OPINIÓN

Elecciones parlamentarias y el coronavirus

por Esteban Oria Esteban Oria

Sorprendentemente, en las redes sociales y grupos de Whatsapp se lee a opositores furibundos confesar cierta admiración por las medidas tomadas por Maduro para detener o contener el coronavirus. No sé qué pensar de esto. Quizás cierta ingenuidad les hace creer que este régimen de malandros tiene corazón y piensa en la gente, pero la verdad es que el régimen simplemente obedece órdenes de Cuba, allí no hay ninguna materia gris inteligente, solo son una banda de asaltantes de la Constitución y de las leyes; una mafia asesina a quien no le importa la vida de los venezolanos, ellos solo se limitan a generar determinadas políticas con el fin de crear una apariencia mínima de gobernabilidad que les permita sostener el poder en el tiempo, mientras continúan alimentando sus propias arcas con el dinero de todos los venezolanos.

Si el régimen de Maduro toma una medida sanitaria que a la vista pública parece proteger al pueblo es porque necesitan lograr objetivos claramente estratégicos en el campo de la dominación política y el control social, y créanme que en este momento ellos solo piensan en recuperar la Asamblea Nacional y retomar el control legislativo de un modo formal.

Sin duda que Maduro ha sido eficaz en mantenerse en el poder, no le ha temblado el pulso para eliminar obstáculos, eso incluye crímenes de lesa humanidad, si no recuerden el caso de Oscar Perez, los cientos de jóvenes asesinados en las manifestaciones de 2017, además de las muertes de cientos de miles de ancianos y enfermos crónicos que han sido víctimas de la crisis hospitalaria, que es en lo que se ha transformado la salud pública en Venezuela. Es todo un sistema de terror traducido en eutanasia colectiva, en este sentido tan solo imaginen el nivel o grado de perversión criminal en el que estos gerentes del régimen de Maduro están involucrados, francamente se hace bien difícil sentarse con ellos en una mesa de negociación política a objeto de darle continuidad al calendario electoral que obligatoriamente contiene una fecha para elecciones parlamentarias.

Así que tenemos un escenario político con unas elecciones parlamentarias en diciembre de 2020, que están siendo transversalizadas con una emergencia sanitaria provocada por un escenario global de pandemia con el covid-19, una enfermedad que está matando a miles de ciudadanos en el mundo y que ya empezó en Venezuela. De este modo, el coronavirus aterriza en un país que tiene un sistema hospitalario destruido, desmantelado, donde prácticamente se ha estado implementado una eutanasia o muerte planificada de ancianos y enfermos crónicos, con un gobernante como Maduro que sin pensar dos veces dónde seguir robando y perpetuando su poder, ahora solicita al Fondo Monetario Internacional, nada menos que a su peor enemigo retórico, la pequeña bicoca de 5.000 millones de dólares para financiar un plan sanitario contra el coronavirus, y además los venezolanos tenemos que vivir el terrible dilema de tolerar este gobierno de delincuentes porque son quienes fácticamente tienen la vocería y representación ante los diversos organismos y entes internacionales.

Maduro seguramente no pospondrá el evento electoral de diciembre, a menos que la crisis del coronavirus se convierta en una calamidad nacional incontrolable. Sobre este virus sabemos que es muy letal en zonas geográficas frías y probablemente débil en el calor, así que al ser Venezuela bien caliente es difícil que sea gravemente afectada, aunque puedo equivocarme sobre este dato. Yo no soy doctor y solo reflejo la opinión de otros. Pero sí pienso que el régimen ha activado toda su maquinaria electoral mientras lanza su campaña sanitaria y simula actividades de contención del virus.

De mantenerse el actual estado de las cosas, imaginen ustedes el nivel de participación en unas parlamentarias en 2020. Nadie saldría a votar, pero además agregue toda la ingeniería electoral que dispone el régimen y que es capaz de otorgarle cientos de escenarios posibles para ganar.

Ciertamente, no fue casual que el régimen perdiera en 2015, fue simplemente un error en su algoritmo de robo electoral que no calculó el altísimo nivel de voto castigo y desde luego perdieron por paliza la Asamblea Nacional; sin embargo, la historia es conocida, eso no les impidió mantener el gobierno. El régimen generó su propia versión legislativa en la  asamblea nacional constituyente, que junto con el Tribunal Supremo de Justicia han logrado recrear la ficción de república democrática que hoy tenemos.

Así que la campaña por las parlamentarias que han iniciado forzadamente está siendo sostenida por una nueva plataforma tecnológica para el voto electrónico, habida cuenta de que todo su aparato logístico de votación fue convenientemente quemado, una oportunidad para reactualizar su ingeniería y acondicionarla de un modo más nativo y apropiado a los intereses del régimen, una forma bien efectiva de deshacerse de los restos de Smartmatic.

El régimen de Maduro y sus candidatos no tiene la mínima oportunidad de ganar unas elecciones libres, pero de realizarse el proceso electoral en Venezuela va a ocurrir lo que ya usted sabe, seguramente el PSUV se convierte en el partido más votado, puede que incluso obtenga mayoría parlamentaria. Se puede presentar un escenario de correlación 51-49 en caso de que la oposición presente candidatos, y el régimen considere necesario presentar a la opinión pública internacional un Parlamento con cierto nivel de equilibrio. Pero el régimen puede llegar a la insensatez de arrebatar la mayoría y estafar a la nación hasta con 70% de las curules en el Parlamento.

Un escenario mas piadoso con la oposición, que luce bastante increíble, es que el régimen pierda la Asamblea Nacional con una correlación 60–40, pero probablemente con el PSUV como primera fuerza política, con esos números bloquearían de forma legal la capacidad operativa de la Asamblea y sobre todo mantendrían ocupados a la oposición en una realidad alternativa, que es en lo que prácticamente se ha convertido el Poder Legislativo, un cuerpo sin poder alguno, mientras el Poder Ejecutivo sigue controlando todo el poder real y los recursos.

Asi que prepárense venezolanos porque el régimen viene dispuesto a recuperar la Asamblea Nacional y es capaz de usar una calamidad catastrófica como el coronavirus para lograrlo. Robar las alecciones sin remordimiento ni mesura va a ocurrir sin piedad ni pena, el problema no es que ocurra sino que la oposición lo sabe y sus posibilidades de sobrevivir implican aceptar estas condiciones con las consecuencias que ello significa.

Nadie en el mundo está interesado en unas elecciones mientras siga latente la amenaza del coronavirus, eso significa que incluso en el mejor escenario habrá observadores internacionales pero en la modalidad de teletrabajo. La capacidad de movilización se habrá perdido de entrada, tomando en cuenta que la cuarentena puede llegar hasta agosto y los efectos psicológicos de las campañas de histeria masiva son prácticamente inolvidables en años. El coronavirus es una realidad aterradora y no me la imagino como recuerdo, será un instrumento que utilizará el tanque de pensamiento de Maduro y compañía para aumentar la abstención.

Finalmente, yo podría recomendar a Juan Guaidó que proponga una medida de excepción en la Asamblea Nacional para sentar al régimen de Maduro, de modo que acuerden un cambio en el calendario del evento electoral, una especie de tregua, hasta tanto se normalice la situación y se haya superado la pandemia del covid-19, lo que puede llevarse prácticamente este y el próximo año.

@estebanoria