Apóyanos

¡En el silencio hay mucho que aprender!

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“Modelo rentista petrolero (enmarcado por una divisa hegemónica), que ha determinado la configuración de evidentes desviaciones y distorsiones en los patrones de conducta, y que de forma deliberada e inducida se materializa en una merma degenerativa e involutiva de la satisfacción de las necesidades materiales y las relativas a lo intrapersonal, interpersonal y transpersonal, al igual que el acarreamiento de un sistemático  impacto negativo sobre el sistema axiológico imperante…

Además, en sus dimensiones multifactoriales, entre ellas la económica, la financiera, la política, la educativa, de salubridad, de valores, la espiritual, etc., la década de los años setenta del siglo XX representa el albor de la coronacrisis apocalíptica, con el abandono del patrón oro e inicio del dólar con rango de moneda global,  la apertura del triángulo de oro del opio y los cimientos de la era de la tecnología de la información y comunicación. En otras palabras, causalidades pandémicas que activaron el fetichismo o  síndrome adictivo por el petrodólar, el consumo de la drogas a escala exponencial y la ciberadicción en su faceta malsana y degenerativa. El paroxismo refundado o reconfigurado en tal tiempo-espacio (años setenta)  identificado como de punto crítico de inflexión, ha descrito diferentes mutaciones en los agravamientos temporales o sostenidos en la actividad económica y ambiental en general” (Morales, 2022).

Cuenta una antigua leyenda noruega, acerca de un hombre llamado Haakon, encargado de cuidar una ermita en la que había una cruz muy antigua, a la que acudía la gente para orar con mucha devoción a Cristo.

Un día el ermitaño Haakon se arrodilló ante la cruz y dijo: «Señor, quiero padecer por ti. Déjame ocupar tu lugar. Quiero reemplazarte en la Cruz”. El Señor abrió sus labios y habló, sus palabras cayeron de lo alto, susurrantes y amonestadoras: «Amado hijo, accedo a tu deseo, pero ha de ser con una condición.» ¿Cuál, Señor?, – preguntó con acento suplicante Haakon. «¿Es una condición difícil? Estoy dispuesto a cumplirla con tu ayuda, Señor!», – respondió el viejo ermitaño. -» Escucha: suceda lo que suceda y veas lo que veas, has de permanecer siempre en silencio». Haakon contestó: «Os lo prometo, Señor!» Y entonces se efectuó el cambio.

Nadie advirtió el cambio. Nadie reconoció al ermitaño, colgado en la cruz. El Señor ocupaba el puesto de Haakon. Y este por largo tiempo cumplió el compromiso. A nadie dijo nada.

Pero un día llegó un rico, y al irse después de haber orado, dejó allí olvidada su cartera (billetera). Haakon lo vio y calló. Después vino un pobre, vio la billetera y se la tomó, Tampoco dijo nada. Ni tampoco dijo nada cuando un muchacho se postró ante él poco después, para pedirle la bendición antes de emprender un largo viaje. Pero en ese momento volvió a entrar el rico en busca de su billetera. Al no encontrarla pensó que el muchacho se la había apropiado. El rico se dirigió al joven y le dijo acusadoramente: «¡Dame la billetera  que me has robado!». El joven sorprendido, replicó: «¡No he robado nada!». «¡No mientas, devuélvemela enseguida!”. «¡Le repito que no he tomado ninguna cartera!», afirmó el muchacho. El rico arremetió furioso contra él. Pero en ese instante se escuchó una fuerte voz: “¡Detente! …» El rico miró hacia arriba y vio que la imagen le hablaba. Haakon, que no pudo permanecer en silencio, gritó, defendiendo al joven, e increpó al rico por la falsa acusación. Este quedó anonadado, y salió de la Ermita. El joven salió también porque tenía prisa para emprender su viaje.

Cuando la Ermita quedó a solas, Cristo se dirigió a su siervo y le dijo: «Baja de la Cruz. No cumpliste tu palabra. No sirves para ocupar mi puesto. No has sabido guardar silencio».

