La primera Revolución Industrial se produjo en la segunda mitad del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX. Las revoluciones liberales se produjeron a finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX. Sin duda existe una relación entre ambos fenómenos. La burguesía económica reclamaba una mayor participación en la vida política de los países.
Muchas de las guerras y revoluciones que se han producido en la historia han venido precedidas por crisis económicas. La Revolución francesa tuvo como catalizador una hambruna que asoló Francia.
Del mismo modo, se puede afirmar que la Segunda Guerra Mundial pudo tener su origen en la crisis económica de la Gran Depresión del 29 en Estados Unidos. Esta crisis afectó a todo el planeta y produjo una reacción de enfrentamiento entre países, con guerra de divisas incluida, que probablemente llevó al enfrentamiento bélico.
En España, la llegada de la Segunda República vino precedida por una fuerte crisis económica, también con origen en la Gran Depresión del 29. La peseta fue devaluada y el régimen de Primo de Rivera tuvo que ceder su paso, finalmente, a los republicanos. Estos, claro, no consiguieron arreglar la situación económica lo que influyó para que el país se viera sacudido por la Guerra Civil.
La Gran Recesión de 2008 también ha tenido una influencia en la política actual. De momento no ha producido un enfrentamiento entre los países involucrados, pues la reacción, intentando superar la situación de la Gran Depresión del 29, fue de colaboración monetaria entre los distintos países.
Sin embargo, tanto por la izquierda como por la derecha, han surgido partidos políticos más radicales, también llamados populistas, que ofrecen soluciones simples a problemas complejos y que podrían llevar al mundo a una situación de enfrentamiento.
La solución para superar estos movimientos más radicales es explicar que la crisis política viene de una crisis económica y el porqué de esta crisis económica.
La Gran Recesión de 2008 surge por una acumulación de capital que fue invertido en bolsa y en el sector inmobiliario. Esta “gran especulación” finalmente estalló lo que produjo una crisis de deuda, ya que el sector inmobiliario funciona con endeudamiento. Esta gran deuda y el impago que conllevó puso al sistema financiero contra las cuerdas, que sólo salió de su situación de quiebra gracias a la intervención de los bancos centrales.
La situación actual de inflación probablemente tenga que ver con esta intervención monetaria. Pero, ante este cúmulo de problemas, ¿cuál es la solución? Sin duda, es necesario disminuir la cantidad de capital que produce los desequilibrios económicos. La mejor herramienta para hacerlo son los impuestos. Pero unos impuestos dirigidos adonde se concentra el verdadero capital, principalmente los paraísos fiscales.
La mayor parte del capital está en manos de 0,1% de la población y a ellos deben ir dirigidos los impuestos. Esto acabaría con especulaciones inmobiliarias y de bolsa.
Sólo a través de la verdad se consiguen progresar en sociedad y aprender de los errores si estos se producen. Buscar falsas excusas para fomentar una guerra o chivos expiatorios para justificar unas ciertas medidas, solo producen un retroceso con consecuencias que pueden ser nefastas.