OPINIÓN

Espiritualidad y política: la visión de María Corina Machado

por Robert Alvarado Robert Alvarado

“La política y la moral son inseparables. Y como la base de la moral es la religión, la religión y la política están necesariamente relacionadas. Necesitamos la religión como guía. La necesitamos porque somos imperfectos, y nuestro gobierno necesita a la iglesia, porque solo aquellos lo suficientemente humildes como para admitir que son pecadores pueden aportar a la democracia la tolerancia que requiere para sobrevivir”. Ronald Reagan

La política venezolana se encuentra en un momento de definición, donde la espiritualidad emerge como un pilar fundamental en la construcción de su futuro. María Corina Machado, una de las voces más influyentes en el panorama político de Venezuela, ha enfocado su campaña electoral en la dimensión espiritual, argumentando que la lucha que enfrenta el país es más que electoral; es una lucha del bien contra el mal, una batalla espiritual. Un enfoque con mucho sentido, porque Venezuela es un país con una rica herencia espiritual. La fe y los valores religiosos han moldeado la identidad nacional y continúan siendo una fuente de fortaleza para muchos venezolanos. Vale decir, María Corina reconoce que la espiritualidad no puede ser marginada de la política, ya que es intrínseca a la identidad y la moral del pueblo.

El planteamiento de la líder la oposición es claro: María Corina propone que la política debe ser una expresión de los valores espirituales que sostienen a la sociedad. La justicia, la verdad, la libertad y la solidaridad son principios que trascienden lo material y se convierten en la base para una gobernanza ética y compasiva. Su campaña busca reivindicar estos valores, colocándolos en el centro del debate político, implicando desafíos para integrar la espiritualidad en la política. Puesto que integrar la espiritualidad en la política no está exento de desafíos. Existe el riesgo de que los valores espirituales sean instrumentalizados para fines políticos, perdiendo su autenticidad. Además, la polarización puede llevar a que la espiritualidad sea vista como exclusiva de un grupo o ideología, en lugar de ser un terreno común para todos los venezolanos.

De cara a las elecciones presidenciales del 28 de julio, la campaña de Machado se presenta como un llamado a la conciencia espiritual de los votantes. Ella insta a los ciudadanos a votar no solo por políticas, sino por principios; no solo por candidatos, sino por el carácter moral que ven reflejado en su liderazgo. De tal manera, que la visión de María Corina Machado sobre la espiritualidad como fundamento de la política es un recordatorio de que los valores espirituales pueden ser una fuerza poderosa para el cambio. En un país marcado por la crisis y la división, su mensaje ofrece una perspectiva que busca unir a la población en torno a una visión compartida de bienestar y dignidad humana.

Por todo los anterior, en el corazón de la política venezolana late una lucha que trasciende lo electoral; es una batalla espiritual que define el carácter y el destino de una nación. Orientación que María Corina Machado enfatizó también durante su visita a Trujillo, como la ha hecho en todas las poblaciones venezolanas en las que la han recibido multitudinariamente. Su mensaje no solo resuena con el fervor religioso del pueblo venezolano, sino que también propicia un debate sobre la intersección de la espiritualidad y la política. ¿Por qué? Porque María Corina articuló una visión en la que la lucha espiritual, entendida como la lucha del bien contra el mal, es fundamental para entender la crisis política de Venezuela. En su discurso, ella sugiere que la contienda política no se limita a las urnas; es una confrontación entre valores universales y fuerzas que buscan socavarlos. Esta perspectiva resuena profundamente en un país donde la religiosidad es una fibra entrelazada en el tejido social.

Según el planteamiento de la líder opositora, las elecciones presidenciales son un momento decisivo. Las elecciones presidenciales del 28 de julio representan más que un proceso democrático; son un reflejo de la lucha espiritual que Machado describe. En un momento en que los valores espirituales a menudo se ven minimizados en la esfera pública, la insistencia de María Corina en su importancia destaca la disonancia entre la identidad religiosa del pueblo y las prácticas políticas actuales. O sea, a pesar de la profunda religiosidad del venezolano, existe una tendencia a desvalorizar lo espiritual en favor de lo pragmático o lo material. Machado desafía esta tendencia, instando a la población a reconocer que la integridad, la justicia y la libertad son cuestiones de convicción espiritual tanto como de política.

La interpretación de Machado sobre la lucha espiritual en Venezuela es un llamado a la reflexión. Nos invita a considerar cómo los valores espirituales pueden y deben informar nuestras decisiones políticas, especialmente en tiempos de crisis y elecciones. Su mensaje es claro: la verdadera victoria no se mide solo en votos, sino en la afirmación de los valores que definen la bondad y la moral de una sociedad, adquiriendo mayor sentido su llamado a participar en las venideras elecciones presidenciales. Así lo hizo durante su reciente visita a Trujillo, María Corina Machado pronunció un mensaje de unidad y libertad. Ella hizo un llamado a la población para apoyar al candidato presidencial Edmundo González Urrutia y destacó la importancia de las elecciones del 28 de julio. Machado enfatizó la fuerza y la determinación del pueblo venezolano para vivir con dignidad y sin divisiones, expresando su confianza en la capacidad de los ciudadanos para cambiar el país.

En su discurso, María Corina dijo: “El mundo sabe que Venezuela no se va a rendir”, y habló sobre la transformación profunda en los valores de la sociedad, buscando un país donde la gente pueda vivir con trabajo honrado y decente. También hizo un llamado a la acción, invitando a los asistentes a unirse a la red 600K y a los comanditos por Venezuela, movimientos ciudadanos para la defensa del voto y asegurar el triunfo de González Urrutia como próximo presidente. Todo ello inscrito en un encuentro con la historia: “Quiero decirles que yo confío en cada uno de ustedes. El 28 de julio vamos a hacer nuestro trabajo bien y escribiremos la página más gloriosa de la historia de nuestro país, escrita por ustedes, venezolanos de bien, venezolanos decentes, venezolanos de trabajo, venezolanos que nos mueve es el amor por nuestra tierra y nuestros hijos. ¡Venezuela será libre!”, convicción de María Corina que acentúa en el contexto venezolano la integración de la espiritualidad y la política.

@robertveraz