Somos libres de pensar lo que nos dé la gana. Como si queremos decir que los marcianos descubrieron América o que Colón era de Guadalajara. Pero esto será humor y no ciencia. La ciencia se construye con fuentes, con hipótesis y con metodología científica. No con doctrinas, dogmas, insultos o banderas. (Las leyes de la gravedad, no se pueden derogar).
Pero: ¿De dónde salen las fuentes de los que piensan que España sí debe pedir perdón? De una fake. La investigación de los “maximalistas” (Hugh Thomas dixit) Sherburne Cook y Woodrow Borah de 1963. Estos tipos construyen el relato del mito de la catástrofe demográfica de los muertos indígenas fruto de la conquista española. El demógrafo venezolano Ángel Rosenblat, ya contestó a los susodichos Cook y Borah por extrapolar datos (hoy sería considerado un ejercicio de posverdad). Rosenblat habla de choque inicial en la conquista de América pero no de catástrofe demográfica. ¿Por qué? Muy sencillo, una generación después ya se habían repuesto las cifras de población.
¿Por qué digo que esta teoría es fake? Porque la metodología no se sostiene desde la perspectiva de la demografía histórica. En los antiguos reinos de las Indias españolas no existían censos globales ni generales (como en otras muchas partes del mundo). Tampoco tuvieron en cuenta que el mestizaje en el siglo XVII estaba en torno al 65% del total. Los discípulos de esta teoría fake la reforzaron con muy pocas fuentes parciales como matrículas de indios tributarios o padrones locales. Cualquier profesional de la historia que trabaje la demografía histórica sabe que no se pueden construir afirmaciones poblacional sin series completas al menos en 80% o 90%. Y tanto Sherburne Cook, como Woodrow Borah o sus posteriores discípulos no lo hacen.
¿Por qué entonces nos encontramos la teoría fake de 1963 contra los españoles? Para desviar la atención del genocidio británico en el actual Estados Unidos. Las matanzas de indios, las reservas de los indios, las cabelleras de los indios, y todos estos menesteres que pronto serán borrados de las novelas y películas Far West por el relato cultural al albur de la Open Society Foundations. Es la tesis de Pierre Chaunu, demógrafo (aunque a él no le gustaba que se lo llamasen) e historiador de la Escuela de los Annales. Expone que “la pretendida matanza de indios por parte de los españoles en el siglo XVI encubrió la matanza norteamericana de frontera oeste que ocurrió en el siglo XIX. La América protestante logró librarse de sus crímenes poniendo el foco sobre la América católica”.
Es importante reivindicar también la herencia católica que nos hace ser solidarios, respetuosos con los diferentes y generosos con los pobres (Cáritas). Decía Jean Domont que: “si España hubiera caído en el protestantismo habría aplicado los mismos criterios que se aplicaron en América del Norte y su área de influencia, donde se creía que los indios eran inferiores por ser (cita textual de la época) unos hijos del demonio”. Una hipotética España protestante habría hecho lo mismo que los británicos y sus descendientes en América del Norte. Exterminar a todos los pueblos indígenas.
No obstante, hay que dejar claro que hubo una gran mortalidad. En las guerras hay bajas. Los nativos lucharon en la inmensa mayoría de las ocasiones, a sangre y fuego contra los españoles. Además, hay que tener en cuenta las enfermedades causadas por los mayores enemigos del ser humano, los virus y la bacterias. Recuerden el maldito coronavirus de Wuhan, o la peste negra originada por los mongoles y que en Europa que se llevó a más de 30% de la población. Y por cierto ¿que nadie habla aquí de un genocidio europeo pidiendo responsabilidades a Mongolia exterior? Una idea… No obstante téngase en cuenta que la esperanza de vida al nacer por aquel entonces estaba en el mundo en poco más de 30 años. Y esto no cambia hasta la mitad del siglo XX.
En un siguiente artículo desvelaré cómo gracias a la tecnología moderna y a las nuevas disciplinas y con herramientas actuales podemos desmontar por completo la fake del genocidio español, al tiempo que reforzamos la de la existencia del genocidio británico. Aunque me llamen payaso o fascista, las leyes de la genética, al igual que las de la gravedad no se pueden derogar, ni con una revolución cultural. Los españoles y sus descendientes como los Cabello, Maduro, Chávez, Miranda o Bolívar, no tienen que pedir perdón por algo que no cometieron.