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May 10, 2025


¡Es la seguridad, estúpido!

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En el mundo de la política, hay frases que se quedan grabadas en la memoria colectiva, y una de ellas es «¡Es la economía, estúpido!». Esta expresión, acuñada por James Carville, asesor de estrategia de la campaña presidencial de Bill Clinton en 1992, se convirtió en un mantra que reflejaba la necesidad de centrar la campaña en los temas económicos. En 1992, Estados Unidos estaba atravesando una recesión que había comenzado en 1990. El desempleo había aumentado significativamente, y muchas personas estaban preocupadas por su futuro financiero. Este contexto creó un terreno fértil para que la campaña de Clinton se centrara en los temas económicos y en cómo mejorar la vida de los ciudadanos estadounidenses. 

La frase «¡Es la economía, estúpido!» se convirtió en un recordatorio constante para los miembros de la campaña de Clinton de que debían enfocarse en los problemas económicos y evitar distraerse con otros temas. Esta estrategia demostró ser efectiva. Al enfatizar la importancia de la economía y presentar soluciones claras y viables, Clinton logró conectar con los votantes que estaban preocupados por su bienestar financiero. 

De igual manera considero que los candidatos de la centroderecha, o sea los opositores a la dictadura del socialismo del siglo XXI que quiere implantar el farcsantismo convertido PetroELNismo, deberían tener como leitmotiv de la campaña la seguridad y los asesores deberían tener como lema par recordarles a diario a los candidatos la frase ¡Es la seguridad, estúpido!, como lo hacía Carville con la economía. 

En 2024, Colombia enfrentó un aumento en las acciones terroristas, con incidentes reportados en 17 de los 32 departamentos del país. Este incremento se debió a la expansión de grupos armados en regiones como Guainía, Guaviare, Caquetá y el Atlántico. En 2025, la situación de seguridad en Colombia sigue siendo compleja, marcada por el colapso de la política de Paz Total y una escalada de violencia en el Catatumbo. La región del Catatumbo ha sido especialmente afectada, con altos índices de desplazamiento forzado y disputas entre actores armados. Además, se han frustrado 148 atentados terroristas durante la Semana Santa de 2025. 

El año pasado se presentaron 13.368 casos de homicidios en el país. La extorsión tiene la cifra más alta en su historia, la extorsión se convirtió en uno de los delitos que más crece en el país, con un aumento del 16% de casos frente al año anterior. El 2024 fue el año con más extorsiones en la historia, 12.827 reportes fueron realizados en el territorio nacional. Los secuestros fueron 279, 182 actos terroristas, En 2023 hubo actos terroristas en 13 de los 32 departamentos que tiene el país. Esta cifra ascendió a 17 en 2024, cuando se sumaron a la lista Guainía, Guaviare, Caquetá en la región Amazonía y el Atlántico en el Caribe; 30 líderes sociales asesinados, los eventos de confinamiento registrados por la Defensoría fueron 75, estos limitaron la movilidad de 107.931 personas, pertenecientes a 343 comunidades, en los años 2023-2024 ocurrieron 169 masacres, en resumen “Desde un incremento histórico de la extorsión, especialmente en las ciudades; hasta un desplazamiento del conflicto armado por nuevas rentas ilegales; grupos armados desbordados y una ruralidad que enfrenta fantasmas del pasado como el secuestro”(https://cwmas.com.co/unidad-investigativa/2025/01/31/radiografia-de-la-seguridad-en-colombia-2024-ciudades-mas-seguras-y-un-conflicto-que-se-desplaza/) es una radiografía desgarradora del fracaso de la Paz Total de Petro.  

Este año se presenta igual de terrorífico, al menos 80 personas han muerto y más de 18.000 se han visto obligadas a abandonar sus hogares en Colombia en medio de la escalada de violencia entre grupos guerrilleros(https://es.euronews.com/2025/01/22/la-escalada-de-violencia-guerrillera-en-colombia-fuerza-el-desplazamiento-de-mas-de-18000-). Una organización imposible de calificarla como anti izquierda, pues como casi todas las ONGs de derechos humanos tienen un pronunciado sesgo izquierdista, la Human Rights Watch (HRW), es fulminante en cuanto al balance en seguridad del gobierno Petro: “ Desde el 7 de agosto de 2022, día de la llegada de Gustavo Petro a la Casa de Nariño, hasta la fecha, los grupos armados ilegales se han expandido por todo el territorio nacional, lo que ha producido graves afectaciones tanto a la fuerza pública como a la población civil” (https://www.infobae.com/colombia/2025/01/16/grupos-armados-se-han-expandido-por-colombia-durante-el-gobierno-petro-advirtio-human-rights-watch/). 

