La situación está cambiando en el mundo a favor de las tiranías y en América Latina ese movimiento es aún más vertiginoso hacia las dictaduras de izquierda. Es probable que Maduro se vea beneficiado por el nuevo gobierno en Chile con su presidente socialista Gabriel Boric; también es posible que se le sume en breve Colombia con Petro y no tardaría en hacerlo Brasil con Lula y finalmente Ecuador.
Para Maduro será apoteósico, con estos políticos se hará potable en un escenario de conveniencia que ya incluso se puede empezar a ver con la moderación que ha asumido el discurso de Michelle Bachelet sobre la situación en Venezuela, sobre la que solo se limitó a abordar aspectos cosméticos en su reporte.
Todo el blindaje político de la estrategia anti-Maduro se había forjado principalmente por actores y gobiernos de derecha; pero las denuncias en su contra no dejan de ser ciertas por el hecho de que cambie la naturaleza ideológica de los gobiernos. Todo debería seguir su curso normal, a no ser que se presente una situación excepcional, que es lo que actualmente ocurre con la guerra de Ucrania.
La invasión de Putin a Ucrania ha derrumbado todos los diques que los frentes internacionales habían levantado para contener a Maduro. Ahora la política exterior está dominada por urgentes necesidades energéticas de Estados Unidos y la Unión Europea que pueden dar por terminadas muchas de las sanciones contra el régimen que controla el poder en Venezuela, fundamentalmente las vinculadas a la industria petrolera.
Los rumores más recientes apuntan en esa dirección. Según Nelson Bocaranda el gobierno de Biden buscará entenderse con la tiranía de Maduro para garantizarse el suministro de petróleo de Venezuela, como forma de proporcionar un espacio de maniobra a los proveedores internos con el fin de evitar una escalada de precios.
Lo que pienso es que de darse este acuerdo entre el gobierno de Biden y el dictador Maduro, se estaría sentando un precedente a favor de la impunidad, sobre todo cuando el sucesor de Chávez es un actor que está vinculado directamente con el régimen de Putin, al punto de que mantiene una alianza con dotación militar rusa de ultima generación.
Si el objetivo de Estados Unidos es sancionar a la Rusia de Putin, no puede premiar a Maduro, quien está al servicio del exagente de la KGB y que lo ha apoyado abiertamente en su invasión a Ucrania, pues esta acción será considerada como una muestra de debilidad.
Se entiende que este supuesto acuerdo esté precipitado por la necesidad energética de Estados Unidos, que requiere cubrir la demanda de su mercado nacional y contener el precio del combustible, que se está incrementando aceleradamente.
Actualmente, hay muchas ciudades donde el precio ya está sobrepasando los 5 dólares y hasta los 6 en Los Ángeles, y lo peor es que esta crisis de suministros de hidrocarburos se está presentando en un año electoral, por lo tanto, es el tipo de indicador que resulta en una amenaza directa contra las intenciones de los demócratas de mantener la mayoría en ambas cámaras del Congreso. Las encuestas le están dando amplio margen de recuperar el control de las cámaras a los republicanos, léase Rasmussen Report que da a los republicanos 50, y a los demócratas 39 con una ventaja de +11. Politico/Morning Consult: republicanos 43, demócratas 42 con una ventaja de +1. Y Economist/YouGov: republicanos 39, demócratas 44 con ventaja de +5. Así que todas estas tendencias están montadas sobre el tema del precio de la gasolina y de eso se trata estas elecciones a medio termino de los congresistas.
AFP
Otro de los factores políticos que pudo haber jugado a favor de estas decisiones fue la vinculación que tuvo el gobierno interino con la administración Trump durante las elecciones presidenciales, puede entenderse como una especie de pase de factura, ya que a la final de darse un acuerdo entre Estados Unidos y el régimen de Maduro, en la práctica se estaría desechando el gobierno interino de Guaidó, pero también puede entenderse como una forma de precipitar un cambio de liderazgo en la oposición venezolana, quizás apuntando a Capriles.
Otro factor político para considerar en esta toma de decisiones a favor de obtener petróleo desde la Venezuela de Maduro es el poco peso que tienen los venezolanos en la toma de decisiones de los demócratas y principalmente la poca presencia entre electores hispanos.
Con relación a los grupos de presión venezolanos, sólo puedo comentar que lo poco que he visto es que dan la impresión de estar bastante divididos.
Sobre las vocerías de peso, generalmente los venezolanos podemos contar con una línea dura anti Maduro principalmente en algunos pocos republicanos es el caso de Marco Rubio y Rick Scott, ambos senadores de Florida y tan solo del demócrata Bob Menéndez de Nueva York, así que este tema de las supuestas negociaciones entre Maduro y la administración Biden no tiene mayor interés en la opinión pública norteamericana más allá de los periodistas venezolanos radicados en Miami vinculados con el gobierno interino.
Me da la impresión de que los demócratas no temen ninguna consecuencia electoral directa de esta acercamiento con Maduro ya que están trabajando en una estrategia de apoyar a los venezolanos dentro de Estados Unidos no solo con la otorgación del TPS, sino también con la ampliación, así que es muy posible que sea neutralizado el efecto negativo de algún acuerdo, pero es que además tengo entendido que hay muchas empresas petroleras norteamericanas interesadas en participar en los negocios con Maduro.
Con relación a los republicanos, aunque mantienen que negociar con Maduro no es éticamente sostenible dada cuenta es un dictador acusados de crímenes de lesa humanidad, sin embargo es un partido que se ha mantenido al margen de políticas de protección para los venezolanos dentro de Estados Unidos, incluso algunos candidatos republicanos a congresistas de origen venezolano están alineados a políticas contrarias al TPS para los venezolanos, que me parece realmente innecesario y políticamente errado, conozco congresistas republicanos que apoyan el TPS para Venezuela, es el caso de Don Bacon de Nebraska, así que si eres venezolano hay que apoyar el TPS con más razón.
Cualquier acuerdo que alcance tanto la Unión Europea como los Estados Unidos con Maduro con base a comprarle petróleo a cambio de relajar sanciones, es un grave error, es oxigenar la tiranía de Maduro y sin duda recaerá en una pérdida de sentido político con un efecto búmeran ya que ante el mundo se mostraran debilidades que aprovecharan los adversarios internos principalmente los extremistas, lo contrario yo pienso que tanto el gobierno de Biden como la Unión Europea tienen que insistir en aumentar la presión sobre el régimen de Maduro, al punto de incrementar las sanciones hasta lograr el mayor nivel de asfixia económica posible, ahora con más razón, dada cuenta Maduro se ha revelado ante el mundo como parte del aparato de apoyo al régimen de Putin. El objetivo es incrementarl las sanciones hasta obligarles a aceptar condiciones internacionales para un escenario electoral supervisado creíble.
Me despido deseándoles libertad, nos leemos pronto en El Nacional.
@estebanoria