Se dice fácil, pero qué duro significa comprobar que cerca de 8 millones de venezolanos han abandonado el país. Están repartidos por todo el mundo, especialmente en el vecindario latinoamericano, en Estados Unidos y en algunos países de Europa como España fundamentalmente. El proceso migratorio continúa aunque los números se reducen progresivamente. Suficiente con más de un cuarto de los venezolanos en el exterior.
Las consecuencias son tremendas. Muchas familias están divididas entre los que se quedan y los que se van. En estos últimos hay miles de profesionales de todas las disciplinas, médicos a montón y maestros y profesores de educación media y superior generando problemas adicionales, muy graves, en estas áreas.
No estamos exagerando. Venezuela, a pesar de la hermosa historia que escribieron los Libertadores y de los recursos naturales que tiene, además del petróleo, sufre el deterioro más intenso del continente y su situación empeora día a día. Se desmorona. Mejor dicho, se desintegra sin posibilidades de retorno inmediato a una relativa normalidad.
Las especulaciones abundan. No faltan quienes opinan que esto es parte de un proceso calculado política e ideológicamente para colocarla al servicio del socialismo de quincalla baratera que se extiende progresivamente, dirigido por el Foro de Sao Paulo. No se trata sólo de una probada incompetencia del régimen en el poder para atender las necesidades fundamentales. Parecieran tener razón quienes van más allá. Han sido casi veinticinco años, cinco quinquenios, de sufrimiento para un pueblo que no se merece cuanto sucede.
La situación es tan grave que incluye a dirigentes y sectores que no están directamente vinculados con el régimen, pero que por oportunismo o circunstanciales necesidades, se acercan para tratar de resolver sus problemas concretos. Se convierten en cómplices aunque lo nieguen.
No soy enemigo del camino electoral para intentar cambiar las cosas. Pero debemos convencernos de que no es el único posible. Tenemos unas elecciones primarias convocadas para el próximo 22 de octubre. Allí deberá escogerse la persona que deberá enfrentar al candidato del régimen, Maduro Moros lo más probable, con el apoyo de todos los contrincantes de ese proceso de primarias quienes ya se han comprometido a hacerlo. Ojalá y no aparezcan otros candidatos fuera de las primarias para dividir el voto opositor y hacerle un gran favor al régimen.
Lo ideal sería que todos los aspirantes llegaran a un acuerdo alrededor de quien esté en mejores condiciones para liderar el proceso que ya se está realizando. En todos los estudios que han llegado a nuestras manos y de acuerdo con lo que la experiencia nos dice, María Corina Machado está en la posición ideal para la exigente tarea que debe cumplirse… hasta el final.
@osalpaz
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