En medio de la crisis política y económica de Venezuela, surgen historias de valentía y determinación de personas que luchan por un futuro mejor. Una de estas historias es la de Ángel Fajardo, un venezolano que encontró refugio en Francia. Pero su historia no se detiene allí; en Francia decidió seguir trabajando, el Inpi.fr francés le otorgó una patente como inventor de un modelo de utilidad. La historia de Ángel es un testimonio de resiliencia, esperanza y el poder del ingenio humano en situaciones adversas.
El escape de la opresión y la persecución
Ángel Fajardo, oriundo de Caracas, Venezuela, vivió en primera persona la opresión y la falta de libertades en su país natal. Como muchos, Ángel enfrentó amenazas y hostigamiento. Consciente de los riesgos que corría su vida y la de su familia, decidió tomar la difícil decisión de abandonar su país en busca de seguridad y oportunidades.
Una vez establecido en Francia, Ángel recibió la residencia y comenzó a reconstruir su vida. Sin embargo, la adversidad no pudo extinguir su pasión por la creatividad y la innovación. A través de la experimentación y la perseverancia. Su mente inquieta y su capacidad para resolver problemas le permitieron desarrollar ideas innovadoras que podrían tener un impacto significativo en diversas áreas.
Después de un proceso de evaluación, se le otorgó una patente que protegía su invención y le brinda la oportunidad de llevarla al mercado. Este reconocimiento oficial no solo fue un logro personal para Ángel, sino también una prueba de que el ingenio y la determinación pueden abrir puertas incluso en los momentos más difíciles.
El impacto de su invención
La invención de Ángel no solo fue un logro individual, sino que también tiene un impacto positivo en la sociedad. Su invento, un dispositivo innovador. Utilizando la energía cinética de las ruedas de los autos en movimiento, su dispositivo puede convertir esta energía en electricidad y almacenarla en baterías recargables. Esta innovación abre nuevas posibilidades en términos de energía renovable y contribuye a la lucha contra el cambio climático.
El concepto detrás de la invención de Ángel es simple pero ingenioso. Su dispositivo, que se instala en las ruedas traseras de los autos, aprovecha la energía generada por el movimiento rotatorio de las ruedas durante la conducción. Esta energía cinética se transforma en electricidad mediante un sistema de recarga en movimiento incorporado en el dispositivo. La electricidad generada se puede utilizar para recargar las baterías de los automóviles o incluso para alimentar otros dispositivos electrónicos del mismo vehículo, lo que proporciona una fuente de energía limpia y renovable.
El potencial de esta invención es significativo en varios aspectos. En primer lugar, al aprovechar la energía cinética de los vehículos en movimiento, se puede reducir la dependencia de combustibles fósiles y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con la generación de energía convencional. Esto tiene un impacto directo en la reducción de la huella de carbono y en la mitigación del cambio climático.
Además, la capacidad de almacenar la electricidad generada en baterías recargables también ofrece ventajas adicionales. Por un lado, permite utilizar la energía acumulada en momentos en los que la demanda es alta o cuando los vehículos están detenidos.
El permiso otorgado por el Inpi.fr francés a Ángel por su invención no solo resalta su talento individual, sino que también pone de manifiesto el compromiso de Francia con la innovación y el desarrollo sostenible. El gobierno francés ha demostrado su disposición a respaldar proyectos y tecnologías que tienen un impacto positivo en la sociedad y en el medio ambiente, y el reconocimiento a Ángel es un ejemplo tangible de esto.
En conclusión, la historia de Ángel Fajardo, el venezolano que encontró refugio en Francia y fue reconocido como inventor, es inspiradora, un modelo de resiliencia, esperanza y superación. Su invención, que utiliza la energía cinética de las ruedas de los autos para generar electricidad.
Es todo por esta semana, nos seguimos leyendo en una próxima entrega en El Nacional.
@estebanoria