Cuando la oposición reporta la misma fuente de financiamiento que el régimen totalitario es causa para seguir con el mismo esquema de corrupción, saqueo y el sistemático método de cercenar los derechos humanos con más represión, donde ya ni la persona manda sobre su propio cuerpo. Ya aquella frase de que “sobre mi hambre mando yo” quedó en el pasado, pues hoy el hambre en un arma de control.
En ese sentido, las técnicas teatrales de la política son tan patéticas y crueles como el de la guerra misma, esto se sabe hasta el hastío en las naciones bajo la tiranía totalitaria o no; ello explica por qué los centros de poder económico financiero y político mundial presentan entre su agenda los errores en la gestión más contraproducente e inverosímiles que jamás se pensaron, mucho menos reconociendo que los que gerencian tales instituciones son autoridades notables, por ejemplo, observar un ente económico, financiar la deuda, per se; o un órgano político estrechar lazos con la tiranía, trasladándose estas inverosimilitudes a organismo de seguridad, como la de observar la connivencia, entre un ejército moralmente constituido del lado de los terroristas.
Lo paradójico es que cualquier institución como las anteriores, bien sea de un bando u otro, está conformada por personas, seres humanos, inteligencias, que indiscutiblemente gozan de autonomía, en contraste con los estratos llanos que viven alienados por la fuerte carga de propaganda de los medios sobre sus pensamientos; todo esto sucede bajo la expectación de las naciones, que por muy profundo sea el adoctrinamiento ideológico, no dejan de verse el fraude de las instituciones políticas jurídicas de cada Estado.
A todo esto, se pregunta. ¿contra qué se enfrenta la sociedad? Es muy sencillo poder decir: la violencia, la intolerancia, la ignorancia, la corrupción, las miserias y un sinfín de palabras o frases que no llenan el vacío; frases sin contenido y significado sobre los fundamentos de la libertad, que además son difusas en sí; en nutrición se les llama calorías huecas, que sirven además de abono para la floración y desarrollo de la cizaña, en este caso, de la tiranía sobre las poblaciones.
Partiendo del análisis comprobable en todos los escenarios y noticias del mundo, ¿existe una oposición eficiente y efectiva para el sostén del sistema clásico de pesos y contrapesos de la democracia liberal? Evidentemente la respuesta es no, como tampoco existe democracia sino la pantomima del siglo, como también es equivocado creer que lo que sucede en un país es un caso aislado, cuando solo es un reflejo del retroceso que se viene dando a escala mundial en todo el sistema político y económico internacional de Occidente, fundado en la libertad.
A todas estas, para concluir, los factores y elementos determinantes que existen en una nación de régimen totalitario explican sus semejanzas y coincidencias en todas las naciones, sólo que a unos les tocó más temprano que a otros; es decir, nada es casualidad, mucho menos al azar, tanto así que se puedan apreciar hasta las mismas categorías de instituciones en la organización jurídica política totalitaria en cada país, porque al final de cuentas se está frente a un voraz y colectivista proyecto mundial que podrá variar en algunos elementos de la organización, pero en esencia es el mismo régimen estatalista; es por ello que, hasta que se puedan apreciar no solo las formas de organización, sino hasta los lapsos de desarrollo del modelo totalitario que pueden diferenciarse en períodos más cortos o más largos, dependiendo de la inversión en el adoctrinamiento al que se le haya sometido a la población para generar dichos cambios dentro de la escala de valores éticos-morales del sistema que se está instalando. Toda la ecuación arroja resultados que se pueden observar y medir con precisión hasta en las naciones democráticas, que no se sabe si queda alguna entre las 200 que no entre en el tubo de ensayo del sistema político totalitario donde el saqueo no solo es patrimonial sino que también incide en lo biológico.