La empresa privada reafirma su papel fundamental como solución social, lo cual se evidencia tanto en la cantidad de empleos generados como en los salarios mejorados que ofrece a sus trabajadores.
Actualmente, más de 75% de la producción nacional en los sectores agropecuario e industrial proviene del sector privado, mientras que en comercio y servicios su contribución se acerca a 100%. En otros sectores de la economía, la participación de las empresas privadas supera 80%, destacando su influencia en el desarrollo del país.
Se estima que más de 4 millones de trabajadores formales se emplean en empresas privadas en todo el territorio nacional. Estas empresas continúan operativas, pese a los estrechos márgenes de rentabilidad e, incluso, en algunos casos sin cubrir sus costos operativos. Este esfuerzo se sostiene gracias al compromiso de sus propietarios y trabajadores, quienes se esfuerzan diariamente para mantener sus actividades activas.
Entre las principales limitaciones que enfrenta el sector privado se encuentran la falta de financiamiento para adquirir equipos y maquinaria, así como para asegurar el capital de trabajo. Estas dificultades, sumadas al aumento de impuestos municipales y a los extensos requisitos de permisología, generan cargas financieras que afectan su sostenibilidad y operación.
A lo largo del país, el sector privado desempeña un papel crucial en las comunidades, siendo la principal fuente de empleo y un pilar en el impulso de actividades culturales y sociales. Esta contribución destaca la importancia de la empresa privada como un factor clave en la solución de problemas sociales, promoviendo el bienestar y el desarrollo en diversas áreas.