que mantener esa línea de permanente asedio y lingüística contra las ZEDE, independientemente que mantenga una ambivalencia diciendo que serán “bienvenidas las inversiones”, la realidad es que luego de casi cuatro del gobierno de Xiomara Castro, la pobreza, la migración y los conflictos sociales se han agudizado.
Así, cuando el gobierno hondureño creó la Comisión Nacional para el Ferrocarril Interoceánico (Confi), y su principal vocero Héctor Zelaya habla que Japón se ha convertido en fuente de inspiración para tal obra de envergadura, debe tener claras dos variables: la primera que es capital foráneo, y la segunda que Japón en un aliado de Estados Unidos en Asia, razón por la cual, cualquier decisión que pudiera impactar negativamente a la nación norteamericana en materia de inversiones, obviamente también incidiría en la misma medida, ante cualquier proyecto de semejante iniciativa, porque en esencia el inmenso desarrollo de esa nación en el continente emergente, tiene sus bases en la tecnología de la que sigue siendo, más allá de cualquier retórica, la primera nación del mundo.
Ante esta realidad, las ZEDE de manera directa se convierten en aliadas de una obra que tanto necesita Honduras, como el tren interoceánico, porque ellas dinamizan la economía interna y externa en esos términos, tanto nacional como multinacional; quedando supeditado el tema de un funcionario antinorteamericano en mínima expresión, y porque generaría una profunda reflexión al gobierno hondureño en la realidad de atraer al país, obras que generen ese bienestar, crecimiento y desarrollo que Próspera, Ciudad Morazán y Orquídea están generando de manera constante desde que comenzaron a operar en 2020, en plena pandemia del covid-19.
En consecuencia, las ZEDE más que estructuras innovadoras para las inversiones en los sectores agrícolas, industriales, financieros, turísticos, servicios, y de ciencia e investigación, son las bases de que otro desarrollo sí es posible, mientras se respete el orden constitucional y jurídico en que se han sustentado. En contrario, las autollamadas estructuras anti-ZEDE sólo son campos para seguir aumentando la pobreza y la migración. Ojalá el gobierno mirando hacia el tren interoceánico comprenda que la realidad en materia de inversiones y tecnologías para producir miles de empleos tienen en las ZEDE un aliado, un promotor y un escenario que hacia el futuro solo pueden estar interrelacionados en lo económico y social.
En síntesis, las estructuras anti-ZEDE de Xiomara Castro son una retórica contra Honduras y la necesidad de empleos para los hondureños.
@vivassantanaj_
Referencias
Calix, J. [@JorgeCalixHN] (2024, junio, 11). Esta es la realidad de Honduras que debemos cambiar [Post X]. https://x.com/JorgeCalixHN/status/1800511386277036129]
García, F. (2023). Las ZEDE en Honduras: implicaciones para el Estado de Derecho y Derechos Humanos. Friedrich Ebert Stiftung FES. 1-19. https://library.fes.de/pdf-files/bueros/fesamcentral/20739.pdf
García, F. (2018). Ciudades Burbuja: Análisis Político-Jurídico de la Legislación de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) en Honduras. Friedrich Ebert Stiftung FES. (N° 9), 1-49. https://library.fes.de/pdf-files/bueros/fesamcentral/16510.pdf
La Tribuna. (6 de junio de 2024). «Héctor Zelaya: Japón es fuente de inspiración para el tren interoceánico». https://www.latribuna.hn/2024/06/06/hector-zelaya-japon-es-fuente-de-inspiracion-para-el-ferrocarril-interoceanico/
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