El precio del galón de gasolina sobrepasó los 8 dólares en Los Ángeles y el del diésel los 9. Un galón son 3,785 litros. Es decir, un litro de gasolina está costando aproximadamente 2 dólares. Para dar un ejemplo práctico: la capacidad del depósito de combustible de una Toyota 4Runner es de 18,5 galones (70 litros), así que llenar el tanque cuesta 148 dólares. Una gandola tiene 2 tanques de 150 galones. Llenar una gandola con gasoil cuesta 2.700 dólares. A nivel nacional en Estados Unidos el precio promedio del galón de gasolina está en 5 dólares.
El alto costo de la gasolina y el diésel sin duda incide en el aumento del costo de alimentos, bienes y servicios. El presidente Biden y los demócratas en el Congreso están conscientes de que tienen que lograr reducir el costo de la gasolina y el diésel y controlar la creciente inflación, si es que quieren retener el empate pírrico en el Senado (50-50) y conservar la leve mayoría en la Cámara Baja.
La actual guerra entre Rusia y Ucrania ha incidido en el alza del precio del petróleo, (120 dólares por barril promedio) aunado a la decisión de Estados Unidos y la Unión Europea de implementar sanciones económicas a Rusia, las cuales incluyen que Estados Unidos dejara de comprar aproximadamente un millón de barriles de petróleo y sus derivados a Rusia, esto influyó en la decisión de acercarse a un diálogo directo con el presidente Nicolás Maduro buscando negociar la compra a futuro de petróleo venezolano.
Biden pareciera estar dando los primeros pasos para desmontar la fallida y nefasta política exterior de Trump hacia Venezuela, después de todo se impone la lógica pragmática de que Estados Unidos históricamente ha sido uno de los principales compradores del crudo venezolano y de que un tanquero cargado de petróleo desde nuestro país solo tarda 14 días en llegar a las costas de Houston o Louisiana, mientras que los provenientes del Medio Oriente o África duran de 6 a 8 semanas.
Recientemente, el Departamento del Tesoro renovó la licencia a Chevron para operar en Venezuela, esta licencia le permite realizar “transacciones y actividades necesarias para la seguridad o la preservación de los activos en Venezuela”. Este permiso también autoriza a Halliburton, Schlumberger, Baker Huges, y Weatherford a mantener activos en el país. Chevron también recibió autorización de continuar conversaciones con los representantes del gobierno del presidente Maduro y altos funcionarios de Pdvsa, lo que probablemente termine en la autorización de una licencia más amplia de operación a finales de 2022.
La vicepresidenta Kamala Harris es el voto 51 que les da a los demócratas la mayoría mínima en el Senado, si es que todos los senadores acatan la dirección de Chuck Schumer, líder de la mayoría demócrata y apoyan la plataforma demócrata en los votos claves, cosa que hasta ahora no se ha logrado, ya que el senador Joe Manchin, del estado de Virginia del oeste, ha descarrilado algunas de las propuestas legislativas importantes de la agenda del presidente Joe Biden en su primer año y medio en la Casa Blanca.
En la Cámara Baja los demócratas tienen una leve mayoría de 224-210. Es muy complicado para los demócratas superar a los republicanos en las elecciones de noviembre, esa es una de las razones por la cuales recientemente un empleado filtro un documento confidencial al medio político el cual muestra claramente que los jueces conservadores que superan a los liberales 5-4 en la Suprema Corte de Estados Unidos estarían considerando la derogación del precedente de «Roe contra Wade» que legalizó el derecho al aborto en 1973.
Las elecciones de medio término para el Congreso siempre son marcadas por una alta abstención y usualmente las maquinarias de ambos partidos juegan un rol central en la movilización de lo que es considerado el voto duro o captivo, es decir las bases y los electores que son más propensos a votar por los candidatos o las plataformas demócrata o republicana.
Según un estudio reciente del Pew Research Center, 7 de cada 10 votantes están en contra de la derogación de la sentencia Roe contra Wade. Los demócratas esperan que en noviembre esto sea motivación para que sus bases salgan a votar por sus candidatos al senado y la cámara baja, especialmente entre las mujeres que es una demografía de 73,7 millones de electores y que en su mayoría también favorecen la legalidad del aborto.
Los candidatos republicanos, además de cuestionar la gestión económica e internacional de Biden-Harris, en la campaña electoral que ya inició con las primarias demócratas y republicanas en los estados y distritos, también trataran de movilizar su llamada base moral, compuesta principalmente por evangélicos anglosajones en los estados sureños quienes férreamente se oponen al aborto.
La mayoría de legisladores republicanos y algunos demócratas muestran una política hipócrita en cuanto al tema de la vida, se oponen férreamente al aborto, pero se oponen a la entrada al país de los niños centroamericanos que llegan a la frontera sur con México pidiendo refugio huyendo de la pobreza, la violencia y la muerte. Están a favor de la pena de muerte que es desproporcionadamente aplicada a negros, latinos y otras minorías, y se oponen a cualquier legislación que intente controlar la venta indiscriminada de armas de guerra a civiles, que en la reciente masacre de Uvalde, Texas, causó la muerte a 19 niños y niñas de la escuela primaria de Robb y dos de sus maestras. Estar a favor de la vida de una manera congruente debería ser desde el vientre hasta la tumba.
A los legisladores estadounidenses, tanto demócratas como republícanos, en primer lugar los mueve el dinero que puedan recaudar para sus campañas, es por eso que los lobistas que representan a las multinacionales y grandes empresas son muy influyentes. En segundo lugar, los influyen los electores que participan activamente en el dialogo cívico y al final del día acuden a votar, es por eso que en Estados Unidos toda política termina siendo local.
En el caso del petróleo y Venezuela el lobby de las petroleras seguirá siendo influyente, y Biden hace el cálculo de que el estado de la Florida es un caso perdido en las aspiraciones demócratas de al menos ganar uno de los dos escaños al Senado, o de conseguir una mayoría en la delegación a la cámara baja por ese estado. Venezuela no es un tema electoral más allá del estado de la Florida.
En el caso del aborto, es el tema que más divide y polariza a los votantes estadounidenses, tanto los que están a favor como los que están en contra quieren saber cuál es la posición que tienen los candidatos demócratas y republicanos en este tema. Como he señalado las posibilidades de retener ambas cámaras del Congreso para los demócratas en las elecciones legislativas de noviembre no son muy alentadoras.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Chummer, en un esfuerzo inútil por aprobar una ley que convirtiera el aborto en ley federal sometió una iniciativa a consideración del senado recientemente, no logró los 60 votos de una super mayoría necesaria para evitar el filibuster, y apenas alcanzo 49 votos. El filibuster es una maniobra legislativa que se usa para bloquear el voto sobre un proyecto de ley especifico, y para superarlo se necesitan 60 votos.
Lo que sí logró Chummer es obligar a los senadores demócratas y republicanos a votar a favor o en contra de un proyecto del aborto y sin duda este registro del voto en la cámara alta que es abierto y público, será utilizado como tema de campaña electoral.
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