«I Tiresias, though blind, throbbing between two lives,

Old man with wrinkled female breasts, can see

At the violet hour, the evening hour that strives

Homeward, and brings the sailor home from sea» 

(THOMAS STEARNS ELIOT)

Hoy es un sábado del mes de abril. Ese mes del cual el americano T. S. Eliot decía que era el más cruel de todos los meses. El primer verso del enigmático poema «La tierra baldía» rezaba así: «April is the cruellest month». La verdad es que ya no sé qué pensar. Casi no sabe uno qué creer y qué no creer porque hay quien habla y escribe con la lengua torcida y rota. Durante muchos años he querido pensar que la lengua servía para comunicarse y entenderse. No tuve en cuenta que la lengua era una serpiente y que podía arrastrarse, dar vueltas sobre sí misma, rodear la verdad o la mentira para metamorfosearse a capricho en cualquiera de ellas.

Este último fin de semana del cuarto mes del año, nuestro país -me refiero a España- permanece en una especie de Purgatorio, a la espera de que el presidente de gobierno Pedro Sánchez tome la decisión de dejar el timón del Estado a un sucesor o siga al mando de la nave fantasma que surca ahora mismo los mares de la política actual sin rumbo conocido. El presidente se ha ido del barco el pasado miércoles 24 de abril rompiendo el principio tácito de honor de ser el último hombre en abandonar una embarcación a la deriva. Todavía hay españoles ingenuos que barajan la posibilidad de la renuncia al cargo del capitán.

Un gobernante que falta a la verdad (nótese el eufemismo) según le conviene, cambia de opinión continuamente y juguetea con la lengua para seguir siendo el Emperador aquel del traje invisible que contaba Andersen y gozar de la posición divina del poder, caiga quien caiga, no va a dimitir.

Resulta preocupante vivir de verdad una situación como la que estamos viviendo en España. Se malinterpreta todo lo que sucede. Resulta agotador escuchar a representantes del gobierno haciendo una lectura quebrada de informes procedentes de instituciones europeas acerca de la ley española de amnistía, por citar un ejemplo. No es buen ejemplo de lectura comprensiva para los estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria de nuestro país.

No podemos callar cuando alguien acusa al adversario político de mentir a la vez que quien acusa está mintiendo. No se puede pretender que los ciudadanos seamos libres y tengamos criterio cuando quieren hacernos creer en la mentira.

No hay derecho a decir que quien no piensa como yo se encuentra enfrente de mí. La política de igualdad en esta España nuestra de ahora ha dado un vuelco tan bestial que ha puesto al país patas arriba convirtiendo a la izquierda en la derecha y a la derecha en la versión razonable y sensata del progresismo. Y aquí estamos otra vez las dos Españas que vio Machado.

No se puede asumir que uno está en la posesión de la verdad y defender al mismo tiempo la diversidad y la libertad a sabiendas de que se está mintiendo.

Estimado lector, no me haga mucho caso. No quiero convencerle de nada. Lea, si quiere, la Carta a la Ciudadanía* del 24.04.2024 de Sánchez, lea todo tipo de prensa que permita ser leída en abierto, consulte la hemeroteca desde mayo de este año 2024 y saque sus conclusiones.

Descubro en la red una tabla que dice así: «20 signs of emotional manipulation» firmada por Vex King y me llama la atención el punto 4.They always play the victim (4.Siempre juegan el papel de la víctima), así como el punto 12.They twist your words to benefit them (12. Cambian tus palabras para beneficiarse de ellas), pero hay hasta 20 puntos.

Lo peor de todo lo que sucede en nuestro país y en el mundo pasa porque hay gente que en ese dibujo de El principito** ve solo un sombrero. También, tienen algo de culpa quienes no siguen leyendo y los que saben que no es un sombrero, pero no se atreven a decirlo.

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** Antoine de Saint-Exupéry, El principito. Alianza Editorial. Madrid, 2023

 

 


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