OPINIÓN

Entre certezas e incertidumbres

por Víctor Rodríguez Cedeño Víctor Rodríguez Cedeño
Edmundo

Foto Gabriela ORAA / AFP

El proceso electoral hacia el 28 de julio continúa entre certezas e incertidumbres, en medio de amenazas, detenciones arbitrarias y de una persecución insólita que solo muestra terror de parte del régimen, que para muchos está en su etapa terminal.

Algo cierto es que la inmensa mayoría de los venezolanos a lo largo y ancho del país, bajo el liderazgo de María Corina Machado y del candidato Edmundo González Urrutia, ha expresado sin miedo su rechazo a una forma de gobernar arbitraria y corrupta, basada en la violencia y la discriminación y, a la vez, su deseo de cambio y de retornar a la democracia y a la libertad.

Más de 80% de los venezolanos, según las encuestadoras independientes y serias del país, se ha expresado en favor de ese cambio y en favor de González Urrutia, a quien le corresponde la compleja tarea de dirigir una transición pacífica y ordenada hacia la reconstrucción del país y de las instituciones. De ello estamos también seguros. Habrá una transición pacífica bajo la dirección de un hombre que representa una nueva forma de gobernar, en la que la violencia política y la descalificación, el insulto y las arbitrariedades están excluidas.

La transición pacífica supone ante todo buscar la verdad y encontrar los mejores caminos hacia le reconciliación nacional, hacia la reconstrucción de un país dividido y afectado por políticas erradas que incentivaron el odio y la violencia, todo ello sin desconocer la necesidad de aplicar la justicia y de investigar los tantos crímenes que se han cometido y se siguen cometiendo en el país y sancionar a los responsables. Habrá consideraciones y formas de sanciones, pero la justicia se impondrá ante la impunidad.

Estamos seguros también de que el 28J los venezolanos acudiremos a la cita y votaremos masivamente por el cambio y el orden, por la reconciliación nacional, por la reunificación familiar, por el respeto y la dignidad, por la paz social y el progreso.

De lo que no estamos seguros es de lo que hará el régimen ante esta inminente derrota. Lo primero que nos preguntamos a pocos días del 28J es si se atreverán a suspender o postergar la elección por cualquier excusa, una de esas que han construido canallamente todos estos años de dictadura y terror político. Tampoco estamos seguros de que de llegar al 28 de julio, reconozcan los resultados electorales y acepten que el tiempo les pasó y que no hay otra salida pacífica para solventar la crisis en que nos han sumergido. Nos preguntamos también si serían capaces de crear sus propios números e ignorar la voluntad popular y de sellar así el fraude continuado que vienen construyendo desde hace años.

Esta vez les será muy difícil demostrar que los millones de venezolanos que se han lanzado a las calles de todo el país reclamando libertad y dignidad al lado de María Corina Machado y de Edmundo González, son la creación o la imaginación de la dirigencia opositora. Mientras más nos acercamos al 28J y mientras más errores comete el régimen para aliviar sus temores, la candidatura de la Unidad Democrática crece y se fortalece y la del dictador Nicolás Maduro se hunde aún más, perdiendo lo poco que han tenido.

Las dudas acerca de lo que pasará ese día y después aumentan cuando vemos en el grupo oficialista una división importante entre quienes estarían dispuestos a aceptar la derrota y encontrar un camino de la convivencia pacífica y quienes contrariamente no están dispuestos a ceder y entregar el poder. Nos preguntamos también si una decisión contraria a la voluntad popular será aceptada por todos los sectores del país, incluido el militar, cuya responsabilidad es y muchos de ellos lo saben, salvaguardar los intereses y la seguridad de la República y de los venezolanos.

Tanto la suspensión como el robo electoral traerían consecuencias muy graves e impredecibles tanto en lo interno como en el plano internacional. Habrá reacciones, sin duda alguna. La comunidad internacional, estamos seguros, se manifestará en contra de cualquier intento para desconocer la voluntad de los venezolanos expresada el 28J.

La principal certeza es que Venezuela despertó y que los venezolanos como nunca antes estamos dispuestos a defender nuestra libertad y los deseos de vivir en paz.