Celebro el acuerdo logrado en México por la Plataforma Unitaria y el gobierno de Maduro. Celebro que el liderazgo político partidista opositor, representado en las conversaciones por Gerardo Blyde, haya pensado, por fin, en las necesidades urgentes de satisfacer para el pueblo venezolano.
De los 3 millardos de dólares que se destinarán a servicios de salud y electricidad, el mismo Blyde dijo que esto era apenas una punta del iceberg en las negociaciones con el régimen. Se requieren sumas mucho más cuantiosas para resolver la deprimente situación en que se encuentran estos servicios, que Venezuela realmente no los tiene en este momento. Blyde también se refería a los otros temas, los políticos, como la liberación de los presos políticos, crear condiciones para que haya unas elecciones presidenciales limpias, el asunto del respeto a los derechos humanos. Allí, reconoció, hay que hacer que el iceberg emerja mucho más.
Los partidos políticos opositores se han ganado un par de puntos positivos muy importantes en los últimos meses. El primero fue el nombramiento de la comisión electoral que se encargará de definir cómo será el proceso de selección del candidato presidencial unitario de la oposición. Los miembros de esa comisión son personas de indudable decencia y pulcritud ciudadana, independientes verdaderos, gente que se ha destacado desde distintos ámbitos por su amor por el país. Algunos han estudiado y analizado minuciosamente procesos electorales anteriores. Y uno supone que buscarán a expertos con experiencia directa en esos procesos para que les presten asesoría-si no lo han hecho ya. Se sabe que habrá primarias, pero todavía no hay fecha de su realización, ni si definitivamente participará el Consejo Nacional Electoral, o cómo se dirimirá la situación de los electores que hoy viven en el exterior.
El otro punto positivo es el que nos lleva a escribir estas líneas. Ya es un lugar común afirmar que los líderes partidistas de la oposición al régimen han permanecido por mucho tiempo alejados de la gente a quienes supuestamente quieren servir desde el Estado. También que han carecido de una estrategia clara, o que les ha faltado visión estratégica, para enfrentar al régimen chavomadurista. Que todavía prevalece la exagerada e inoportuna competencia de liderazgos por encima de encontrar los puntos que los hacen coincidir y a partir de allí trazar la ruta para la reconquista de la democracia y la reinstitucionalización de sus estructuras. Las encuestas lo confirman, así como una palpable disminución de la confianza en ese liderazgo por parte de la comunidad internacional. El acuerdo logrado en estos días apunta a algo distinto, muy bien definido por Gerardo Blyde en su entrevista radial para el Circuito Éxitos. Si se quiere gobernar el país, hay que contribuir de algún modo a que no se le encuentre tan derruido. Lo logrado, de ser implementado como se promete, administrado por agencias de la ONU y con transparencia, va en beneficio de la población, no de las élites que lo han negociado. El liderazgo opositor gana puntos a corto y mediano plazo. Y el régimen acusa recibo. Cabello se vio obligado a aclarar que el régimen es transparente, que no necesita de la intervención internacional, pero que ceden porque es en bien del pueblo.
¿Que la Fabri de Saab es miembro de la delegación? ¿Y qué? En la práctica es un miembro menos por parte de la representación del régimen. No tiene nada que aportar. El único que importa del otro lado de la mesa es Jorge Rodríguez. ¿Que no se habló de los presos políticos? Bueno, la Asamblea Nacional dominada ampliamente por la oposición se empeñó desde su primer día en debatir una ley de amnistía, que no llegó a ninguna parte. Los opositores no arribaron a esa asamblea con proyectos de modificación de la sofocante estructura económica montada por el chavismo, o de modificar el Tribunal Supremo de Justicia, cuya Ley Orgánica se la aprobaron años atrás con mayoría simple. No llegaron preparados para las grandes peleas. Ni legislaron en lo estratégico ni se ocuparon de los problemas que aquejaban y aquejan directamente a la mayoría del país. Hasta que los ahogaron. Ahora por lo menos le dan otro mensaje al país. Blyde prometió que lo político también se hará presente en la mesa.
Hasta febrero hay tiempo suficiente para que los líderes partidistas de la oposición no metan otra vez la pata. Digo hasta febrero, porque en enero los líderes partidistas de la oposición decidirán si continúa vigente la figura de la presidencia interina de la república, hoy a cargo de Juan Guaidó.
Julio Borges, de Primero Justicia, pidió la disolución del interinato a fines del año pasado. Gerardo Blyde reconoció en la citada entrevista que el acuerdo del fin de semana en México se produjo por la existencia de las sanciones económicas y personales contra el régimen venezolano. Su afirmación implica dos cosas: 1. Hay unas sanciones que represan en bancos extranjeros recursos del Estado venezolano y en el manejo de esos recursos influye la opinión de la institucionalidad democrática representada por el gobierno interino designado por la Asamblea Nacional elegida en 2016. 2. El liderazgo opositor no tiene fuerza suficiente en Venezuela para hacer que el régimen ceda en la administración de los 3 millardos de dólares destinados a mejoras en la salud y del servicio eléctrico. ¿Cuál va a ser la figura que sustituya el gobierno interino? Sólo Borges lo sabe.
Otra inquietud que está en el ambiente es en qué va a parar la defensa legal de Citgo, a fin de mantener sus refinerías fuera del alcance de los acreedores de Pdvsa y del régimen de Maduro, a la cual el interinato y sus integrantes partidistas no terminan de aprobar los recursos que se requieren para ejercer tal defensa.
Mientras tanto, el asesor del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca para América Latina, Juan González, abre un flanco de la defensa democrática por la izquierda, deja que Chevron opere en Venezuela para que Pdvsa o el régimen le paguen sus deudas por ventas de petróleo solo a Estados Unidos, negociando directamente con Maduro y advirtiéndole al liderazgo opositor partidista venezolano que se pongan las pilas, o corren o se encaraman.
Estamos entre Blyde y Biden, pues. Ojalá sea para bien.
@LaresFermin