Una Ventana a la Libertad, organización que dirijo desde su creación, presentó ayer jueves 25 de febrero su informe anual sobre la situación de los derechos humanos en los Centros de Detención Preventiva (CDP) de Venezuela durante el año 2020.

Una Ventana a la Libertad tiene ya más de 5 años monitoreando la situación de los CDP en todo el país por la inquietud que tenía, desde hace varios años, de la grave situación en que se vive en estos sitios, no aptos para tener a hombres y mujeres privados de libertad por lapsos mayores de 48 horas, pero que lamentablemente en Venezuela se han convertido en las nuevas cárceles del siglo XXI, que albergan a más de la mitad de los presos.

El balance del año 2020 de esta organización, del cual hoy les daré algunas cifras realmente alarmantes, podemos resumirlo en dos palabras: enfermedades y hambre, pero yo le añadiría hacinamiento, retardo procesal y corrupción para terminar de describir al terrible drama que vive el sistema penitenciario venezolano ante la indiferencia total de las autoridades, los políticos -del bando que sean- y, lo más lamentable, de la comunidad en general. El horror de los presos venezolanos es tan grande que, ante la emergencia humanitaria compleja que vive el país, ninguna agencia de cooperación nacional e internacional los incluye en los grupos que serán atendidos… simplemente no existen.

El equipo que trabajó para el informe presentado por Una Ventana a la Libertad estuvo integrado por 21 investigadores, dirigidos por la reconocida criminóloga y profesora universitaria Dra. Magaly Huggins, en 19 entidades: Amazonas, Apure, Anzoátegui, Aragua, Bolívar, Carabobo, Distrito Capital y Área Metropolitana de Caracas, Falcón, Lara, Mérida, Miranda, Monagas, Nueva Esparta, Portuguesa, Sucre, Táchira, Vargas y Zulia. El estado Miranda está dividido en 3 sectores por el importante número de CDP que posee: Valles del Tuy, eje Guarenas-Guatire y los Altos Mirandinos.

Uno de los datos importantes que nos trae el referido informe es que 208 reclusos murieron en calabozos policiales durante 2020. La principal causa: enfermedades (143 fallecidos). En segundo lugar encontramos 42 muertes por fugas, lo que representa 20,19% del total. Estas últimas están básicamente relacionadas con el proceso de recaptura, que los funcionarios siempre refieren como enfrentamiento.

Según Una Ventana a la Libertad, “las 5 enfermedades que causaron 87% de las muertes en los CDP fueron la tuberculosis, con 86 casos; la desnutrición, con 13; problemas respiratorios, 12 decesos; problemas cardiacos, 8 fallecidos, y tuberculosis y desnutrición juntas, 5 en total. Los datos nos hablan de que en realidad hubo 91 casos de tuberculosis al sumar los 5 que también presentaron desnutrición. La tuberculosis es la verdadera pandemia en los CDP”.

Igualmente, se determinó que, para finales de año, de acuerdo con cifras extraoficiales confirmadas por Una Ventana a la Libertad en los 19 estados que tienen investigadores, en estos espacios estaban detenidos 22.469 hombres (92,78%) y 1.749 mujeres (7,22%), para un total de 24.218 reclusos, cuando el cupo total disponible en los CDP es de 7.457”. Esto implica un hacinamiento de 325%, que es verdaderamente grave. Debo destacar que, en materia penitenciaria, se considera que existe un hacinamiento crítico cuando la cifra supera el 30%, en Venezuela es 1.000% más.

Según Una Ventana a la Libertad, la falta de agua potable en los calabozos es crónica y duradera desde hace mucho tiempo; en realidad no tienen agua potable y la poca que tienen es proporcionada por los familiares, al igual que los alimentos y medicamentos.

Quiero finalizar invitándolos a leer el informe anual 2020, presentado por Una Ventana a la Libertad y descubrir en qué se ha convertido el sistema penitenciario venezolano, verdaderos campos de concentración o exterminio, donde todos los derechos humanos se les violan a los hombres y mujeres allí recluidos, de manera reiterativa y constante.

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@cnietopalma


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