Comenzó la transición política en Venezuela. El documento presentado por María Corina Machado con motivo de cumplirse un mes de su triunfo abrumador en las elecciones primarias del pasado 22 de octubre de 2023 es un abreboca que muy bien puede considerarse como el inicio de un cambio político en el país, frente a las elecciones presidenciales del año 2024. Como siempre ocurre cuando hay estas entregas de cargos importantes, siempre hay unos asuntos pendientes que para el caso venezolano, el más grueso, el de mayor carga estratégica en este momento es la presentación de una contramemoria inobjetable frente a la Corte Internacional de Justicia. Esa es una tarea de Estado que compromete a decisiones trascendentales y tiene fecha del próximo 8 de abril de 2024.
La historia a veces se repite con el mismo trazado y similares circunstancias. El 2 enero de 1969, durante ese período inútil administrativamente en materia de decisiones, que existe entre la proclamación del candidato vencedor en las elecciones presidenciales y la realidad de quien desaloja el palacio de Miraflores por razones del relevo constitucional, se presentó una coyuntura con el tema de la reclamación del territorio Esequibo. El evento conocido como el levantamiento del Rupununi, precisamente en plena transición Leoni-Caldera convirtió en una tragedia una gran oportunidad perdida para la recuperación de ese territorio. Esta reedición en 2023 con movilizaciones, escaladas, referéndum consultivo, declaraciones bélicas, despliegue de unidades militares en la frontera y audiencia ante la Corte Internacional de Justicia por ambos países puede concluirse a la manera de comedia del lado venezolano si no hay concurso y acuerdos hacia la constitución y presentación de un solo frente ante una Guyana distinta y su envalentonamiento con unos respaldos insólitos.
La lectura con bastante atención del documento titulado A un mes de las primarias abre bastante el campo de la imaginación. De los cinco aspectos en que divide su llamado, el número 4 que enuncia como parte de las distracciones del régimen se alude el tema de la reclamación del territorio Esequibo. Una materia inevitable en esta coyuntura venezolana y que está por encima de la política interna. No se van a comentar los otros asuntos y el centro de análisis se priorizará en este asunto estratégico, puntualmente abordado por la candidata unitaria de la oposición. Un importante y oportuno acierto que se celebra en la iniciativa del planteamiento de manera de generar la mayor sinergia nacional y acuerdos en un contenido que va al fondo de la unidad nacional.
Frente a una realidad ineludible de presentar “de manera impecable nuestra defensa a más tardar el 8 de abril de 2024” para dirimir la reclamación ante la Corte Internacional de Justicia, la señora Machado apela a la sensatez de todos los venezolanos, civiles y militares, con este curso de acción que contiene tres líneas muy puntuales: 1. La suspensión del referéndum consultivo convocado por el régimen para el próximo 3 de diciembre de 2023; 2. La convocatoria de historiadores, diplomáticos, juristas y militares para estructurar un equipo de expertos y conocedores del tema; y 3. La presentación de una contramemoria inobjetable ante la CIJ.
Así como la selección Vinotinto de fútbol se convirtió la semana pasada en un punto de encuentro de todos los venezolanos ante los ataques de xenofobia en Lima, Perú, ante el match eliminatorio para la Copa Mundial, es encomiable también que desde la candidatura unitaria se lance una iniciativa para cruzar el espinoso y minado puente que separa al gobierno y a la oposición, para buscar puntos de coincidencia y para agarrarse de elementos que acerquen hacia la unidad nacional, necesaria en un tema de alto interés nacional, como lo es la reclamación del territorio del Esequibo por encima de cualquier posición política particular, del sectarismo partidista, de las ambiciones personales y de las intransigencias derivadas del fanatismo.
Ahora; hay algunas premisas que deben de tomarse en cuenta en vista de la seriedad de los planteamientos de este curso de acción y las respuestas que pueden surgir. En primer lugar, debe existir conciencia ante todos los sectores nacionales de que el jefe del Estado oficialmente es Nicolás Maduro. Nos guste o no, es quien tiene la entidad constitucional y el reconocimiento internacional para representar a Venezuela con su Cancillería y sus comisionados formales ante la comunidad internacional y en particular ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por encima de cualquier pataleo fanático y de cualquier conclusión pasional surgida desde la tapa de la barriga de algún seguidor en la orilla opositora. Allí en el palacio de Miraflores es donde aterrizan los tres puntos del curso de acción para tomar decisiones o simplemente para hacer de oídos sordos. Luego, los puntos 2 y 3 son los que pueden constituirse en el contenido medular de la recomendación hacia el régimen. De allí que lo inmediato a esta sugerencia que ha surgido públicamente con este pliego es que se presenten nombres desde ya, de los historiadores, de los diplomáticos, de los juristas y de los militares que formarían parte del equipo venezolano, sin distingo de su preferencia política para fortalecer y aportar los mejores argumentos que sostengan la histórica posición de Venezuela frente al reclamo, tal como se plantea en el documento A un mes de las primarias. Desde la hora y fecha, distan apenas 4 meses para integrar el equipo, ensamblar los documentos, distribuir las tareas y pulir todas las defensas disponibles si Nicolás Maduro se acerca hasta el medio del puente, acepta el curso de acción y desmonta cualquier reserva que pueda existir de lado y lado en el acometimiento de esta tarea de alto interés nacional.
Ojalá que en los predios revolucionarios prive la sensatez ante la recomendación, como también en los campamentos opositores que siempre andan de bayoneta calada y con el fusil a la bandolera ante la encomienda que hace MCM al régimen con el tema del Esequibo en el documento en cuestión. Esta puede ser la última oportunidad de resarcirnos territorialmente desde los tiempos del Laudo de París en 1899 y con la larga cadena de errores y pifias de los gobiernos desde hace 124 años, que han impedido que la solución se concrete.
La presentación de este curso de acción ante la opinión pública y con un destinatario específico, pone a María Corina Machado en el medio del puente esperando una respuesta oficial sobre un tema que va a dominar en centimetraje durante el año electoral de 2024. Es una imagen optimista ante la posibilidad de una transición política en Venezuela y frente a un tema de unidad nacional.
¿Comenzó la transición política?
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