OPINIÓN

España Ta Askatasuna

por Julio Moreno López Julio Moreno López

El  terrorismo nace del odio, se basa en el desprecio de la vida del hombre y es un auténtico crimen contra la humanidad “                  Juan Pablo II

Cumbre Iberoamericana

Pedro Sánchez | Foto Prensa del Palacio de la Moncloa

Vivimos tiempos oscuros.

Este año que nos ha tocado sufrir, marcado indudablemente por el COVID, pandemia mundial que  ha condicionado la vida en general de los españoles y la economía y la salud en particular, parece, según todos los indicios, que está llegando a su fin.

Esto, que para el común de los ciudadanos es una buena noticia; sin embargo, puede ser la pesadilla de otros. Entre esos otros, con toda seguridad, se encuentra nuestro gobierno.

Esto es así porque, al amparo de la situación, se han dado por buenos datos y hechos que, de otro modo, hubieran supuesto el fin prematuro de este gobierno hecho de retales que, a día de hoy, aún hemos de soportar.

Sin entrar muy a fondo en cifras económicas, durante el último año hemos acumulado 400.000 parados más a la ya extensa nómina que soportábamos a principios de 2020. A esto hay que sumar la desaparición de 207.000 empresas y 323.000 autónomos, muchos de los cuales no figuran en las listas de parados por no tener derecho a dicho beneficio.

No obstante, sin restar gravedad a esta situación, que ya venía anunciándose antes de que la pandemia se hiciera presente,  este gobierno de la ignominia tiene mucho que explicar acerca de otras acciones muy relevantes que se han tapado bajo la avalancha de cifras de contagiados y fallecidos.

Sin duda, la más grave de ellas pasa por el tratamiento que se está otorgando a los presos de la banda terrorista ETA. En los últimos dos años, se ha orquestado una operación claramente destinada a aliviar la situación de los presos y las familias de estos, facilitando el acercamiento a las prisiones del país Vasco.

No podemos olvidar que los distintos gobiernos que precedieron al gobierno de Sánchez negaron siempre este privilegio a los miembros de la banda de asesinos terroristas, muchas veces a costa de grandes sacrificios y a pesar de chantajes tan viles e inhumanos como el secuestro y posterior ejecución de Miguel Ángel Blanco. Nunca, a pesar de que, en ocasiones, necesitaron del apoyo de los partidos vascos, cedieron en este terreno.

Sin embargo, el debilitado Sánchez, con el fin de preservar su puesto al frente del Ejecutivo, y como parte de la cuota vasca, ha traicionado la memoria de los muertos, muchos de ellos compañeros de partido,  otros muchos de ellos niños y todos, en definitiva, inocentes, que rindieron sus vidas en el nombre de la libertad de Euskadi, libertad, por otro lado que no es más que otra mentira, reivindicación histórica de un hecho inexistente que, merced a Sabino Arana, se ha hecho carne de la nada para malversar la historia a favor de unos pocos. Los primeros, la banda mafiosa ETA, cuyos miembros, disfrazados de gudaris, han vivido de la extorsión y del miedo como la mafia siciliana.

Deja la huella de ETA 864 víctimas mortales, desde su primer asesinato, el 7 de junio de 1968. 864 padres, hijos, hermanos, a los que no les beneficiará acercamiento alguno, 864 familias destrozadas en pro del impuesto revolucionario que, a día de hoy, han sido vilmente traicionadas por los infames Sánchez y Marlaska. Mención especial a este último que, no solo ha traicionado a los españoles, sino que se ha traicionado a sí mismo, como juez del supremo y como persona.

Cabe preguntarse si, de verdad, merece la pena seguir apoltronados a costa de la tragedia. Pero no acaba aquí el engaño al que nos ha sometido Pedro Sánchez. Esta Jugada tiene su remate final en la cesión de las competencias de la gestión de prisiones al gobierno vasco, que se materializó el pasado 16 de abril, merced a un acuerdo entre Pedro Sánchez e Iñigo Urkullu, sellando así la carta blanca para que el gobierno vasco adopte las medidas que crea oportunas con relación a los asesinos etarras. Esto es poner al zorro a vigilar el gallinero, sin duda.

Nunca un gobierno de España se lavó las manos en la forma en que lo está haciendo nuestro gobierno, transfiriendo competencias y, por tanto, responsabilidades en todo aquello que le resulta molesto. De cualquier modo, el grifo, en esta ocasión, mana sangre, señor Sánchez. No lo olvide.

Es hora ya de acabar con esto. Si le queda un ápice de dignidad, señor Sánchez, convoque elecciones. Váyase donde crea más oportuno, pero váyase.

España Ta Askatasuna (España y libertad).