La derrota de condenar una generación a alfabetos útiles para el hegemón, la ignorancia y servidumbre, forma de pensar, de percibir los múltiples métodos del modelo totalitario como un sistema benévolo todopoderoso, por las dádivas del modelo de Estado, representadas en subsidios, dinero inorgánico junto a altos impuestos progresivos; no resulta difícil, como se piensa y se dice comúnmente, cuando los marcos de referencia, el sistema de creencias educativo, la narrativa, mitos, conceptos, paradigmas y arquetipos presentados por la desquicia del sistema filosófico, científico, religioso conducen a esas trastornadas direcciones.
Este hecho no solo se puede constatar en la filosofía, en lo político social y económico, sino dentro de la comunidad científica, la religión con distinta cosmovisión, cosmogonía, por ejemplo en el religare primigenio judío cristiano, se adoraba un solo Creador; hoy, desde el recordado consenso en Nicea, los cristianos pregonan una triada de ídolos que conforman uno.
Por otro lado, pretender trasladar el sistema de honra al Creador al tema político es una deliberada conspiración por parte de la gobernanza; a esto se le da respuesta en el Pentateuco para los cristianos, la Torá para los judíos, cuando se le aconsejó a Moisés que tomará los principales de cada tribu; es decir, los más destacados en méritos para que lo ayudarán a resolver y orientar la sociedad en especial en el tema de justicia para así en forma positivismo legal, resolver los conflictos.
De la misma manera, glorificar la gobernanza como si se tratara del Todopoderoso y hacer del Creador una triada, tiene fundamentos en la Cábala, su árbol sephirótico o árbol de la vida, u otras interpretaciones del Zohar de mucha propaganda en la Edad Media, así que es injusto que se le acuse a los cristianos por parte de la cosmovisión semítica, de paganos, cuando dentro de sus fundamentos primigenios de Talmud, entre otros midrash (enseñanzas) tradiciones, existan este tipo y más de hipótesis, teorías e interpretaciones parciales del texto original.
Retomando el tema político social, aunque este sea una consecuencia de la economía, hay que recordar que existen métodos de formas científicas, epistémicas que explican por qué las muchedumbres, la masa social, es proclive a elegir a los peores, llegando a conclusiones tales como el uso de la mentira como necesidad o mecanismo de supervivencia y adaptación; además que conclusiones como estas, no son obra de magia, caso fortuito, sino de un cúmulo de elementos, factores filosóficos, mágicos religiosos, que van a incidir de forma directa en el mundo de relaciones con las respectivas asociaciones mentales; determinantes en el ámbito de comportamientos sociales de las personas, e incluso más profundos y complejos aún, como lo es, el constructo de alma, anima mundi, leitmotiv del átomo del método científico.
Dicho de otra manera, desde el siglo decimonono se vienen arrastrando aquellas frases célebres de los ilustrados, iluminados e incluso libertarios en proferir que un pueblo tiene la gobernanza que se merece. Este supuesto presupone que el pueblo, la masa, elige a sus verdugos, canallas, tiranos, cuando la pirámide en este especial aspecto, señala que es la tiranía la que subyuga al pueblo a través de una serie de artificios filosóficos, hipótesis, conceptos, reglas legales, dogmas científicos religiosos, creencias, formas de expresión del positivismo filosófico, de adoración y por supuesto, pensamientos en la conducción de la vida misma de cada individuo, es decir, como dice el refrán, el individuo es hijo de su tiempo.
Para finalizar, el triunfo de los totalitarismos, representan sobre todo la derrota de Occidente, la derrota de la libertad de pensamiento y la derrota económica y todo lo que implica el ser libre.