«Señor -dijo Haakon-, ¿cómo iba a permitir esa injusticia?». Cambiaron de nuevo el puesto. Jesús ocupó la Cruz de nuevo y el ermitaño se quedó ante la Cruz. El Señor, siguió hablando: «Tú no sabías que al rico le convenía perder la billetera, pues llevaba en ella el precio de la virginidad de una joven mujer. El pobre, por el contrario, tenía necesidad de ese dinero, e hizo bien en llevárselo. En cuanto al muchacho que iba a ser golpeado, sus heridas le hubiesen impedido realizar el viaje que para él resultaría fatal. En este momento acaba de hundirse el barco y él acaba de perder la vida. Tú no sabías nada. Yo sí. Por eso callo.»Y el Señor nuevamente guardó silencio.

Muchas veces nos preguntamos por qué razón Dios no nos contesta, por qué se queda callado. Muchos de nosotros quisiéramos que él nos respondiera de lo que deseamos oír, pero Dios no es así, Dios nos responde aunque sea con el silencio. Debemos aprender a escucharlo. Su divino silencio son palabras destinadas a convencernos de que Él sabe lo que está haciendo en su silencio. Nos dice con amor, calla en presencia de Dios y espera paciente a que actúe, no te enojes por causa de los que prosperan ni por los que hacen planes malvados.

Algunas reflexiones asociadas

Lo que padecemos como humanidad “es un problema muy profundo, y la mayoría se queda en la superficie, esto es un plan global, orquestado y muy bien maquinado, que esconde objetivos maléficos, que han ido consiguiendo sin prisa pero sin pausa. Por eso buscan quebrarnos, profesional, económica, emocional, psíquica y espiritualmente, desaparecernos pues, para implantar el antiplan…” (Doctora Pérez, Y. 12-08-2022)

Lenguaje inclusivo, transhumanismo, pensamiento único, ideología de género, etc., aunque parecieran eventos aislados, tienen un factor común… Se desconoce, margina, ignora, crítica, ataca, olvida, sustituye…pero las bases cristianas son los pilares esenciales que han sustentado la evolución y desarrollo de la sociedad occidental. Si éstas se reemplazan otra será la estructura de valores,  y otra será la sociedad…

Es un plan de genocidio selectivo.  La problemática va mucho más allá de la mera visión limitada de aldea local que se pueda tener. Toda la población vulnerable, pero en principio la familia, la estructura de valores espirituales,  y subsiguientemente el sector intelectual y de amplio pensamiento crítico, son los objetivos de exterminio (literalmente hablando)

Mucho se seguirá perdiendo al hacer prevalecer el “síndrome del avestruz”,  «comprender» o «matizar» la realidad de acuerdo a nuestro sistema de creencias, y así justificar nuestro accionar dentro de una «zona de confort» que nos aleja de la salvación y redención verdadera.

Lamentablemente, el adulterio es perder la fidelidad con la Divina Providencia representada en Dios: omnipresente, omnisciente y omnipotente. Es caer en la tentación de los dioses del mundo: poder, dinero, lujuria, etc. Por otra parte, no hay nada más radical y exigente que el Evangelio. En San Juan 8,32 nos dice «la verdad nos hará libres», pero en ninguna parte dice que la verdad siempre nos gustará. El Señor no es para consentir nuestros gustos, sino para mostrarnos el camino del bien. En ocasiones las Sagradas Escrituras nos gustarán y será fácil de ponerlas en práctica, pero en otras ocasiones serán muy exigentes, y no será del agrado de nuestro nivel de consciencia: basado en esencia en la estructura de creencias, las cuales  condicionan el pensamiento y el proceder.

Los que hacen el mal y se ponen de acuerdo para dañar a los demás, solo merecen nuestra compasión, son almas en pena que están condenadas para el castigo eterno. Sin embargo, para vencer el mal, comencemos por revisar lo que hacemos incorrectamente, cambiemos favorablemente, elevemos nuestro nivel de consciencia, y en definitiva colocar a la Santísima Trinidad y a la Inmaculada Virgen María en el centro de nuestras vidas. Entonces nunca olvidar que con el ¡silencio!”, Dios se comunica con nosotros, pero solo es posible cuando se tiene plena fe y confianza en su divina misericordia.

“El comienzo de la sabiduría es el silencio” (Pitágoras)

Referencia:

Morales, P. (2022). “Economía transpersonal partiendo de un enfoque cuántico. Realidad geoeconómica de Venezuela”. Perspectiva Económica, Venezuela. https://bit.ly/3vk5nPV

Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 al 2022. Pedro Morales. Postulante a Rector de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET)

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