Cuando se analiza cómo los regímenes autoritarios se atornillan en la sociedad, se observa que además del fuerte adoctrinamiento del sistema educativo y los medios, el uso sistemático de la fuerza con medidas represivas a través del estamento militar, junto al chantaje, la intimidación, la censura y el sistema de justicia como instrumentos de control en aras del modelo totalitario, existe el ejercicio sistemático del espionaje a los semejantes.
Por otro lado, el fin del modelo educativo no es solo económico, sino un fin de política de Estado, pero ¿qué pasa, cuando el fin del Estado es instaurar un modelo totalitario? Esto es precisamente lo que sucede en regímenes estatistas, donde las personas pierden de forma total o parcial su carácter individual, para convertirse en todos los sentidos en instrumentos al servicio de los intereses del modelo de Estado totalitario.
No obstante, la forma más rápida de llevar a cabo mecanismos de control social por parte del sistema totalitario, propiamente, es incidiendo en la dimensión vital del individuo como medida represiva, por ejemplo, la estrategia de poner a la persona en una situación de todos contra todos, a través del control de las necesidades básicas para la supervivencia, o sea, la industria agroalimentaria y de los servicios básicos. Ejercen el control total de la economía y la manera más inmediata es devaluando la moneda, a través de una estrategia, muy simple , la cual es ofrecer una gama de bonos sociales por medio de dinero fiducia, sin respaldo, que se va a sostener en parte por impuestos progresivos; política que se viene implementando en toda economía de guerra. Es así como se siembra el totalitarismo.
Con relación a los métodos de control social, se sabe que el método de espionaje se desarrolló en la Alemania Oriental o República Democrática Alemana, la cual socializó los medios de producción y colectivizó la agricultura, y que se sigue desarrollando por todos los Estados socialistas, en especial por los de corte totalitario, donde es dentro de la familia y su entorno más inmediato que están los principales censores del inicio de la cadena del sistema de espionaje. Dicha estrategia tiene reminiscencias sectarias religiosas, donde los prejuicios sociales son factores determinantes en las asociaciones o discriminación social. La forma para que el método tenga efectivos y eficientes resultados es por medio del diseño del modelo educativo, de tal manera que el sistema de creencias se conviertan en dogmas, nuevos paradigmas de valor moral que van a incidir de forma directa en la dimensión ética y espiritual de las personas.
A pesar de todo lo anterior, se señala, muchas veces, que el modelo totalitario es una persona, grupo o corporación, cuando la causa de la causa es que es todo un modelo de pensamiento sistemático donde el actor político, dictador, tirano, en su rol de competencias funcionariales pasa a ser otro elemento más del sistema, nada imprescindible.
Conviene, además, indicar que con las nuevas tecnologías la sociedad se enfrenta al espionaje digital, impulsado por la inteligencia artificial, lo cual hace más complejo los métodos de control social que vienen dando saltos cuánticos inimaginables que suponen cambios en la forma de pensar, para los que la sociedad está poco o nada preparada. Todo esto representa grandes desafíos en el devenir de la sociedad con relación a la libertad, a la dignidad de las personas, pues el monopolio de las nuevas tecnologías están al servicio del modelo de Estado totalitario global y sus ambiciones, como lo han estado todas las revoluciones tecnológicas.
Por otro lado, la razón principal de desarrollar los métodos de espionaje por parte de los Estados, más si son de corte totalitario, no es por política de seguridad nacional como se suele creer, sino lo contrario, pues estos regímenes tienen por su naturaleza concentradora del poder más enemigos internos que externos, están siempre al acecho de ser derrocados por el mismo entorno que los rodea, para hacerse de los grandes beneficios que representa el autoritarismo y propiamente el modelo de Estado totalitario.
Es por ello que dentro de las naciones donde se desarrollan estos experimentos totalitarios, los nacionales exigen un cambio desde los mismos factores de poder interno, pues ellos mejor que nadie saben que esperar el auxilio de alguna fuerza externa es de mucha complejidad, ya que las condiciones necesarias para que se dé el cambio desde fuera no están dadas, sumado a los años de trayectoria y adoctrinamiento del régimen durante generaciones.
Esto también explica por qué los actores políticos, en el poder de las naciones bajo regímenes autoritarios de forma parcial o total, padecen de grandes delirios y trastornos mentales agudos. No solo tienen que combatir la presión externa de los detentadores del poder, además de otros Estados, sino de la constante persecución interna, tramas, conspiraciones a las que están expuestos, para sacarlos del paso, que es lo que realmente es, un tiempo.
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional