A Federico Rodríguez
Sin que hubiésemos todavía respirado con cierta comodidad después del atroz y flagrante fraude de las elecciones presidenciales, el “nuevo” gobierno llama a elecciones regionales prontas, muchas, todas, miles de cargos. Es más ya hubo una reunión de TODOS los partidos nacionales para fijar calendario, excepto los verdaderos partidos opositores que usted ha oído nombrar que dejaron fuera y da la sensación de que se quedarán sin ser invitados a ninguna instancia de los múltiples eventos; por malvados y antipatriotas, fascistas, según Jorge Rodríguez, ductor de la abrumadora empresa.
Yo comenzaré diciendo, y creo que hay ya algunos breves asomos en ese sentido de dirigentes opositores, que simplemente la oposición no desea ir a esa feria del horror. No se puede sentar uno a dialogar con los que han perpetrado la barbaridad el 28 de julio. Sería una incoherencia y una indignidad. Y ninguna viveza o realismo político pueden justificarlo. Que eso quede para los alacranes o similares de diversas tonalidades, desde los comprados a los malos lectores de Maquiavelo.
La argumentación en contra puede resumirse en dos simples asertos: no podemos dejarle todo el poder a Maduro. Pues sí podemos, es más, debemos. ¿No estamos en una dictadura perfecta, apenas acompañada por Cuba y Nicaragua en América Latina? Esas tiranías no reparten el poder. Aceptemos que nuestra lucha tiene otras características que el coqueteo politico. Ya las descubriremos, ya sabemos al menos que es hasta el final. Y, segundo, que la abstención nunca ha servido para nada. El electoralismo tampoco.
Y no olvidemos, los dioses nos libren, lo que va a pasar en esas elecciones. Que serán custodiadas por los iraníes y los hondureños. Que los alacranes recogerán los votos de los distraídos, que para eso existen, Y que Amoroso nos debe tener preparado algún platillo especial, con las nuevas leyes que Rodríguez propone y que pueden inhabilitar al más pintado. Por último, los amigos de Macedonia del Norte deben estar preparando un nuevo jaqueo que les mejorará la economía nacional.
Por último, recuerden que esos supuestos poderes que pudiésemos adquirir nunca serán muchos, tienden a diluirse si no a desaparecer en manos del gran poder. Recuerden, entre tantos, los ejemplos, del glorioso triunfo del año 2015 en el Parlamento. O, más atrás, la gobernación de Ledezma. O la muy famosa Constituyente que no hizo una sola reforma y sólo sirvió como fiscal de los movimientos opositores poco deseados por el gobierno, que hizo hazañas electorales para constituirla. Y así sucesivamente, seguir sería cosa de nunca acabar.
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