“No hay cosas imposibles sino personas incapaces” (Leopoldo Sucre Figarella)

Leopoldo Sucre Figarella nació en Tumeremo, estado Bolívar, el 1° de agosto de 1926 y murió en Caracas el 16 de octubre de 1996, a la edad de 70 años. Sus padres fueron José Manuel Sucre, propietario de una mina de oro en el estado Bolívar, e Inés Figarella Cordoliani, descendiente de una familia corsa. Realizó estudios de bachillerato en el liceo Peñalver de Ciudad Bolívar y luego marchó a Caracas, para cursar estudios superiores, obteniendo el título de ingeniero civil en la Universidad Central de Venezuela el 7 de octubre de 1948. Desde su época de estudiante se inició en la política en las filas de Acción Democrática, al ser representante estudiantil en el Consejo de la Facultad de Ingeniería y en el Consejo Universitario de la UCV.

Al egresar de esa casa de estudios trabajó en el Instituto Nacional de Obras Públicas y luego en la Oficina de Ingeniería Rafael Vegas. Políticamente es nombrado secretario de Finanzas de AD y en 1950 es jefe de la fracción de ingenieros de Acción Democrática. Durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, debió mantener su filiación partidista con un perfil bajo, pasando a la clandestinidad. Una vez terminada la dictadura, Sucre Figarella es llamado por el presidente Rómulo Betancourt, quien lo designa gobernador del estado Bolívar en 1960. Leopoldo Sucre solo tenía 36 años.

Se podría decir que desde allí comenzó en firme su carrera en la administración pública y en política, aunque durante su vida de estudiante ejerció cargos dentro del movimiento juvenil de AD (secretario general de la Federación de Estudiantes de Venezuela, Seccional Bolívar, representante estudiantil de la Facultad de Ingeniería y delegado estudiantil ante el Consejo Universitario). En 1960, cuando el presidente de la República, Rómulo Betancourt, lo nombró gobernador del estado Bolívar, venía de ejercer la Secretaría de Finanzas del Comité Ejecutivo de AD y la jefatura de la Fracción de Ingenieros.

A partir del año 1960, su labor se expande a todo el país, porque en 1962 Rómulo Betancourt lo designa ministro de Obras Públicas, cargo ese que ejerció también durante todo el período del presidente Raúl Leoni hasta 1968. En la gestión de Leopoldo Sucre al frente del Ministerio de Obras Públicas se construyeron varias de las obras de infraestructura más notables en la Venezuela del siglo XX, como la Avenida Boyacá, el Distribuidor La Araña y la segunda etapa de la Avenida Libertador, en Caracas; los puentes Rafael Urdaneta -sobre el lago de Maracaibo-, Angostura -sobre el río Orinoco- y José Antonio Páez -sobre el río Arauca-; las autopistas Tejerías-Valencia, Valencia-Puerto Cabello y Ciudad Bolívar-Puerto Ordaz-Upata, se adelantó el Metro de Caracas, se concluyó la ampliación del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar y se inició la segunda etapa de la Represa de Guri. En 1975, con el regreso de Acción Democrática al gobierno, Carlos Andrés Pérez lo nombra encargado del Ministerio de Transporte y Comunicaciones, gestión en la cual dio inicio a las obras del Centro Postal de Caracas.

Sin embargo, el cargo más relevante de Sucre Figarella fue el de ministro de Estado Presidente de la Corporación Venezolana de Guayana – CVG (1984-1993) nombrado por el presidente Jaime Lusinchi. Sus obras ejecutadas durante el largo período al frente de las empresas de Guayana le valieron que lo llamaran el “Zar de Guayana”, por su influencia sobre la política y la economía estatal de Venezuela. Durante ese período se inauguró la etapa final de la represa Raúl Leoni, se iniciaron las obras de la tercera represa hidroeléctrica en el río Caroní, conocida como Macagua II, se puso en marcha la quinta línea de reducción CVG-Venalum, se amplió la planta de refinación de alúmina CVG-Bauxiven y otras importantes obras que vinculan directamente su nombre con el desarrollo de la región guayanesa.

Entre 1973 y 1989 se desempeñó como senador por el partido Acción Democrática; y luego volvió al Senado, como resultado de las elecciones de 1993. Durante los últimos años de su vida y particularmente durante su período parlamentario fue un férreo crítico de los planes de privatización de las empresas básicas de Guayana.

El propósito de este artículo es solo como ejemplo para resaltar la naturaleza, cualidades y atributos de los gerentes y funcionarios que nos gobernaron en los 40 años de nuestra democracia; en comparación con estos ladrones, delincuentes y choros, responsables de esta desgracia y maldición chavista-madurista.

*Abogado

Miembro de Vente Venezuela

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