OPINIÓN

El voto sí funciona

por Omar Ávila Omar Ávila
Exigen que migrantes venezolanos puedan votar en unas eventuales elecciones

Exigen que migrantes venezolanos puedan votar en unas eventuales elecciones

Pasada una semana de haberse celebrado las elecciones regionales y municipales, quedó en evidencia el poder del voto. Lo que está ocurriendo en el estado Barinas demuestra lo útil y eficiente de haber acudido a las urnas electorales; si los barineses no hubiesen votado, ya Argenis Chávez estaría proclamado.

Aparte de Barinas, los resultados de estados como Apure y Cojedes dejan claro de que el voto tradicional chavista –llámese las clases populares- se pronunció en contra de los candidatos maduristas; eso lo debemos tener claro, y demuestra que si todo el voto opositor retoma la ruta electoral, la paliza que le espera al gobierno es descomunal.

Lamentablemente eso no es de hoy para mañana, debido a que el llamado a no votar es la consecuencia directa del accionar de los “líderes” que hasta ahora han estado al frente de la oposición, que solo han pensado en sus intereses personales y económicos. Fue esta “dirigencia” la que impulsó la abstención, la responsable de la inacción que a la postre terminó siendo perjudicial para la consecución de más victorias.

El voto es un arma letal en la medida que moviliza a la población y obliga al oficialismo a hacer algo que no les gusta: trabajar y rendir cuentas.

Además, los resultados de las elecciones regionales y municipales del pasado 21N confirman que el gobierno continua en picada, y que más allá de la falta de acuerdos entre los distintos factores que nos oponemos al régimen, la división más importante está entre votar o no votar, por lo tanto, tenemos que hacer un esfuerzo en convencer a quienes todavía no creen -después de muchas experiencias abstencionistas- que el voto y la movilización son nuestras herramientas democráticas.

Desde Unidad Visión Venezuela -con la responsabilidad que nos caracteriza- nos hemos tomado nuestro tiempo para analizar y confirmar lo que hemos venido diciendo: que las organizaciones políticas tienen una fuerza en determinadas regiones, como la Alianza del Lápiz en Caracas, Fuerza Vecinal en Miranda o Avanzada Progresista en Lara, así como otros liderazgos regionales consolidados como Manuel Rosales en el Zulia, o locales conocidos como Manuel Ferreira en Lecherías (Anzoátegui) y León Jurado en San Diego (Carabobo), o en esa Venezuela profunda a la que no llegan ninguno de los extremos, de la que nadie se preocupa y ocupa, en la que liderazgos locales lograron sendas victorias; como por ejemplo Florencia Pérez, en el municipio Manapiare en el estado Amazonas, que con par de movimientos regionales logró el triunfo, o del independiente José Requena que salió airoso en el municipio Chaguaramas del estado Guárico. Y así pudiera mencionar muchísimos más.

Esto demuestra que a los ojos de la mayoría de la gente no hay oposición buena y oposición mala, eso quedó claramente confirmado con los resultados. Algunos deben terminar de entender que pasó su momento, que como decía el sociólogo Edison Arciniega: “es mejor jugar banca, que estorbar”. Para quienes ahora se dan golpes de pecho “reconociendo” sus reiterados errores, es hora de entender que el país reclama acción, y por ende, el voto sí funciona.

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