Este tan negativo inventario, tiene una causa fundamental: 

“El colapso de los acercamientos con el ELN, sumado al recrudecimiento de las actividades del Clan del Golfo y disidencias de las FARC, ha dejado a millones de colombianos en situación de vulnerabilidad. Esta fragmentación del control territorial por parte del Estado ha permitido la consolidación de economías ilícitas como el narcotráfico, la minería ilegal y el tráfico de migrantes, factores que alimentan la violencia.” (https://dialogopolitico.org/agenda/perspectivas-colombia-2025/). 

Al lado de este panorama de violencia de los grupos armados del narcoterrorismo, hay que añadir el espantoso estado de inseguridad por la delincuencia común ( que ahora son grupos organizados  de delincuencia como el Tren de Aragua) seis ciudades colombianas fueron incluidas en la lista de ciudades más violentas del mundo: Santa Marta se posicionó como la ciudad más violenta de Colombia, ocupando el puesto 26 a nivel mundial con una tasa de homicidios de 45,24 por cada 100.000 habitantes, en el segundo lugar dentro de Colombia se ubicó Cali, en el puesto 29 del ranking mundial, con una tasa de 42,31 homicidios; otras ciudades colombianas también presentaron cifras preocupantes. Palmira se situó en el puesto 33 con una tasa de homicidios de 40,94, mientras que Barranquilla apareció en la casilla 36 con una tasa de 37,75; Cúcuta, que se posicionó en el ranking con una tasa de homicidios de 36 por cada 100.000 habitantes; Cartagena cerró la presencia colombiana en el ranking al ocupar el puesto 43 con una tasa de homicidios de 35,02 (https://www.infobae.com/colombia/2025/02/21/preocupante-panorama-seis-ciudades-colombianas-estan-entre-las-mas-violentas-del-mundo-en-2024/). 

Ahora bien, este balance tan negativo de la Paz Total ¿significa un fracaso de Petro? Para nada, es su gran triunfo, Petro nunca ha dejado de ser un subversivo, solamente que ahora no usa la lucha armada para derrotar la democracia, sino la estrategia del Foro de Sao Paulo de llegar por la vía democrática para desde el poder acabar con la institucionalidad democrática e instaurar la dictadura del socialismo del siglo XXI. 

Esta estrategia ha sido actualizada teniendo como principal acción el terrorismo urbano que crea un estado de anarquía conducente a generar miedo entre la población que lleva a votar por los candidatos del socialismo del siglo XXI, en la creencia que este puede amainar la violencia de los grupos afectos, sucedió en Perú con Castillo, Chile con Boric y particularmente con Petro en Colombia: La gente votó por miedo por petro creyendo que “ en tres meses iba a firmar acuerdo con el ELN” y que la izquierda con su política de tolerancia con la delincuencia haría  disminuir esta. 

Ya se sabe que es todo lo contrario, todos los gobiernos del socialismo del siglo XXI (Chávez-Maduro AMLO-Sheinbaum, Petro) son puro amor con los narcoterroristas porque son sus aliados en convertir esos países en narcoestados bajo la dictadura socialista, como Cuba, Venezuela y Nicaragua. 

Por ello es que el tema principal de la próxima campaña de la oposición tiene que ser recordar a la población que la Paz Total es una estrategia de empoderamiento del narcoterrorismo y que el incremento de la delincuencia en las ciudades es también un resultado deliberado de la estrategia de creación de anarquía por parte del mismo gobierno para inducir el voto por miedo a la izquierda. 

En conclusión, la campaña de la centroderecha el 2026 debe tener como base de su mensaje, parafraseando a Carville: ¡Es la seguridad, estúpido! 

 

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