OPINIÓN

Entrevisté a María Antonieta Flores (1998)

por Alberto Jiménez Ure Alberto Jiménez Ure

«Se dice que el escritor es un hermafrodita» [MAF] 

La escritora venezolana obtuvo el Premio Ensayo de la IV Bienal de Literatura «Mariano Picón Salas», en Mérida-Venezuela (1997). Nació en Caracas, ciudad en la cual reside. Imparte docencia universitaria. He aquí algunas de sus publicaciones, hasta el mencionado año: El señor de la muralla, Presente que no en ausencias y Agar (poemarios: 1991, 1995, 1996).

-¿La mayoría de los críticos venezolanos no se ocupa de analizar las obras de autores contemporáneos? –la interrogué-. ¿Qué ocurre con ustedes?

-No es, precisamente, mi caso –infirió la intelectual-. Me interesa, especialmente, la literatura contemporánea. Es cierto que trabajar con el presente tiene, además de riesgos, la dificultad del acercamiento. Pero, al mismo tiempo, es ventajoso percibir, en el momento, las orientaciones y tendencias para poderlas relacionar con el pasado y la tradición. Sé que hay estudiosos que, inclusive, ignoran o hablan con desprecio de nuestra reciente literatura. Sé de casos donde descorazonan a los estudiantes que eligen autores contemporáneos. En el ámbito se pasea un fantasma que dice que la poesía es «inanalizable».

-¿Por qué se lastiman tanto entre sí los autores venezolanos? ¿Complejo de inferioridad, envidia, mezquindad?

-Esa respuesta la podría dar, con mayor propiedad, un psicoanalista. Es innegable que nos sostenemos con una visión negativa donde coexiste el pesimismo del que no reniego y creo necesario junto con una visión destructiva que compartiría si buscara reconstruir y no alejarnos en el vacío. Aparte de eso, sabemos que [muchas veces] priva más «el concepto de gusto» y de «lo que se parece a mí» para valorar una obra que la calidad, los aportes o reescrituras que de tópicos ya conocidos por todos se hace.

-Tu trabajo ganador de la Bienal «Picón Salas»  fue sobre la poética de una mujer. ¿Te consagrarías sólo al trabajo ensayístico alrededor de las obras de hacedoras?

-No […] Si el criterio de estudiar la literatura por los sexos puede funcionar, entonces quisiera ser la primera del discurso masculino. Con ello digo que me interesa más la palabra que el sexo del autor. Sí creo que existen visiones femeninas y masculinas, pero no dependen del sexo sino de la interioridad. Por ello se dice que el escritor es un hermafrodita. Su mente puede adentrarse en el mundo de lo femenino y masculino. Debe ser capaz de ver con su anima-animus.

-¿Dominará –definitivamente- la figura del poeta o narrador funcionario público en el «Panorama de la Literatura Latinoamericana»?

-Tu pregunta me hace recordar a https://enciclopedia.net/carlos-drummond-de-andrade/ quien, en un poema, confesó «que lamentaba ser un funcionario público». A veces las elecciones que hacemos están determinadas por las circunstancias y otras por los deseos de poder. La figura que aludes siempre ha existido. Quizá sea un designio para que el tiempo separe lo bueno de lo malo. Generalmente, cuando me acerco a la obra de un poeta que podría caer en esa clasificación, procuro olvidar su status social para quedarme a solas con su texto y ver qué dice o revela. Si el poeta es verdadero seguro en él estará ese mismo dolor del gran brasileño.

POST-INTERVIÚ

Pulsa el link y lee poemas de la entrevistada: https://tiberiades.org/?p=2990

@jurescritor