El pasado 22 de septiembre se le dio cristiana sepultura en Caracas a Hermann Luis Soriano, caraqueño de La Pastora, socialcristiano, economista, exministro del Fondo de Inversiones de Venezuela en el gobierno de Luis Herrera Campíns y ministro de Turismo durante los cinco años del segundo gobierno de Rafael Caldera. Tuve el inmenso privilegio de acompañarlo en esos cinco años de gestión al frente de la política turística del Estado venezolano. Con la tristeza que nos embarga la partida de Hermann Luis, es oportuno destacar lo que fue su gestión como ministro de Caldera.
Habría que redactar tomos para describir los avances que se hicieron en esos cinco años con el arduo trabajo que tras bastidores implicaron tales avances; por poner un solo ejemplo, la llegada de línea aérea Air Europa y el inicio de operaciones en el país de la cadena de hoteles Hesperia con sede principal en Barcelona, España, no fueron actos del azar; fueron logros de Caldera y de su ministro Soriano, quienes estimulados por el constante y persistente trabajo de Arturo Ramos Caldera, cónsul general de Venezuela en Barcelona para la época, le dieron el visto bueno a la iniciativa. Un engranaje perfecto entre funcionarios al servicio del país.
Los ingresos por turismo en esos cinco años fueron un paliativo frente a los deprimidos precios del petróleo que en su nivel más bajo llegó a venderse a 8 dólares por barril. Sin embargo, esto no hizo mella en la actividad turística del país en lugares como “Isla Margarita” (como la conocen en España) cuya actividad era un hervidero de vuelos charter, ferrys y cruceros que avivaron toda la actividad derivada del ingreso de turistas tanto nacionales como extranjeros. Bares, restaurantes, hoteles, playas estaban abarrotados en especial en temporada alta, lo que le dio a la isla un nivel de vida de primer orden.
Venezuela se convirtió en uno de los destinos preferidos de Europa y Canadá. Vuelos charter provenientes de esos lugares eran el pan nuestro de cada día. Personajes como Enzo Lamborghini en forma discreta hicieron de la isla su destino vacacional. No fueron pocos los venezolanos quienes en una economía deprimida optaron por mudarse a la isla al ver los beneficios económicos que la actividad turística les traía en todo orden. Los margariteños estaban felices. Vuelos iban y venían del exterior para satisfacción de todo el pueblo margariteño cuyos ingresos aumentaron en forma importante. La isla fue también un destino turístico interno para los venezolanos. La flota de Conferry tuvo un crecimiento por la alta demanda de turistas venezolanos.
En esos cinco años se establecieron las bases para convertir a Venezuela en un importante destino turístico. Se aprobó la Ley de Turismo, incorporando en su texto el impuesto para la promoción y el mejoramiento profesional de los trabajadores dedicados al sector. Se aprobó la Ley para el Control de Casinos Bingos y Máquinas Traganiqueles, para poner orden en una actividad anarquizada en el momento. La ley evitó que Venezuela se convirtiera en un gran garito al restringir la actividad a áreas geográficas determinadas para la actividad turística, con un control bien estricto sobre los lugares donde podían funcionar dichos establecimientos lejos de escuelas, liceos y centros hospitalarios.
Se llevó a cabo una agresiva política de privatización, lográndose la venta del Hotel Moruco y la concesión del teleférico de Caracas. Se renegociaron los contratos de operación de los hoteles cinco estrellas propiedad del Estado ubicados en Valencia, Guayana y Maracaibo con la cadena Intercontental, en condiciones más ventajosas para la República. Se puso en funcionamiento el Teleférico de Merida. Se elaboró el Plan Maestro para el desarrollo de la Isla La Tortuga, con la cooperación de la Organización Mundial de Turismo, basado en el modelo de desarrollo de Cancún.
El estímulo al sector turístico por parte del presidente Caldera provocó el crecimiento exponencial de la ocupación hotelera, lo que dio lugar a la apertura de nuevos hoteles como los de cinco estrellas Isla Bonita en playa Manzanillo y el Meliá Caracas. Amén de los numerosos hoteles y posadas inaugurados en todo el territorio nacional. La cadena hotelera Marriott mostró interés en Venezuela y abrió su primer hotel 5 estrellas en El Rosal. Todas las grandes cadenas hoteleras del mundo: Sheraton, Hyatt, Four Seasons, Fiesta Americana de Mexico, Holiday Inn, Barceló y Hesperia de España, estaban deseosas de ingresar al país o de aumentar su presencia en Venezuela. Es del mundo turístico conocido la intención del grupo Club Mediterranée para instalarse y desarrollar su resort de fama mundial en playa Medina en el estado Sucre, para lo cual el Gobierno dio todas las facilidades.
El turismo ecológico y de aventura fueron los preferidos del presidente Caldera y del ministro Soriano, quienes promovieron las visitas a los hatos Piñero y El Frío, reservas ecológicas destruidas por la revolución socialista. Choroní y los llanos venezolanos eran destinos obligados de los observadores de aves provenientes de todo el mundo. Torneos internacionales de pesca de altura en el placer de La Guaira engalanaban la zona.
Asimismo, se promovió la creación de posadas en los Andes venezolanos dándole facilidades en créditos estatales y al desentrabar la permisologia. Eran numerosos los vuelos al estado Merida a cuya ciudad capital se le dieron recursos para el fortalecimiento del Hotel Escuela de Mérida, que se convirtió en referente internacional. Se acondicionó el pueblo de Cacute.
Se firmaron numerosos convenios de cooperación internacional con el Reino de España y con la comunidad gallega se restauró en el Parque del Este la replica de la Nao Santa María, con la cual Cristobal Colón llegó a América. Dicha réplica aún se mantiene en el Parque del Este.
En fin, son innumerables los logros de Caldera en el área de turismo de su segundo gobierno que para decirlo en pocas palabras, le dejamos la cama tendida a quien iba a sucederlo en la Presidencia: En 1998, Venezuela alcanzó, según la Organización Mundial de Turismo, la cifra récord de 988.900 visitantes extranjeros.
Lamentablemente estos avances se desvanecieron con la llegada de Hugo Chávez al poder, cuyas políticas de expropiación y estatizacion espantaron a los turistas e inversionistas extranjeros del país. Fue muy difícil obtener la confianza de ellos y Caldera lo había logrado. Para ello designó un Directorio de Corpoturismo de lujo, integrado por excelentes profesionales que inspiraban tal confianza. Con Soriano a la cabeza, César Naranjo, Polo Casanova, Richard Falsone, Jorge Sucre, Chucho Irausquin, Peter Schaepe, Pepe Campins y muchos otros, integraban un directorio cuya vocación de servicio y amor por Venezuela los llevó a poner al servicio del país sus conocimientos y experiencia. Recuperar la confianza perdida es el secreto para relanzar al sector turismo. Tarea difícil pero no imposible.