Ofendido por pertenecer a una entre dos lastimosas clases sociales [la desahuciada y esperpéntica], sin acceso equitativo a bienes nacionales porque un fantasma máximo legó al aventajado henchido de próceres impresos digitalizados u otro. En apariencia libre para elegir cómo vivir en un ambiente de presuntas o imaginarias, de propaganda política, oportunidades laborales. Empobrecido, famélico y loco al extremo de ser percibido paria. Estigmatizado por crueles sacrificios económicos y el abandono que experimentas por parte de la entelequia Estado, ¿emprenderás una campaña armada? ¿Epopeya de asalto al poder desde el cual presumes instaurar un nuevo y maravilloso régimen revolucionario? ¿Torcerás, mediante tu impudicia, principios morales y conceptos para conceder una absurda «dignidad» a las penurias del pueblo que experimenta lo que igual tú antes de convertirte en jerarca de gobierno?
Enardecido al mirar cómo, de manera sistemática, impune e ininterrumpida, personas que jamás mostraron conductas intachables ejercen el poder bajo corruptos y discrecionales criterios, con la arrogancia de los degenerados explícitos en la república donde eres un ciudadano que recibe trato de animal inmundo, hablas con tus compañeros de estudios sobre: justicia social, abuso de autoridad, corrupción cívica-financiera-militar, educación, cultura, ciencias, vindicaciones, restauración del Estado de Justicia, respeto por tus inalienables e inmutables derechos, urdes modernas formas insurreccionales para reordenar el país, depurar sus instituciones y proteger a todos los ciudadanos mediante el control del Tesoro [Erario] Público y Parque de Armas.
Iracundo por causa de tu desatención sanitaria y orfandad jurídica, mísero estipendio y esclavitud, logras, mediante incisivo y enamorador discurso político-filosófico, la adhesión de individuos dispuestos ir al frente de guerra para derrocar a quienes oprimen y ejecutarlos.
No harás que tus actos políticos sean calificados como «tentativas de rebelión», actuarás de forma directa. Sin miedo morir temprano, expresarás, desde la clandestinidad, tus intenciones y tu periplo emancipador tendrá éxito en pocos años: con el apoyo internacional de financistas y organizaciones que deploran sistemas totalitarios-hegemónicos.
Ofendido, enardecido o iracundo asumirás el mando y ordenarás juicios sumarios para lapidar o decapitar a los que te torturaron e hicieron de tu país un territorio inhóspito e infernal. Usarás métodos terroríficos de ajusticiamiento para advertir respecto a tu peligrosidad: explosivos atados en cuerpos, lapidación, horca, decapitarás y desmembrarás enemigos de tu revolución.
Con sobrevivientes-salvos de la purga justiciera y revolucionaria, harás esfuerzos didácticos para que las poblaciones entiendan que mejor que armas alzadas en hombros son las almas impolutas en hombres. El Reinado de la Inteligencia está por instaurarse, AveVa.
@jurescritor
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