“Entre las diversas maneras de matar la libertad no hay ninguna más homicida para la República que la impunidad del crimen o la proscripción de la virtud”. Francisco de Miranda (28/03/1750 -14/07/1816).
¿Qué pasó en la reunión entre el presidente de los Estados Unidos de América, Donald J. Trump, y el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski?
Les invito a observar, antes que nada, que estamos ante una discusión pública de muy riesgosa exposición; lo que considero un grave error en que incurrieron las partes.
Desde la vitrina que obviamente es un país de libertades de información y opinión como los Estados Unidos, que es decir frente a todo un mundo expectante, sobre qué resultará de la actual gravísima situación de guerra por la abierta invasión de Putin a Ucrania en 2023, que cumplió ya tres años.
No es poca cosa tratar de entender ante qué estamos. Es una entrevista entre dos presidentes muy diferentes, y en la que erróneamente intervino el Vicepresidente Vance. Bajo una gran presión de responsabilidades, también muy diferentes, asumieron cada uno discutir tan delicado asunto, públicamente, de lo que consideraron debían exponer hacia el mundo, y hacia sus propias naciones.
Como sabemos, esto no es un conflicto que sólo afecta a sus respectivas realidades, sino que va mucho más allá hacia prácticamente todas las naciones del mundo. Todos estamos hoy, y lo estaremos mañana también, inexorablemente vinculados a la suerte de lo que finalmente ocurra ante tan fratricida y desigual atroz guerra.
Donald Trump, presidente nacido en 1946, con 79 años a cumplir en junio 14; de Queens, Nueva York, es el anfitrión que recibe al invitado Volodimir Zelenski. Éste segundo nacido en 1978, con 47 años de edad cumplidos el 25 de enero. De Krivói Rog, Rss de Ucrania, Unión Soviética, y que desde 1992 con la disolución de la Unión Soviética e independencia de Ucrania, él y sus conciudadanos han detentado, orgullosamente, la nacionalidad ucraniana.
Con una gran diferencia de edad entre ambos, prácticamente de 32 años (uno podía ser padre del otro), con cultura de países tan diferentes, y con posiciones que se sabían también tan diferentes frente a las causas que conllevaron al sangriento conflicto bélico existente, debieron cuidarse de incurrir en lo que hoy todos los hombres de buena voluntad lamentamos; una discusión pública en ese tono nunca debió producirse.
Donald J. Trump, quien asumió como presidente de los Estados Unidos de América hace poco más de un mes, ha tomado el control de las riendas de la que todo el mundo reconoce como la primera potencia mundial. Antes de la visita de Zelenski había sido visitado por el presidente francés Enmanuel Macron, de 47 años de edad también como Zelenski y por el Primer Ministro británico Keir Starter de 62.
Considero que es preciso entender que ya hay un cambio en el proceso de formación de la dinámica política del mundo. Los Estados Unidos de América están enfilados en la implementación de un gran “Plan Maestro Americano”; y esto es una decisión meditada y tomada por la nueva administración Trump. De regreso, con tiempo suficiente para tener la oportunidad de preparar el camino a su nueva estadía en la Casa Blanca, será mejor no equivocarse, para bien de quienes se consideren sus aliados, y peor aún de sus adversarios o potenciales enemigos al manejarse con tal determinación; y para bien de toda la comunidad internacional.
Estados Unidos es una gran nación que representa, ni más ni menos, la posibilidad real de reordenar el conocido “nuevo orden mundial”. Trump puede y debe liderar a America First, pero a toda la América, para vencer la alianza de narcoestados terroristas totalitarios. El mismo que está realmente provocando la decadencia americana y que es no sólo económica sino social. Con la infiltración de los narcóticos, pero aún peor y de conceptos deshumanizadores sobre género y valores y principios familiares que han infectado la mente y el cuerpo social de lo que debe ser la sana lógica del ser humano, y de la salud integral de los niños y familias. Así, con el debilitamiento de nuestras capacidades y posibilidades de mantener un real equilibrio de poderes con las potencias y mercados emergentes representados por China y la India.
La pregunta, cuya respuesta debe más que sólo interesarnos, saber de la vital necesidad de respondernos certeramente es: ¿Con quién deberemos contar los países de la actual América? A la América relegada de antes, y que hoy tiene a un líder de origen latino como Marco Rubio, secretario de Estado de los Estados Unidos de América, y cuyo origen lo lleva a entender de muy cerca la vieja tragedia del sometimiento comunista bajo la antigua URSS a la nación cubana de sus progenitores.
Debemos atender a la gran importancia que debe adquirir nuestra América en un escenario mundial del fracasado globalismo decadente. Ese mismo que descuida los principios fundamentales de la naturaleza y dignidad humanas. Es imperativo que pasemos a atender a nuestra propia región, que sigue relegada y sigue siendo amenazada por no sólo continuar sometida por estos regímenes represivos, genocidas como los de Cuba, Nicaragua y Venezuela, sino que puedan agravarse aún más nuestras amenazas y problemas por la infiltración terrorista desde los más tóxicos regímenes totalitarios como los Irán y sus cómplices de Hamás y Hezbolá.
América, infiltrada y traicionada por la intervención de bastardos intereses del tráfico de narcóticos, tráfico humano y el tráfico de armas, expone a nuestro continente al avance de la China, como ha ocurrido en Nicaragua, Cuba y Venezuela, Panamá, Perú y pare de contar.
Con la provocación de constantes desequilibrios y enfrentamientos armados por las mafias del narcotráfico y el contrabando de extracción de minerales, estas mafias seguirán siendo la verdaderas causas de los desplazamientos de la inmigración ilegal, y que debido a sus sistemas de dominación basados en sectas de demenciales, creencias suicidas que son sembradas y usadas desde el poder teocrático para, manipulando religiones, vejar al ser humano, robar su libre albedrío, cercenar su libertad, de mujeres y hombres, mediante esas despreciables tiranías que operan bajo el amparo de la organización del modelo del Estado totalitario.
La paz que deseamos para progresar, mediante el conocimiento y el trabajo productivo en lo económico, en lo educativo-cultural y por supuesto en lo humano espiritual, como renació en sociedades avanzadas del mayor nivel de desarrollo humano, como por ejemplos ha sido el caso del Japón y de Alemania desde de la post Segunda Guerra Mundial, que hoy junto a Francia y Gran Bretaña son magníficos aliados que se están viendo forzados a invertir en sus presupuestos de desarrollo de tecnología y organización militar para la defensa de la libertad en Europa, así como nosotros en América debemos apurar decisiones de rescate de nuestra democracia continental, donde la justicia y la paz que merecen nuestras naciones se llegará realmente sólo a través de una gran “Alianza de América por la Libertad”, sólo a través de una posición de robustez económica como gran continente próspero, y armado de capacidades humanas y tecnológicas para garantizar nuestra soberanía continental y la paz mundial.
catedrainternacionallibertad@
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