OPINIÓN

¿Elecciones libres y justas?

por Fernando Rodríguez Fernando Rodríguez

Es una fórmula -se pueden usar otras cualidades, siempre democráticas- que de tanto usarse parece desdibujarse. Por ejemplo, se supone que estamos en campaña hacia unas elecciones el año próximo y la oposición en éste hacia unas primarias para elegir su candidato. Pero ya parecen haberse definido muchas de las características que regirán el evento del 24 y  también la de ese evento privado, casi de familia, que son las que van a parir el candidato que podría sacar a Maduro del poder, nada menos.

Es del conocimiento público, y en especial político, que María Corina Machado es uno de esos fenómenos inesperados que suceden aquí y allá y más allá, que no eran previsibles. Ya yo conté uno muy ejemplar, el absoluto desconocimiento de Fujimori que tenía Vargas Llosa unas poquísimas semanas antes del acto electoral donde lo derrotó, lo cuenta él mismo. ¿Y qué me dicen de Castillo en Perú, que hubo que sacarlo del poder a prisa, al que había llegado viniendo de la nada, por su incultura y su gusto por el dinero ajeno?  Y monstruos como Bolsonaro o Trump, dispuestos a todo para hacerse y mantenerse en el poder. Este último peligroso hasta para la supervivencia del homo sapiens.

Pero quiero agregar que lo que se espera por doquier es realmente de temer, hasta en la culta y bien acomodada Europa, donde el fascismo levanta la cabeza en los sitios menos impensados: por ejemplo, en Francia, cuna de la revolución moderna, quién quita que la facho Le Pen la presida en poco tiempo, cosa que dicen las encuestas. O, hasta la misma Alemania, la de Hitler y los hornos crematorios, ve crecer los extremistas de derecha, nazis y terroristas, mientras se desploma aparatosamente en el gobierno tripartito y de centroizquierda en las encuestas. Ya. Pero solo piensen en una vuelta de Trump, esta vez más enardecido que nunca por las banderillas que le clavaron los tribunales gringos, acontecimiento bastante posible. Ahora sí ya, perro mundo.

El tema es que las elecciones venezolanas ya son maniatadas e injustas. Injusto es que inhabiliten a María Corina, por una supuesta causa del pasado, seguramente falsa, para cortar su meteórico y sorprendente ascenso. Y, aclaremos, que distinto a lo oscuro de lo dicho antes, esperamos que Machado sea un feliz advenimiento inesperado. O haber colocado a la cabeza del CNE nada menos que el inhabilitador, remodelando además ese organismo a su leal saber y entender. Recordemos que Capriles y Superlano, a lo mejor segundos y terceros en las primarias, ya estaban inhabilitados, con la misma alevosa injusticia.

No hay que olvidar que la mayoría de los partidos fueron divididos para darle una buena parte a sus chacales comprados, hasta el mismísimo Partido Comunista. O que ya Jorge Rodríguez decidió que los muy serios observadores electorales europeos no volverán, ¿quién vendrá?, nadie serio seguramente. O que Maduro y Cabello dicen que van a lanzar sus hordas armadas a las calles de pueblos y ciudades para disolver a las multitudes que comienzan a poblarlos, ahora sí, al llamado electoral opositor, que ellos dicen que es un golpe.

Solo esto, hay bastante más, pero suficiente para decir que las que vienen son elecciones maniatadas y asquerosas. Y, por último, ¿alguien cree que en México o en conversa con Biden los chavistas van a rebobinar la película y hacer verdaderas elecciones realmente libres y justas? Yo no, y no se me ocurre qué hacer. Probablemente votar en el chiquero.