«Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira, más gente la creerá» Joseph Goebbels
Paul Joseph Goebbels fue un político alemán que ocupó el cargo de ministro para la Ilustración Pública y Propaganda del Tercer Reich entre 1933 y 1945. Uno de los colaboradores más cercanos de Adolf Hitler. Goebbels era conocido por su talento como orador, su profundo antisemitismo y su respaldo a una discriminación racial cada vez más severa que, entre otras cosas, acabaría dando lugar al genocidio de los judíos en el llamado Holocausto.
Como jefe de Propaganda del partido (1928-1933) y ministro después (1933-1945), construyó durante años la imagen de un semidiós en la tierra, un iluminado al que él era el primero en adorar, manejando todos los resortes del ahora llamado «marketing social» que paulatinamente cayeron en sus manos.
Mano derecha de Adolfo Hitler, la principal frase de Joseph Goebbels fue «Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá». Esta fue una de las frases con la que se dedicó a transmitir la ideología nazi, en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Las propias palabras de Goebbels demuestran que amaba el socialismo.
Sin embargo, algunos socialistas argumentan que el nazismo no era el socialismo «real», pero la propaganda nazi despreciaba el capitalismo y hablaba como Karl Marx.
Solía Goebbels utilizar el Principio de la transposición, que consiste en cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, en respuesta al ataque, para cuyo efecto aplicaba una de sus diez mandamientos goebbelianos: “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
El chavismo tiene muchos pilares calcados de los nazis, tales como la manipulación de las masas con mentiras y adoctrinamiento. Chávez y ahora Maduro tiene su Goebbels, divorciado del genuino socialismo, aun cuando la etiquetaron con la frase del nuevo socialismo del siglo XXI, amparado bajo la figura del Libertador, por lo que lo denominan bolivariano.
Olvidan que entre los años 1989 y 1992 dejaron de existir la gran mayoría de los Estados socialistas del mundo. La República Popular Polaca volvió al multipartidismo y al capitalismo en 1990; la República Democrática Alemana fue absorbida por la República Federal Alemana el mismo año. La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas fue disuelta en 1991, prohibiéndose acto seguido el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Los conflictos nacionalistas acabaron con la República Federal Socialista de Yugoslavia un año después; destino similar corrieron todos los restantes Estados socialistas de Europa.
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