OPINIÓN

Esperanzas

por Raquel Gamus Raquel Gamus

Juan Sebastián González

Con la juramentación el día de hoy del presidente Joe Biden llega a su fin uno de los períodos presidenciales más oscuros de la historia política de Estados Unidos. Las nocivas características de Donald Trump, político improvisado, quien no solo trató de imponer los más atrasados criterios sociales y políticos como racismo, machismo, nacionalismo primario, negación de la ciencia y un largo etcétera, que unido a una personalidad disfuncional, conformaron una nefasta combinación altamente perjudicial para su país y para la humanidad entera. No perdamos de vista que se trató del presidente de la mayor potencia del planeta.

Lamentablemente Trump logró representar al numeroso electorado inmensamente atrasado de ese país, que es en sí mismo un continente diverso; seguidores  que ya habían encontrado expresión  en el arcaico Tea Party, como reacción a uno de los mayores avances políticos que haya tenido ese país al elegir a un presidente negro, ponderado, preparado, que alcanzó beneficios sociales para sus nacionales  y tuvo un acertado desempeño internacional.

Los escandalosos acontecimientos del Capitolio ilustran resumidamente el significado de Trump: su mandato llegó a su fin, pero su electorado, al que le es  indiferente la democracia y el papel rector de su país en las causas positivas de la humanidad, permanece. Se suman ahora  a sus atrasados y peligrosos criterios el desprecio por las instituciones democráticas y la fanática creencia en falsas teorías conspirativas que por su falta de racionalidad son difíciles de combatir. Si el trumpismo va a continuar siendo una fuerza representativa de esos sectores, si el Partido Republicano asumirá con responsabilidad la tarea de intentar revertir estas tendencias extremas y conducir a sus seguidores por los caminos de la vida democrática es una incógnita que tendrá respuesta con el tiempo

También con el tiempo  se irán dilucidando las competencias de Biden para ejercer el gobierno que hoy se inicia; si las acusaciones sobre sus limitaciones, la senilidad como ejemplo de la  más simple, tenían algún asidero o  efectuará un gobierno de centro, equilibrado y pacificador está por verse. Por lo pronto ha conformado un gabinete incuestionable y ha anunciado la importancia que otorgará a los temas más trascendentales, tanto de Estados Unidos como de la humanidad. Mencionemos algunos de los anunciados para los 10 primeros días como la reincorporación de Estados Unidos al Acuerdo de París sobre cambio climático, la revocación del veto a la entrada de viajeros de países de mayoría musulmana, la reunificación de familias migrantes indocumentadas, la extensión de una restricción nacional a los desalojos y ejecuciones hipotecarias debidas a la pandemia.

Agreguemos la orden para el uso obligatorio de mascarillas en instalaciones federales y en viajes interestatales y la intención de  suministrar 100 millones de vacunas contra el covid-19 en sus primeros 100 días en la presidencia, Diríamos que se trata del regreso a la sensatez en distintas materias y en especial en esta tan sensible del coronavirus, ante la cual Trump fue negacionista empedernido y llevó a Estados Unidos a la cima de las desgracias.

No podemos dejar de lado la enorme tarea que debe enfrentar Biden de reconciliar al país.

En el área de la política hemisférica  que nos concierne más directamente nombró al colombiano Juan Sebastián González, agudo conocedor de la región, como su consejero para un tema que requiere de atenciones diversas, desde el tratamiento de sus aliados más cercanos hasta los más conflictuados como es el caso de Cuba, Nicaragua  y Venezuela, la trilogía autoritaria de la región.

Por supuesto que la prioridad de quien esto escribe, como supongo que de la inmensa mayoría de los venezolanos, es su política hacia nuestro país. Por lo pronto pareciera no ser cierta la prédica de la traición y el abandono de la causa  democrática de los venezolanos que puso a circular el trumpismo, incluida su filial venezolana. Fue finalmente aprobado en el Congreso el TPS a los venezolanos que Trump y sus partidarios le habían negado e invitó a Carlos Vecchio, embajador de Guaidó en Estados Unidos, a su toma de posesión, valgan estos indicios.

En una entrevista que le realizara la BBC a Juan Sebastián González en el mes de agosto de 2020, al referirse a la política de Trump hacia Venezuela declaró que se hablaba muy duro, se anunciaban sanciones con mucha prensa, pero que había una falta de estrategia coherente y la administración Trump había vacilado, cambiado, estaba totalmente desorganizada en cuanto a la política hacia este  país. “Han pasado tres años y medio y Nicolás Maduro está ahí”, dijo.

Hay señales de que el gobierno de Biden trabajará más coordinadamente con la Unión Europea y seguramente también con el Grupo de Lima. De las distintas cartas que supuestamente estaban sobre la mesa, pareciera que la que va quedando es una negociación para lograr una salida democrática, teniendo en cuenta  que Venezuela forma parte importante de un tablero internacional donde hay muchas piezas que mover, hasta la de los adversarios y cómplices de  la tiranía.