La proclamación del candidato de la falsa oposición como gobernador de Barinas por parte del Consejo Electoral chavista es un hecho que debe ser examinado en la perspectiva de la lucha que se libra en Venezuela para sacar al chavismo del poder. Hace varias semanas, en estas mismas páginas, analizamos la decisión del régimen chavista de repetir las elecciones en el estado Barinas y lo atribuimos a una sofisticada operación política de Nicolás Maduro y Jorge Rodríguez para purgar del régimen a la familia Chávez con su corte de “chavistas originarios» y al mismo tiempo avanzar en la inevitable liquidación de Diosdado Cabello.
En el mismo análisis decíamos que el régimen chavista podía suspender elecciones y presentar resultados electorales según su conveniencia sencillamente porque tiene todo el poder para hacerlo. Hemos argumentado y seguimos sosteniendo que, contrario a la tesis de la falsa oposición que insiste en salidas electorales, cada vez que el chavismo “pierde” una elección no se trata de un hecho fortuito sino más bien parte de una operación bien calculada para adjudicar cuotas de poder a la falsa oposición y así asegurar su defensa perruna del régimen político en su conjunto.
También hemos dicho que casos como la elección de la Asamblea Nacional de 2015 son fallas internas del aparato chavista que al poner en riesgo lo esencial para el régimen fueron inmediatamente corregidas, en ese caso específicamente provocando una castración del órgano legislativo que fue mansamente aceptada por la falsa oposición.
Pensamos que al repetir la estafa electoral en Barinas el régimen podría usar todo su poder material para agregar ese estado a su columna de gobernaciones. ¿Por qué? simplemente porque el régimen chavista puede hacerlo anunciando resultados que, como siempre hemos dicho, resultan inauditables e inapelables. Sin embargo, esto habría sido burdo cuando en realidad lo que está en juego no es la gobernación de Barinas sino la liquidación de facciones internas y la propia supervivencia del régimen.
En Barinas estamos frente a un montaje del régimen con la participación, por supuesto, de la falsa oposición. Adjudicar la gobernación de Barinas a Sergio Garrido, ficha de Henry Ramos Allup y conspicuo aliado del régimen, es un resultado que le rinde beneficios políticos tanto al régimen chavista como a la falsa oposición. Al régimen le permite, una vez más, validar las bondades de su sistema político en el cual la oposición (falsa) puede participar y hasta ganar. La falsa oposición por su parte valida su tesis según la cual por el voto se podrá algún día sacar al chavismo del poder. Ya están celebrando con la demagogia habitual “si lo logramos en Barinas, lo podemos lograr en Venezuela.”
Sin duda la adjudicación de la gobernación de Barinas a la falsa oposición es una jugada política calculada por el régimen para darle oxígeno a la oposición oficialista que es vital para la supervivencia del estado chavista. La supuesta derrota electoral del chavismo en Barinas es el señuelo para, en lo general, seguir alimentando las ilusiones electorales y en lo concreto darle vida a la nueva estafa de la falsa oposición con la convocatoria del referéndum revocatorio como una supuesta vía para sacar del gobierno a Nicolás Maduro.
Por supuesto el régimen chavista dejará que corra la emoción del revocatorio por unos meses hasta que por razones, técnicas, legales o políticas la convocatoria al revocatorio sea materialmente imposible. Mientras tanto habrán pasado marchas, movilizaciones, recolectas de dinero y toda suerte de actividades que le dan vida a la falsa oposición y sus mercenarios operadores que literalmente viven del negocio de las elecciones. Así se nos habrá escapado 2022 como otro año perdido para Venezuela en manos del chavismo y la falsa oposición con su ya legendario circo electoral.
Adjudicar la gobernación de Barinas a la falsa oposición no cambia en absoluto lo fundamental en la lucha para sacar al chavismo del poder. El chavismo sigue controlando el aparato del Estado con sus fuerzas armadas de forma tal que una gobernación aquí y una alcaldía allá en manos de la falsa oposición jamás hará mella en la configuración del poder político. Sergio Garrido no será un gobernador diferente a los otros que ya han tenido la falsa oposición durante el chavismo. Por el contrario, al igual que todos los demás Garrido a partir de ahora defenderá incluso con más pasión la generosidad del régimen político chavista que hoy le permite a él ser gobernador y entrar en forma directa en el reparto del botín.
Como se verá en los próximos días el “resultado electoral” de Barinas del 9 de enero de 2022 será motivo de celebración y fiesta democrática tanto para el chavismo como para la falsa opción. Y tienen razón para celebrar porque ambos se alimentan de las vanas y falsas ilusiones electorales que con este episodio en Barinas vuelven a florecer cual amapolas para narcotizar a incautos y desprevenidos. La esencia de la lucha para sacar al chavismo del poder se mantiene en lo fundamental y pasa por la necesaria destrucción del estado chavista que como régimen político es sostenido por chavistas y falsos opositores en calidad de principales beneficiarios.
@humbertotweets
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