De seguir como estamos, en escasos cuatro meses pasaremos a ser el país con la hiperinflación más larga de la historia. Con una economía que va para 7 años que no crece y un salario que tiene 12 años decayendo.
Nosotros, una vez más exhortamos al vicepresidente del área económica Tareck el Aissami y demás responsables del tema económico a que podamos reunirnos, sentarnos a revisar la política económica para que podamos incluir objetivos claros que nos permitan empezar a crecer y por ende a recuperarnos de manera equitativa. No hay que ser economista para saber que desde hace años transitamos en dirección contraria en esta materia.
Nuestra Venezuela hoy necesita de una revisión en la forma que ha venido siendo gobernada y administrada, al menos en las últimas 4 décadas. Indudablemente que los últimos 22 años han profundizado aún más el desastre.
Actualmente, aunque el país tenga la mayor reserva de petróleo, no hay combustible suficiente para abastecernos normalmente; en el que teniendo una de las más grandes reservas de agua del planeta, el racionamiento del vital líquido es el pan nuestro de cada día, y peor aún, hay sectores que para poder tener agua deben gastar altas sumas en camiones cisternas; en fin, que muchos venezolanos tienen que vivir como camellos, u otros sectores donde, como recientemente me lo han manifestado compañeros del estado Zulia y Cojedes, el agua que llega no es apta para su consumo.
La energía eléctrica no se queda atrás y es otro dolor de cabeza para nuestro pueblo. A pesar de esa supuesta inversión milmillonaria en este rubro, se redujo la capacidad de generación termoeléctrica a menos de la mitad. Prueba de ello son los constantes apagones y racionamientos a los que somos sometidos.
En resumidas cuentas, no hay un área en la que podamos decir que hemos avanzado, pues como dice el dicho: “éramos muchos y parió la abuela”. Tenemos las sanciones económicas que no han hecho más que exacerbar la crisis humanitaria, debilitar a los ciudadanos en general y, lo peor de todo, atornillar al principal responsable de esta situación, es decir, a Nicolás Maduro.
Es hora de que esto llegue a su fin. Desde Unidad Visión Venezuela apostamos a que haya un acuerdo en esta dirección y por ello vemos con optimismo las recientes declaraciones de la UE, Estados Unidos y Canadá.
Acuerdo que debe generar confianza en la institucionalidad para poder atraer inversión al país, tan necesaria para comenzar a recuperar nuestra calidad de vida. Eso, por supuesto, comienza con rescatar el poder de compra que le dé la fuerza y el impulso necesario al hecho económico.
Esto será posible en el corto plazo, si por un lado existe la voluntad de los actores que hoy en día tienen el poder de darle un viraje a las políticas públicas actuales, de lo contrario toca ir preparándonos y organizándonos para ir recuperando espacios (gobernaciones, alcaldías y cuerpos deliberantes), eligiendo a los mejores.
Por esta razón, debemos exigirles a los candidatos que aspiran a ser electos el próximo 21N que presenten una propuesta viable de políticas públicas para su localidad en materia económica, energética y ecológica. Que podamos darle esa cuota de poder a quienes entiendan que de la situación de debacle que mantiene al país postrado solo podremos ir avanzando con un plan único y que bien sea en 2022 (dependiendo de los resultados de las elecciones regionales y municipales) o en su defecto en 2024 podamos expulsar con millones de votos a los responsables de esta crisis.
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